jueves, 2 de agosto de 2007

96/Papeles y cenizas - El mural de Siqueiros y la política (muy) menor - Por Sebastián Guercio

Néstor y Cristina, los "K" y jefes de todos los "K", volaron a arreglar los entuertos con México, que nunca fue tan lindo y querido como en esta doble visita presidencial - doble por el que está y por la que, seguro, viene -. Entre abrazos, rancheras, mariachis, gauchos y pinguinos, se dieron un momento para la kultura, asi, con k, y, como apuntó un colega de Ámbito Financiero, la esposa del presidente mantuvo su tendencia a identificarse con los lugares que visita. En París recorrió Dior y recordó a Napoleón, en Praga abogó por el universo kafkiano, en México se jugó por (David) Siqueiros.

Por supuesto, no olvidó Cristina - ¿o Kristina? - la reivindicación de género, y de K, y recordó a Frida Kahlo y su torturada vida.

Y le pasó por arriba a De la Rúa, Duhalde y a su esposo, prometiendo que si llega al gobierno . un ocioso condicional -recuperará el mural "EJERCICIO PLÁSTICO" que pintó Siqueiros en el sotano de la casona de Don Torcuato que pertenecía al millonario dueño del diario Crítica ("volutuoso factor de poder en la mitad del siglo pasado", adjetivo el mencionado Ámbito), Natalio Botana.

Una cueva-cava que sirvió de refugio al muralista, mientras en la casa don Natalio lo hacía cornudo en atlética diversión amorosa con su esposa uruguaya, poetisa y militante comunista Blanca Luz Brun, quien luego, sin importarle su ilustre esposo mexicana, definió a don Botana como "un santo para unos, Al Capone para otros; para mí un emperador..."

Al volver a Méjico, Siqueiros conspiró para asesinar a Trotsky, por entonces amante de Kahlo, pero no tuvo el éxito que luego obtendría Ramón Mercader, que engatusando al entorno del ideólogo revolucionario y haciéndose amante de una de sus secretarias, pudo llegar a la confianza que le permitió destrozarle la cabeza a León. El mérito del mandante se semejante crimen lo disputan y niegan, según la ocasión, el stalinismo y la CIA.

Mientras eso ocurría, las tremendas tetas de la figura de mujer que protagoniza el mural fueron pudorosamente enchastradas por uno de los posteriores propietarios de la finca, el nunca bien impoderado ingeniero Álvaro Alsogaray. No bastó con eso. Alguien comenzó a dividirlo, encajonarlo y, finalmente, se lo confino en un depósito aduanero, donde esperó la culminación de una batalla legal por su propiedad.

De aduana a aduana, Cristina FK mediante, la gigante obra recobraría su unidad en lo que fue la Aduana Taylor, hoy Museo de la Casa Rosada, atrás del emblemático edificio y también subterráneo.

La mentada promesa - anuncio la hizo la candidata oficialista delante de Guadalupe Rivera - hija de Diego, marido deFrida - , los hiperoficialistas Miguel Yoma, Juan Gelman, Miguel Bonasso, los cineastas Arturo Ripstein, Paz Garciadiago y Jorge Dentl, académicos, escritores y hasta el director de orquesta Enrique Diemecke.

Cristina insistió en que el lugar que recibirá al mural tienen los techos concavos apropiados para recibir los 200 metros cuadrados de pintura que, aseguró, "encontramos en muy buenas condiciones".


Por si faltan datos, he aquí el cable de Agencia Proceso, que reprodujo la revista mexicana Proceso

Buenos Aires, 1 de agosto (apro).- Olvido: Estuvo virtualmente abandonado en varios contenedores a la intemperie en la provincia de Buenos Aires, deteriorándose durante quince años. Ahora, acaba de convertirse en uno de los principales puntos en la agenda de Cristina Fernández de Kirchner, primera dama de Argentina, quien en gira por México con su esposo Néstor Kirchner le ha solicitado “ayuda” al gobierno mexicano para restaurarlo.

La Cámara de Diputados de Argentina acaba de aprobar por unanimidad y sin discusión un proyecto para expropiar el mural, cuya propiedad se encuentra en litigio judicial. Se da por sentado que el Senado, controlado por el presidente Kirchnner, convertirá el proyecto en ley.David Alfaro Siqueiros pintó “Ejercicio Plástico”, de corte erótico, en 1933, en el sótano-bar de la villa de Natalio Botana, magnate periodístico de origen uruguayo, a cambio de cama y comida.

El agitador Siqueiros llegó a Buenos Aires en 1933 invitado por la escritora Victoria Ocampo para dictar tres conferencias. En la primera de ellas, su llamado a dejar de lado “el academismo seco” y abordar “las tremendas realidades sociales” causó gran molestia entre los pintores argentinos y la cancelación de las dos conferencias pendientes. Alarmado por la agitación que las presentaciones de Siqueiros provocaban, el presidente conservador Agustín P. Justo lo arrestó brevemente y sólo toleró su presencia bajo condición de que no hablara en público.
Fue en ese momento que Botana, dueño y fundador del diario vespertino Crítica, le pidió que pintara la bodega semicilíndrica de su villa en Don Torcuato, en el Gran Buenos Aires. Botana tenía en la villa un zoológico con leones, entre otros animales. El poeta chileno Pablo Neruda escribió que el piso de la casa estaba alfombrado con pieles de panteras.
En una época en la que no existía competencia con la radio o la televisión, Crítica en algunas ocasiones alcanzó a vender un millón de copias, reportándose como el diario de mayor circulación en Latinoamérica.

La casa también fue usada como escenario de películas, algunas de ellas en las que participó María Eva Duarte antes de que se convirtiera en la esposa Juan Perón --tres veces presidente de la República--, y en uno de los mayores iconos de Argentina. Perón intentó posteriormente recuperar de manos de Botana las imágenes de la joven “Evita”.

Pago en especie

El pago de Siqueiros sería alojamiento y comida. Se puso a trabajar con un equipo integrado por los renombrados pintores argentinos Lino Enea Spilimbergo, Antonio Berni y Juan Carlos Castagnino; el cineasta experimental León Klimovsky y el escenógrafo uruguayo Enrique Lázaro.
A pesar de su intensa prédica, parece ser que Siqueiros tenía un concepto de bastante peculiar acerca de qué debía entenderse por “tremendas realidades sociales”.

Su esposa, la poetisa uruguaya Blanca Luz Brum, fue la única modelo para los 200 metros cuadrados del mural que básicamente la mostraba desnuda en diferentes poses. Sequeiros era un comunista recalcitrante, y la falta de “compromiso” del mural molestó tanto al Partido Comunista que el equipo de pintores publicó un panfleto para disculparse por su falta de contenido político.
El equipo trabajó sin bocetos, utilizando un proyector y aerógrafos. El fresco de vanguardia puede ser considerado como pionero del muralismo en Argentina.
La resina sintética y el silicato que se utilizaron para pintarlo ayudaron a resistir intentos de sucesivos dueños de “mejorarlo” por medio de una mano de barniz, o de borrarlo con ácido. Finalmente, uno de sus dueños lo tapó con una mano de cal.

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