jueves, 16 de agosto de 2007

137/ Dialéctica - Once ideas sobre el socialismo y el autogobierno del pueblo - Por Marta Harnecker

Ponencia en el foro “La construcción del estado socialista desde la base del poder popular” en Venezuela

1) El punto de partida: el hombre como ser social
1. La concepción socialista de la sociedad no parte, como lo hace el capitalismo del hombre como ser individual, del hombre aislado, separado de los demás, sino del hombre como ser social, del hombre que no puede desarrollarse a sí mismo si no se desarrolla con otros.
2. No existe el ciudadano abstracto, como dice el filósofo francés, Henry Lefebvre: alguien que está por encima de todo, que no es ni rico ni pobre, ni viejo ni joven, ni macho ni hembra o lo es todo a la vez. Y como es “absolutamente libre, obedece sólo a normas morales de hermandad, igualdad y democracia.”
3. Lo que existe son personas concretas que viven y depnden de otras personas, que se asocian y organizan de diferentes maneras con otras personas en comunidades y organizaciones en las cuales y por medio de las cuales realiza sus intereses, sus derechos y sus deberes.


2) El punto de llegada: el pleno desarrollo humano
4. La sociedad que queremos construir tiene como meta el pleno desarrollo humano.
5. Este pleno desarrollo humano no se decreta desde arriba, no cae del cielo, sólo se logra cuando al transformar las circunstancias las personas se transforma así misma.
6. Es la participación, el protagonismo en todos los espacios lo que permite al hombre, crecer, ganar en autoconfianza, es decir, desarrollarse humanamente.
7. La Constitución bolivariana insiste en esta idea en varios artículos.


3) No dar contenido social a la democracia, sino transformar la forma de la democracia misma
8. Por eso, no se trata sólo de otorgar un contenido social a la democracia, de resolver problemas sociales del pueblo: alimentación, salud, educación, etcétera, sino —como decía Alfredo Maneiro— de transformar la forma misma de la democracia creando espacios que permitan que las personas, al luchar por el cambio de las circunstancias, se vayan transformando a sí mismas.
9. No es lo mismo, decía el dirigente político venezolano que una comunidad conquiste una pasarela por lo cual se ha organizado y ha luchado, a que reciba la pasarela como un regalo del estado paternalista.
10. El paternalismo de estado es incompatible con el protagonismo popular. Conduce a transformar a la gente en mendigo.
11. Hay que pasar de la cultura del ciudadano/a que mendiga a la cultura del ciudadano/a que conquista, que toma decisiones; que ejecuta y controla; que autogestiona, que autogobierna. Hay que pasar —como dice Aristóbulo Istúriz— del gobierno para el pueblo al auto gobierno del pueblo, a que el pueblo asuma el poder.

4) Gobernar con la gente para que la gente llegue a gobernarse a sí misma
12. Pero para lograr ese autogobierno del pueblo es necesaria una etapa de transición en que en que los alcaldes, los equipos de participación de las alcaldías, los facilitadores, gobiernen con la gente, para que tanto la gente como ellos aprendan a gobernar.
13. Creo que uno de los errores de la Ley de los consejos comunales fue haber eliminado los equipos promotores externos.
14. La participación no se decreta desde arriba, ni nace de un día para otro. Se requiere de un largo proceso Y ese proceso podrá ser más breve si la gente recibe un apoyo externo.
15. Apoyo que no suplanta, sino facilita, que descubre las potencialidades de la gente y las encamina, ahorrando el proceso de aprendizaje por ensayo y error.


5) Buscar los espacios adecuados para la participación
16. Pero no basta con valorar positivamente la participación en abstracto, no basta con estar dispuestos a gobernar con el pueblo, a que el pueblo asuma el poder. Esto puede quedarse en meras palabras si no se crean los espacios adecuados para que puedan darse lo más plenamente posible los procesos participativos, tanto en los lugares donde las personas habitan como en los lugares donde las personas trabajan o estudian.
17. Sólo si se crea un sistema social basado en la autogestión de los trabajadores en sus centros de trabajo y en las comunidades donde habitan, el estado dejará de ser un instrumento por encima del pueblo al servicio de unas elites, para transformarse en un estado conformado por las mejores mujeres y hombres del pueblo trabajador.
18. Por eso es tan importante la iniciativa del gobierno bolivariano de crear los consejos comunales. Y urge avanzar en la creación de espacios de participación en los centros de trabajo, teniendo claro que la plena participación de los trabajadores sólo se logrará allí donde exista la propiedad social .La idea de crear consejos de trabajadores y consejos estudiantiles va en este sentido.


6) Un largo proceso de transformación cultural es necesario
19. No es fácil luchar contra la cultura heredada egoísta, del sálvense quien pueda.
20. Contra la cultura paternalista que nos hace esperar del estado las soluciones en lugar de organizarnos para conseguir la solución de nuestros problemas.
21. Luchar contra el consumismo que nos lleva a pensar en que si tenemos más somos mejores, en lugar de sentirnos mal por tener cosas superfluas mientras hay quienes muy cerca de nosotros no tienen lo mínimo para vivir dignamente.
22. Y lo más grave es que el afán de consumo lleva a muchos a buscar los trabajos mejor remunerados aunque en ellos no pueda realizarse como ser humano, o a trabajar 16 horas para poder tener más dinero para comprar, con lo que queda poco o nada de tiempo para participar
23. Es necesario reemplazar la ética del tener por la ética del ser.


7) Desarrollar una cultura del trabajo productivo
24. Por otra parte, en sociedades como las nuestras, en que el neoliberalismo arrasó con el incipiente desarrollo industrial y transformó a la mitad de la población en edad de trabajar en trabajador informal, dedicado fundamentalmente a actividades comerciales, en que se trata de convencer a la gente de que con los juegos de azar podrá conseguir el dinero que necesita; debemos luchar por crear un cultura del trabajo productivo, estimulando iniciativas productivas autogestionarias en nuestras comunidades y municipios. Relacionando el trabajo productivo con el pleno desarrollo humano y con la soberanía de Venezuela.

8) Necesidad de apertrecharnos de conocimientos para la guerra ideológica
25. Pero ese cambio cultural sólo se logrará si además de la voluntad de emprenderlo nos apertrecharnos de conocimientos para poder lograr tener un distanciamiento crítico de los mensajes que a diario nos trasmiten los medios de comunicación, para poder construir una visión del mundo a partir de nuestras raíces y no de los valores que difunde la globalización cultural actual.
26. Es cierto que estamos en la época de la imagen y no de la imprenta, pero tenemos que ser capaces de combinar la lectura con la imagen. Hacernos un tiempo a la semana para leer, para estudiar.
27. Por eso es tan importante que participemos activamente en el motor Moral y Luces
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9) Los límites de la participación directa: Un sistema diferente de representación política
28. Pero no basta con que se ejerza la participación directa en las comunidades, en lugares de trabajo o de estudio.
29. Estos espacios si bien son ideales para que las personas se sientan dispuestas a participar, para que nada las inhiba, son sólo eslabones de una trama que debe ir desde lo pequeño hasta la nación entera.
30. Hay problemas, soluciones y iniciativas que son competencia del consejo comunal, pero hay otras que trasciende ese espacio hacia el barrio o urbanización, la parroquia, el municipio, el estado y el país como un todo.
31. En esos espacios mayores es imposible la democracia directa, es necesario establecer algún tipo de representación o delegación.
32. Como sabemos la democracia directa surgió en Atenas, una ciudad que entonces tenía alrededor de 300 mil habitantes donde sólo una décima parte eran considerados ciudadanos, es decir, unas 30 mil personas. Las mujeres y los esclavos eran excluidos de la participación democrática.
33. En ese contexto era posible realizar asambleas en las que todos los asistentes podían participar discutiendo y aprobando diferentes asuntos de la ciudad.
34. La democracia directa es viable a nivel local, en comunidades pequeñas, pero no lo es a nivel nacional, o en las grandes ciudades, salvo en casos muy excepcionales (plebiscito, referendo).
35. Hay que complementar la participación directa o democracia directa con un sistema político basado en el principio de la delegación. Nos parece que es en esto en lo que está pensando el Presidente cuando habla de federaciones y confederaciones de consejo comunales.


10) Los consejos comunales no deben sólo resolver problemas materiales
36. No se trata sólo resolver problemas materiales sino también de realizar nuestros sueños. Es importante que nos preguntemos cómo nos gustaría que fuera nuestra comunidad y, si así lo hacemos, surgirán muchas ideas que nos ayudarán a ser más felices. Podrá surgir, por ejemplo, una sugerencia de cómo embellecer nuestras calles; de cómo crear una guardia nocturna de vecinos que tengan carro para llevar a los enfermos al hospital o policlínico en caso de emergencia y tantas otras ideas.
37. Y no sólo debe limitarse a de resolver nuestros problemas y plasmar nuestros sueños, sino también debe ir desde el consejos más allá del consejo, participando a través de sus voceros en la discusión y definición de políticas correspondientes a niveles superiores.
38. Nuestros consejos comunales deberían, por ejemplo, estar discutiendo sobre los cinco motores.


11) Solidaridad con los más desvalidos y con otras comunidades
39. Por último, nuestros consejos comunales deberían estar preocupados y ocupados de contribuir a la resolución de los problemas de la pobreza en su territorio y a buscar formas de solidarizarse con otras comunidades más abandonadas si ese fuera el caso.
40. Estas son algunas ideas que quizá puedan ayudar a ir avanzando hacia la sociedad socialista que queremos construir, hacia ese autogobierno del pueblo
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