domingo, 30 de septiembre de 2007

289/Cuentos y poemas -Hace falta estar ciego - Rafael Alberti

Hace falta estar ciego,
tener como metidas en los ojos raspaduras de vidrio,
cal viva, arena hirviendo, para no ver la luz que salta en nuestros actos,
que ilumina por dentro nuestra lengua, nuestra diaria palabra.
Hace falta querer morir sin estela de gloria y alegría,
sin participación de los himnos futuros,
sin recuerdo en los hombres que juzguen el pasado sombrío de la tierra. Hace falta querer ya en vida ser pasado,
obstáculo sangriento, cosa muerta, seco olvido.

288/Cuentos y poemas - La aventura de un poeta - Por Italo Calvino

Las orillas del islote eran altas, rocosas. Encima crecía la mancha baja y tupida de la vegetación que resiste la cercanía del mar. En el cielo volaban las gaviotas. Era una isla pequeña próxima a la costa, desierta, sin cultivar: en media hora se le podía dar la vuelta en barca y hasta en bote de goma, como el de los dos que se acercaban, el hombre que remaba tranquilo, la mujer acostada tomando el sol. Al aproximarse en hombre aguzó la oreja.
-¿Has oído algo? -preguntó ella.
-Silencio -dijo-. Las islas tienen un silencio que se oye.

En realidad todo silencio consiste en la red de menudos ruidos que lo envuelve: el silencio de la isla se diferenciaba del silencio del tranquilo mar circundante porque estaba recorrido por murmullos vegetales, cantos de pájaros o un brusco rumor de alas. Abajo, al pie de las rocas, el agua, aquel día sin una ola, era de un azul intenso, límpido, atravesada hasta el fondo por los rayos del sol. En la escollera se abrían bocas de cavernas, y los dos del bote se acercaban perezosamente a explorarlas.

Era una costa del sur, poco afectada todavía por el turismo, y los dos bañistas venían de fuera. Él era un tal Usnelli, poeta bastante conocido; élla, Delia H., una mujer muy bella. Delia era una admiradora del sur, apasionada, francamente fanática, y tendida en el bote hablaba con continuo transporte de todo lo que veía, y quizá también en cierto tono de polémica porque le parecía que Usnelli, recién llegado a aquellos lugares, participaba de su entusiasmo menos de lo debido.
-Espera -decía Usnelli-. Espera.
-¿Espera qué? ¿Quieres algo más hermoso que esto? -decía ella.
Él, desconfiado -por naturaleza y por educación literaria-de las emociones y las palabras que otros ya habían hecho suyas, habituado más a descubrir las bellezas escondidas y espúreas que las manifiestas e indiscutibles, estaba sin embargo con los nervios de punta. La felicidad era para Usnelli un estado de suspensión, de esos que se han de vivir conteniendo la respiración. Desde que se había enamorado de Delia veía en peligro su cautelosa, avara relación con el mundo, pero no quería renunciar a nada ni de sí mismo ni de la felicidad que se le ofrecía. Ahora estaba alerta, como si cada grado de perfección que la naturaleza circundante alcanzaba -un decantarse del azul del agua, una transformación del verde de la costa en ceniciento, la alerta de un pez que asomaba justo allí donde era más lisa la superficie del mar-, sólo sirviera para preceder otro grado más alto, y así sucesivamente, hasta el punto en que la línea invisible del horizonte se abriera como una ostra revelando de pronto un planeta distinto o una palabra nueva.
Entraron en una gruta. Al principio era espaciosa, casi un lago interior de un verde claro, bajo una alta bóveda rocosa. Más adelante se estrechaba en na oscura galería. Con el remo el hombre hacía girar el bote sobre sí mismo para gozar de los diversos efectos de la luz. La de afuera, que se metía pr la grieta irregular de la entrada, deslumbraba con sus colores avivados por el contraste. Allí el agua irradiaba, y las láminas de luz rebotaban hacia arriba, contrastando con las blandas sombras que se alargaban desde el fondo. Reflejos y manchas de luz comunicaban a la roca de las paredes y de la bóveda la inestabilidad del agua.
-Aquí comprendes a los dioses -dijo la mujer.
-Hum -dijo Usnelli. Estba nervioso. Su mente, habituada a traducir las sensaciones en palabras, ahora nada, no conseguía formular ni una sola.
Se internaron. El bote dejó atrás un bajío: el dorso de una roca al ras del agua; ahora flotaba entre los escasos fulgores que aparecían y desaparecían a cada golpe de remo: el resto era sombra espesa; las palas tocaban de vez en cuando una pared. Mirando hacia atrás Delia veía el ojo azul del cielo abierto cuyos contornos cambiaban continuamente.
-¡Un cangrejo! ¡Grande! ¡Allí! -gritó, levantándose.
-"¡...grejo! ¡...iii!" -retumbó el eco.
-¡El eco! -exclamó contenta, y se puso a gritar palabras en las tenebrosas bóvedas: invocaciones, versos-. ¡Tú también! ¡Grita tu nombre! ¡Pide un deseo! -le dijo a Usnelli.
-Ooo.. -hizo Usnelli-. Ehiii... Ecooo...
De vez en cuando la barca se arrastraba por el fondo. La oscuridad era más espesa.
-Tengo miedo. ¡Dios sabe cuántos bichos habrá!
-Todavía se puede pasar.
Usnelli se dio cuenta que avanzaba hacia la oscuridad como un pez de los abismos que huye de las aguas iluminadas.
-Tengo miedo, volvamos -insistió ella.
También a él, en el fondo, el gusto por lo horrible le era ajeno. Remó hacia atrás. Al volver al lugar donde la gruta se ensanchaba, el mar se volvió de cobalto.
-¿Habrá pulpos? -dijo Delia.
-Se verían. Está límpido.
-Entonces voy a nadar.
Se dejó caer desde el bote, se apartó, nadaba en el lago subterráneo, y su cuerpo parecía unas veces blanco (como si la luz lo despojara de todo color propio), otras del azul de aquella pantalla de agua.
Usnelli había dejado de remar: seguía conteniendo la respiración. Pare él, estar enamorado de Delia había sido siempre así, como en el espejo de esa gruta: haber entrado a un mundo más allá de la palabra. Por lo demás, en todos sus poemas, jamás había escrito un verso de amor; ni uno.
-Acércate -dijo Delia. Mientras nadaba se había quitado el trapito que le cubría el pecho; lo arrojó por encima de la borda del bote-. Un momento. -Se quitó también el otro pedazo de tela sujeto a las caderas y lo pasó a Usnelli.
Ahora estaba desnuda. La piel más blanca en el pecho y en las caderas casi no se distinguía, porque todo su cuerpo difundía una claridad azulada, de medusa. Nadaba de costado, con un movimiento indolente, la cabeza (una expresión fija y casi irónica de estatua) apenas al ras del agua, y a veces la curva de un hombro y la línea suave del brazo extendido. El otro brazo, con movimientos acariciadores, cubría y descubría los pechos altos, tendidos hacia el vértice. Las piernas apenas batían el agua, sosteniendo el vientre liso, marcado por el ombligo como una huella leve en la arena, y la estrella como de un fruto de mar. Los rayos del sol que reverberaban bajo el agua la rozaban, ya vistiéndola, ya desnudándola del todo.
De la natación pasó a un movimiento que parecía de danza; suspendida en el agua a media profundidad, sonriéndole, extendía los brazos en una blanda rotación de los hombros y las muñecas; o bien, con un empujón de la rodilla hacía asomarse un pie arqueado como un pequeño pez.
Usnelli, en el bote, era todo ojos. Comprendía que lo que ese momento le ofrecía la vida era algo que no a todos les es dado mirar con los ojos abiertos, como el corazón más deslumbrador del sol. Y en corazón de ese sol había silencio. Todo lo que allí había en ese momento no podía traducirse en ninguna otra cosa, quizá ni siquiera en un recuerdo.
Ahora Delia nadaba de espaldas, emergiendo hacia el sol, en la boca de la gruta. Avanzaba con un ligero movimiento de brazos hacia el mar abierto y debajo el agua iba cambiando gradualmente de azul, cada vez más clara y luminosa.
-¡Cuidado, cúbrete! ¡Se acercan unas barcas, allá fuera!
Delia ya estaba en los escollos, bajo el cielo. Se metió debajo del agua, extendió el brazo, Usnelli le tendió las exiguas prensas, ella se las sujetó nadando, volvió a subir al bote. Las barcas que llegaban eran de pescadores. Usnelli reconoció a algunos del grupo de gente pobre que pasaban la estación de la pesca en aquella playa, durmiendo al abrigo de unos escollos. Les salió al encuentro. El hombre que remaba era el joven, taciturno en su dolor de muelas, la gorra blanca de marinero encajada sobre los ojos estrechos, remando a tirones como si cada esfuerzo que hacía le sirviera para sentir menos el dolor; padre de cinco hijos; desesperado. El viejo iba en la popa; un sombrero mexicano de paja coronaba con una aureola toda deshilachada la figura flaca, los ojos redondos y muy abiertos, en otro tiempo quizá por soberbia fanfarrona, ahora por comedia de borrachín, la boca abierta bajo los bigotes caídos, todavía negros; limpiaba con cuchillo los mújoles que habían pescado.
-¿Buena pesca? -gritó Delia.
-Lo poco que hay -contestaron-. Es el año.
A Delia le gustaba hablar con los lugareños. A Usnelli, no ("frente a ellos", decía, "no me siento con la consciencia tranquila", se encogía de hombros y todo terminaba ahí). Ahora el bote se acostaba a la barca, cuyo barniz descolorido y surcado de grietas se levantaba en pequeñas escamas, y el remo atado con una anilla de cáñamo al escalmo gemía cada vez que frotaba la madera astillada de la borda, y una pequeña y herrumbada ancla de cuatro puntas se había enganchado bajo la tabla estrecha del asiento en una de las nasas de mimbre erizadas de algas rojizas, secas quien sabe hacía cuanto tiempo, y sobre el montón de redes teñidas de tanino y bordeadas de redondas tajadas de corcho, centelleaban en sus filosas envolturas de escamas, ya de un gris mortecino, ya de un turquesa resplandeciente, los peces boqueantes; las branquias todavía palpitaban mostrando, debajo, un rojo triángulo de sangre.
Usnelli seguía callado, pero esta angustia del mundo humano era lo contrario de la que le comunicaba poco antes la belleza de la naturaleza: así como allá le faltaban las palabras, aquí una avalancha de palabras se precipitaba en su cabeza: palabras para describir cada verruga, cada pelo de la flaca cara mal afeitada del pescador viejo, cada plateada escama de mújol.
En la orilla había otra barca en seco, volcada, sostenida por caballetes, y de la sombra salían las plantas de los pies descalzos de unos hombres dormidos, los que habían estado pescando durante toda la noche; cerca, una mujer toda vestida de negro, sin cara, ponía una olla sobre un fuego de algas, del que subía una larga humareda. La orilla en aquella cala era de guijarros grises; las manchas de colores desteñidos eran los delantales de los niños que jugaban, los más pequeños vigilados por las hermanas mayorcitas y regañonas, y los mayores y más despabilados, con cortos calzones hechos de viejos pantalones de adulto, corrían arriba y abajo entre los escollos y el agua. Más lejos empezaba a extenderse una orilla de arena recta, blanca y desierta, que de un lado se perdía en un cañaveral ralo y en terrenos baldíos. Un joven vestido de fiesta, todo de negro, incluso el sombrero, con el bastón al hombro y un ato colgando, caminaba junto al mar a lo largo de la playa, marcando con los clavos de los zapatos la friable costa de arena: seguramente un campesino o un pastor de un pueblo del interior que había bajado a la costa para ir a algún mercado y que seguía el camino pegado al mar buscando el alivio de la brisa. El ferrocarril mostraba los hilos, el terraplén, los postes, la cerca, después desaparecía en un túnel y volvía a empezar más adelante, desaparecía, salís nuevamente, como las puntadas de una costura irregular. Por encima de los guardacantones blancos y negros de la carretera, asomaban unos olivos bajos; más arriba las colinas se cubrían de brezo, pastos y matorrales o solamente de piedras. Un pueblo encastrado en una grieta entre aquellas alturas se alargaba hacia arriba, las casas una sobre otra, separadas por calles en escalera, empedradas, hundidas en el medio para que corriera el arroyuelo de deyecciones de mulo, y en los umbrales de todas las casas había cantidad de mujeres, viejas o envejecidas, y en los pretiles, sentados en fila, cantidad de hombres, viejos y jóvenes, todos en camisa blanca, y en medio de las calles en escalera los niños jugando en el suelo y algún muchachito mayor tendido a través con la mejilla apoyada en un peldaño, durmiendo allí porque estaba un poco más fresco que dentro de la casa y olía menos, y posadas en todas partes y volando nubes de moscas, y en cada muro y en la orla de papel de periódico que cubría el manto de cada chimenea, el infinito punteado de excremento de mosca, y a Usnelli le venían a la mente palabras y más palabras, apretadas, entrelazadas las unas sobre las otras, sin espacio entre las líneas, hasta que poco a poco era imposible distinguirlas, eran una maraña de la que iban desapareciendo incluso los menudos ojales blancos y sólo quedaba el negro, el negro más total, impenetrable, desesperado como un grito.

287/Alkimia - Birmania - Kap



El último mono
Donde el caricaturista - humorista se desahoga a base de viñetas, garabatos y monos

post rb: pocas veces una
imagen mueve más que
cables, fotosm palabras,
monjes y estudiantes,
obreros y jubilados
muertos...

286/Papeles y cenizas - China: Una extraordinaria explosión del consumo - Por Rafael Poch


Diario de Pekín - China
En quince años, las clases medias de China pasarán de los 100 millones actuales hasta unos 600 millones
En los últimos veinte años, el mundo ha asistido al nacimiento del "fenómeno China" como fábrica global. En los próximos quince, se asistirá a la segunda fase de ese fenómeno, bajo la forma de una extraordinaria expansión del consumo interno y de la consolidación del mayor mercado del mundo. Antes del 2020, las "clases medias" chinas pasarán de los 100 millones de consumidores actuales, hasta unos 600 millones.

El país va a experimentar un cambio tan profundo como el observado hasta el día de hoy. "El mercado de masas, representado por la clase media/baja, aumentará de los 100 millones actuales hasta, aproximadamente, 500 o 600 millones en el 2010, mientras que la clase media/alta crecerá de los 10 millones actuales hasta 70 o 100 millones, para el 2020", explica el consultor belga, Jan Borgonjon.


Las estimaciones de su consultoría, "InterChina", coinciden, mas o menos, con lo que barajan Morgan Stanley, McKinsey, UBS y otros. Las "clases medias chinas", cuya expansión alimentará la prevista explosión del consumo, es un término tan amplio como confuso. Desde el punto de vista de los ingresos, Borgonjon habla de unos 500 o 600 millones con entradas anuales situadas entre los 4000 y los 12.000 dólares, y de una franja de otros 100 millones con ingresos por encima de los 12.000 dólares. Para este segundo grupo, los productos de consumo típicos serán; vivienda, coche de gama alta o media, turismo (dentro y fuera de China), los seguros médicos y la educación de los hijos. Para la clase media/baja, el teléfono móvil, el televisor de plasma, vivienda y automóvil utilitario y educación. Este "boom" del consumo es, en parte, un pronóstico ya confirmado y en marcha. Por primera vez desde 1998 la demanda de productos está superando la oferta en una lista de más de cien productos divulgada esta semana por el Ministerio de Comercio.


Los usuarios de teléfonos móviles han pasado de 230 millones en 2003, a más de 600 millones hoy, y aumentan a razón de 7 millones de unidades vendidas al mes. En cinco años, los propietarios de coches han pasado de 17 millones a 40 millones. Estas cifras son algo más que una mera consecuencia automática del crecimiento. Tienen que ver también con una estrategia política, pues China es uno de los países en los que la esfera de lo político mantiene una considerable capacidad de gobierno, y hasta cierto punto, de planificación, sobre lo económico. El peso de las exportaciones en el PIB supera el 40%, y, en los últimos años, lo que se considera excesivo y peligroso. El gobierno chino ha dejado clara su voluntad de pasar desde una economía orientada a la exportación, a un crecimiento más sólido y menos vulnerable ante posibles fluctuaciones exteriores. Ese crecimiento deberá ser generado por su mercado interno. Para facilitar ese cambio, el estado gastará más dinero en bienestar social, contribuyendo activamente a la construcción o mejora de redes de educación y seguridad social. Ese mayor gasto supone también un mayor énfasis en la captación de impuestos. Hoy los impuestos suponen alrededor del 23% del PIB, lo que es insuficiente para sostener un "estado social".


En quince o veinte años, la clase media podría dejar hasta el 40% de sus ingresos en impuestos, lo que, según algunos observadores, incrementará la presión pública para una mayor representación política. En otras palabras, el principio "no taxation, no representation" (nula imposición fiscal / nula representación política) podría quedar atrás. Los expertos chinos no cierran esa puerta. "Nuestro sistema político y nuestro partido han demostrado funcionar bien y ser adecuados a la actual fase de desarrollo, la pregunta sobre su futuro habrá que planteársela cuando lleguemos al ""xiaokang", dice, Hu Angang, el influyente economista de la Universidad Quinhua de Pekín. Es una manera de decir que la reforma política puede ser actual en unos quince años… El objetivo de "xiaokang" ("pequeño bienestar"), describe, a grosso modo, una sociedad de clases medias con fundamentos socioeconómicos para la estabilidad. El concepto de "sociedad armoniosa", con atención a las desigualdades y al desarrollo del estado social, que va a ser la principal bandera del XVII Congreso del PCCh que se celebrará en quince días, es visto como la estrategia para llegar a aquel objetivo de "xiaokang / 600 millones de consumidores". ¿Quién se hará con el descomunal pastel que representa ese boom del consumo?. Evidentemente, el gobierno chino se está preparando en muchos frentes para que sea capitalizado por las empresas nacionales, y no por los extranjeros. En los últimos meses han pasado muchas cosas en ámbitos como; políticas industriales proteccionistas, la legislación sobre impuestos, estándares nacionales de calidad, leyes antimonopolios, privatización de empresas estatales…

El gobierno chino considera que en los últimos años las multinacionales extranjeras han llegado a dominar en exceso algunos sectores sensibles de la economía nacional. Todo eso, y lo que vendrá, redunda en lo mismo; un clima general menos favorable hacia las empresas extranjeras con vistas a "nacionalizar" la próxima explosión del consumo de los 600 millones.

Si antes, todas las empresas extranjeras eran bienvenidas, se les desgravaba y tenían ciertos privilegios, en la actual fase de desarrollo sólo se les va a recibir con los brazos abiertos cuando encajen en la nueva estrategia, cuando transfieran tecnología avanzada, o cuando inviertan en sectores y actividades en los que su presencia se considera necesaria para un desarrollo más pendiente de la calidad. En todo lo demás, se les va a poner las cosas más difíciles. Desde el XVI Congreso del PCCh (2002), el escenario oficial de "xiaokang para el 2020, con explosión del consumo y de las clases medias", parte del presupuesto de un sostenido ritmo de crecimiento semejante al actual. Esa continuidad, está, sin embargo, sometida a imprevistos. Existe el precedente del SARS (el síndrome respiratorio agudo de 2003), que fue más una advertencia que una verdadera crisis. Tenemos el nunca descartable escenario de un "pinchazo global". Y tenemos el problema de la sostenibilidad del actual crecimiento, con sus tremendos dilemas energéticos. Actualmente, el uso energético vinculado al consumo representa un 24% del total. Cada nuevo miembro de la clase media china, consume 3,5 veces más energía que su anterior "encarnación social", rural campesina.


El pronosticado boom del consumo requerirá un boom energético (y contaminante) extraordinario. ¿Por donde pueden venir las sorpresas en ese terreno?. Según la Agencia Internacional de la Energía, China superará en 2010 a Estados Unidos como primer emisor de gases de efecto invernadero y para el 2030, China responderá de más del 25% del incremento global de esa emisión. Durante la fase anterior del boom -en los noventa- las emisiones de gases de efecto invernadero chinas aumentaron un 40%. Actualmente, las emisiones de CO2 en el mundo ya aumentan al 3% anual y se doblarán en poco más de veinte años, en lugar de bajar a la mitad como deberían. La pregunta acerca de cómo saldremos parados de esta nueva explosión crematística, tiene sentido.

*******************************************************************

postscriptum


A días del XVII Congreso del Partido Comunista
Hu Jintao quiere cambios en la estructura económica
El presidente de China aseguró que su país cambiará el foco de sus exportaciones "desde la cantidad a la calidad"
PEKIN (EFE).- El presidente chino, Hu Jintao, aseguró que la cuarta economía del mundo proseguirá su integración internacional y cambiará el foco de sus exportaciones "desde la cantidad a la calidad", en un discurso del que se hizo eco hoy la prensa estatal. Hu, que habló a expertos economistas del Partido Comunista de China (PCCh), explicó que el país debe intentar cambiar su estructura de comercio exterior, exportando e importando productos de mayor calidad en lugar de promocionar una mayor cantidad de exportaciones. El mandatario destacó que el país, habituado a recibir inversión exterior, intentará apoyar que empresas chinas inviertan en el extranjero. Por otra parte, el Gobierno chino atenderá cuestiones que preocupan a la comunidad internacional, como la calidad de sus exportaciones, la protección medioambiental -junto a la responsabilidad de China en el cambio climático- y la lucha contra la piratería. El país, señaló el presidente chino, "necesita impulsar su seguridad económica para afrontar la intensa competencia global". Analistas del diario independiente "South China Morning Post" señalaron que, aunque las palabras de Hu no difieren mucho de las de discursos previos, son importantes por el momento en el que se han pronunciado, a escasos días del decisivo XVII Congreso del Partido Comunista de China. En el congreso se elegirán los líderes del PCCh para los próximos cinco años y se prevé una nueva pugna entre conservadores y reformistas por consolidar sus teorías económicas en el seno del partido. La generación de líderes encabezada por Hu opina que han de moderarse las teorías económicas de sus antecesores Deng Xiaoping y Jiang Zemin, en las que el desarrollo de la economía estaba por encima de todo, para poner en marcha políticas más sociales con el fin de frenar el descontento entre los sectores desfavorecidos.

285/Tendencias - La TV todavía usa papel carbónico - Por Pablo Sirvén

Patalean unos contra otros, pero todos hacen lo mismo: repiten y repiten lo peor de cada canal
Desde el monstruo de Frankenstein -un ser vivo hecho de retazos de cadáveres- hasta las performances de los diyeis -que creen parir obras nuevas por el solo hecho de mezclar y superponer discos ya conocidos-, la tentación de cortar en pedacitos cosas ya hechas para unirlas arbitrariamente con otras es una obsesión cada vez más recurrente en el hombre actual.
Los collages en las artes plásticas, los remixados en la música, la intertextualidad en la literatura, la clonación en la biología y hasta la transversalidad en la política están hechos de una misma sustancia: fragmentos preexistentes que, combinados con otros, aspiran a convertirse en una nueva materia. Quienes los manipulan se sienten con derechos de autor por el solo hecho de mezclar lo que ya existía. La TV argentina es el campo de batalla donde estos raros procederes se registran con inusitada intensidad, un lugar donde empiezan a ser menos los programas originales que los copiados y armados a base de sobras de los primeros. El morderse continuamente la cola de ese medio, el ácido regurgitar constante de bocados ya digeridos, que se volvió hábito imparable en nuestra pequeña pantalla, amenazó hace unos días con hacer llegar la sangre al río. Pero si la Argentina fuese un país más serio, Luis Majul nunca habría tenido necesidad de reclamarle, primero mediáticamente y luego por carta documento, a Diego Gvirtz, productor de TVR , por haberle usurpado en cuestión de minutos su "exclusiva" entrevista a Charly García, emitida originalmente por La cornisa (América) del sábado 15 de septiembre y reproducida un rato más tarde en sus partes fundamentales por TVR (Canal 13). Al cierre de esta edición podría estar suscitándose una situación similar con el reportaje a Omar Chabán que Majul le realizaba en América, otro bocado tentador y a tiro del voraz apetito de TVR . Si la Argentina fuese un país más serio, PNP (el programa de bloopers televisivos de la familia Portal, que se vio aquí en los años 90) no habría tenido necesidad de litigar por plagio contra TVR ni, a su vez, Miguel Rodríguez Arias, el pionero en la materia, habría demandado a los dos programas mencionados porque nunca habrían salido a la luz. En ninguna nación desarrollada existen programas confeccionados por otros preexistentes y presentados a manera de comida recalentada. Es que hacen cumplir sus leyes de propiedad intelectual y nadie puede apropiarse sin permiso del material de un tercero.
Si la Argentina fuese un país en serio, por eso mismo, tampoco existirían ciclos como Duro de domar, Maldita TV, RSM, Ran 15, Zapping y la mayoría de los programas (con especial predilección los matutinos y los chimenteros, que se demuelen mutuamente por la tarde) que basan su existencia pura y exclusivamente en la reproducción constante y obsesiva de fragmentos de otros programas, un artilugio que pergeñó Rodríguez Arias en 1983 cuando vio, escuchó y grabó al entonces candidato a vicepresidente de la Nación por el Partido Justicialista al pronunciar un memorable lapsus línguae que terminó siendo premonitorio: "La opción es liberación o dependencia -había dicho entonces don Deolindo Felipe Bittel- y nosotros ya elegimos la dependencia". Aun en aquella época, de muchísima menos polución mediática que la actual, esa desopilante y desoladora aseveración, en su fugacidad, había pasado inadvertida y Rodríguez Arias intuyó entonces un filón valioso para hacer reflexionar a la sociedad sobre los intrincados laberintos del discurso político y se lanzó a armar unos videos con sus primeros hallazgos. La derivación industrial de ese formato tuvo su segundo acto en 1994, cuando PNP aligeró ese primer cometido y lo redujo a meras reproducciones de errores televisados. Cinco años más tarde, el productor Diego Gvirtz encontró un camino intermedio entre el afán intelectual original de Rodríguez Arias y el entretenimiento leve de los Portal al proponer un noticiero de la TV argentina que presentaba humorísticamente informes que compaginaban lo más llamativo de la semana televisiva. En pocos años, y a medida que la televisión se fue tornando cada vez más en un negocio inestable para pocos e inviable para los demás, el recurso de repetir fragmentos de distintos programas a toda hora comenzó a convertirse en un "llenaespacios" ideal y barato. En el tiempo que ha corrido en lo que va del siglo XXI el fenómeno proliferó como peste en compaginaciones cada vez más atrevidas y cínicas, sin respeto por el horario de protección al menor, con repeticiones hasta el hartazgo de nimiedades de una increíble zoncera y hasta procacidades de muy difícil digestión. Así, la TV con el beneplácito de sus permisionarios, que aceptan este virtual cuatrerismo televisivo; del público, que al ver este tipo de programas les aporta rating, y de los publicitarios, que pagan tarifas carísimas por avalar con sus avisos y marcas tan desordenado estado de cosas, ha quedado devastada con tanta repetición constante de golpes bajos, insultos y escenas de franco mal gusto. Son horas y horas, que los canales se roban unos a otros, aceptando el escarnio de sus propios programas y figuras, que empobrece y degrada su menú. Se diluye la identidad clara que antes distinguía a un canal de otro y se vuelve cada vez más inestable la fidelidad de las audiencias. Los efectos sobre sus contenidos son letales: los géneros tradicionales se tornan frágiles y están en vías de extinción. Lo peor de ese medio se potencia en su repetición compulsiva y provoca actitudes imitativas. La ley Nº 11.723 de propiedad intelectual, en su artículo 31, sólo autoriza las reproducciones de materiales cuando se relacionan "con fines científicos, didácticos y en general culturales o con hechos o acontecimientos de interés público o que se hubieran desarrollado en público". La cantidad de zafadurías que se ven a diario en la TV varias veces repetidas no parecen adecuarse a las excepciones que marca la ley en la materia.

284/Actuales -VILLANOS - Por Santiago O’Donnell


Los años pasan y la historia se repite: el villano de turno hace su aparición tenebrosa en la asamblea anual de las Naciones Unidas para batirse en un duelo verbal y gestual con el presidente dueño de casa. Al menos ésa es la puesta en escena mediática que todos los años repiten los grandes medios de Occidente. En todo caso el mensaje, envuelto en grandilocuentes invocaciones a la libertad y la democracia, también es siempre el mismo: los enemigos de Estados Unidos son enemigos del mundo civilizado.

Ocurrió con los soviéticos, ocurrió con Fidel, ocurre ahora con el líder iraní de pronunciación difícil, Mahmud Ahmadinejad.
Desde siempre la presencia más llamativa, la más escandalosa, la que más molestaba al presidente anfitrión era la del cubano. Ninguno de sus sucesores lo ha podido igualar. En cada visita Castro daba cátedra de oratoria desde el púlpito y derrochaba simpatía en sus tradicionales visitas al templo evangélico de Harlem. Nunca se olvidaba de los pobres y oprimidos de ese momento, haciendo causa común con el progresismo norteamericano y las izquierdas del mundo. A tal punto llegó la cosa que una vez un alcalde republicano le cortó la luz de la iglesia en pleno sermón revolucionario, pero no consiguió aguar la fiesta, que siguió en la calle.
El año pasado fue el turno de Hugo Chávez de ocupar el rol de villano de la ONU y el venezolano estuvo muy lejos de los encantos demostrados por su maestro. Con un discurso duro y apocalíptico, sobreactuando su encono con Bush, al que llamó diablo en su propio país, descolocó a una audiencia local e internacional que ansiaba conocerlo de cerca y ver cómo se mueve en el gran escenario internacional.
Ese mismo año hizo su debut en un rol secundario el líder iraní con una actuación muy distinta de la que desplegó la semana pasada. Parecía un profesor sencillo, admirador de la cultura norteamericana, que eludía preguntas incómodas, como las referidas al Holocausto, desafiaba al presidente Bush a un debate televisivo al estilo norteamericano, hacía anotaciones simpáticas en su flamante blog, y denunciaba la campaña liderada por Estados Unidos para sancionar su inofensivo programa nuclear.
Este año otro Ahmadinejad copó el escenario neoyorquino. Envalentonado por los aplausos del año anterior, pidió el micrófono de la Universidad de Columbia. Pero Nueva York ya no veía al iraní con los mismos ojos. En el tiempo transcurrido Irán había sido señalado, junto con Al Qaida, como el mayor responsable del fracaso en Irak. También se había convertido en el blanco de la principal hipótesis de conflicto del Pentágono, que tiene en carpeta nada menos que un ataque nuclear, aunque la presente relación de fuerzas internas y externas en Estados Unidos hacen inviable semejante acto criminal.
En su regreso a la ONU el líder iraní se topó con una resistencia que quizá no esperaba. El decano de Columbia es el mismo que entrega los premios Pulitzer y por orgullo profesional no podía dejar que usaran a él y a su universidad para burlarse de Occidente. Dejando de lado los buenos modales le dijo “”dictador cruel” y “ridículo” al líder iraní en su propia cara y lo entregó a una jauría de sabuesos que apuntaron directo a la yugular: “¿Cómo podés negar el Holocausto, chabón????” En ese punto, el fanatismo religioso y el orgullo herido pudieron más que la diplomacia de Ahmadinejad y no se le ocurrió mejor cosa que decir que puede ser que haya ocurrido, pero falta investigar un poco más.
Esa respuesta, por ridícula, por ofensiva, pronunciada en la ciudad que alberga a las principales organizaciones de la diáspora judía, lo colocó en el lugar de impresentable ante la comunidad internacional, salvo sus miembros más díscolos. Al lado de semejante definición, en semejante lugar, Chávez llamándolo a Bush “míster danger” en la Asamblea de la ONU, más que un insulto, parece un chiste malo.

El caso es que el líder iraní de difícil pronunciación emprendió esta semana una gira por la región, con paradas en Caracas y La Paz. La debilidad de Washington y su desinterés por Latinoamérica hacen posible una visita impensable años ha.
La presencia de Ahmadinejad deja abierta la pregunta de la conveniencia de armar alianzas con actores extrarregionales para impulsar estrategias de desarrollo alternativo. Para la Argentina, en principio, una alianza con Irán le está vedada por la realidad. Aquí se mezclan tres cuestiones diferentes pero con muchos puntos de contacto: los atentados contra la AMIA y la embajada de Israel, el conflicto de Medio Oriente y la guerra global contra el terrorismo.
En el primer tema, como se sabe, el gobierno ha acusado a funcionarios iraníes de estar detrás del ataque a la mutual judía. Las pruebas presentadas provienen de informes de inteligencia de los servicios estadounidenses e israelíes, basados en testimonios de disidentes arrepentidos que habrían aportado información valiosa en otros causas, lo cual daría cuenta de su supuesta credibilidad. Pero la sucesión de errores y encubrimientos en las investigaciones, más la destitución del juez instructor y sus dos fiscales por irregularidades manifiestas en el manejo del caso AMIA, más la ausencia de pruebas sobre la conexión local en los dos hechos, dificulta no sólo el esclarecimiento, sino también la relación con el país persa. El fuerte intercambio entre Kirchner y el portavoz de la Cancillería iraní esta semana lo demuestra.
Después está el tema de Medio Oriente, donde hay varios estados y organizaciones armadas que han jurado destruir a Israel, entre ellos Irán. Hace diez días el ejército de ese país probó un misil con alcance suficiente para aterrizar en Tel Aviv. Ahmadinejad argumenta que el problema es que Israel oprime al pueblo palestino, que invadió el Líbano, etc., etc. En ese contexto se inscriben sus apreciaciones sobre el Holocausto. Otra vez, más allá de las valoraciones, si alguna enseñanza dejaron los atentados a la AMIA y la embajada es que no parece oportuno involucrarse en un conflicto tan explosivo.
El tercer tema es la guerra que le declaró Bush al terrorismo. En esta guerra, que se desarrolla en todo el mundo, menos, hasta ahora, en América latina, Washington le ha asignado a la Argentina un rol pasivo, pero rol al fin. Y más allá de las diferencias en política exterior y política económica, que para la Casa Blanca son secundarias, en lo que realmente le importa al gobierno de Bush el Gobierno de los Kirchner ha prestado toda la colaboración necesaria. Así lo dijo el encargado del área del Departamento de Estado, Thomas Shannon, en su última visita al país. Se trata, sobre todo, de colaboración las áreas de migraciones y aduanas, donde la relación entre funcionarios medios de Estados Unidos y Argentina es mucho más armónica y cercana de lo que se conoce. Washington acaba de declarar organización terrorista a la Guardia Nacional iraní, a la que acusa de apoyar a la insurgencia en Irak. En ese contexto no es fácil hacer negocios con los iraníes.
Claro que las circunstancias de la Argentina son distintas de las de Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia, países que Ahmadinejad visitó o visitará, o incluso Brasil, país que desarrolla relaciones con Irán por canales más reservados. Igual, para todos ellos la presencia iraní en su territorio representa tanto una oportunidad como un riesgo, y más aún después de la actuación de Ahmadinejad en Nueva York.
Por todo eso la gira latinoamericana del líder iraní tiene objetivos diplomáticos y comerciales acotados por la realidad geopolítica, pero viene cargada de un simbolismo difícil de ignorar. Su visita abre un camino que los países de la región pueden aprovechar para profundizar intercambios con bloques comerciales menos problemáticos, como el chino o el europeo, diversificando sus mercados tras el fracaso del modelo hegemónico planteado por Estados Unidos a través del proyecto del ALCA, el Tratado de Libre Comercio continental. O puede servir para reclamar más atención y un cambio de actitud por parte de Estados Unidos, como ha hecho el Presidente argentino en la semana que pasó.
Los villanos de la ONU cumplen la función simbólica de fijar la atención mediática en alguna región del mundo que requiere atención. Una vez más el villano está entre nosotros, aquí en América latina. Pero esta vez viene de afuera y maneja tecnología nuclear de avanzada. El patio trasero ya no es patrimonio exclusivo del Tío Sam, parece decir el recién llegado, un chico iraní de apellido difícil, con cara de pícaro y los bolsillos repletos de petardos y cañitas voladoras.
sodonnell@página12.com.ar

viernes, 28 de septiembre de 2007

283/Polis - La revolución necesaria - Iván Posada

Nuestro país está enfermo. La dirigencia política, la intelectualidad, la sociedad en general. De cortoplacismo. De categorizaciones ideológicas, perimidas en el mundo pero dominantes en este Uruguay de comienzos del siglo XXI. No hay términos medios. Solo un exultante e irracional maniqueísmo que todo lo niega, que nada construye.
Sin un objetivo estratégico que nos oriente y nos comprometa. Sin planeamiento estratégico, sin consensos básicos que permitan acordar las políticas públicas, los dirigentes políticos marchamos al son de la coyuntura. De los precios internacionales de los productos que exportamos. De la liquidez internacional en el mercado de capitales. Ese contexto nos viene dado y sobre él no podemos incidir mayormente. Pero sí podemos programar el uso de los recursos asignándoles consistencia intertemporal.
Sí podemos reducir nuestras vulnerabilidades para enfrentar los riesgos. Sí podemos, consolidar una estrategia de desarrollo de largo plazo.En este desafío los uruguayos estamos solos. Un primer paso al menos sería identificar nuestras fortalezas y debilidades. Con un mercado interno de algo más de tres millones de habitantes, la clave estratégica de nuestro desarrollo es cómo nos insertamos en el mundo.
Cuando aparece una oportunidad como el TLC con Estados Unidos, inmediatamente surge la contracara: apostemos al Mercosur. ¿Dónde estaba escrito que una cosa suponía negar la otra? Nadie se detuvo a analizar cuánto trabajo y de qué calidad se podía generar por ejemplo en el sector textil, por citar un sector casi en extinción y otrora importante en la generación de empleo. Nuestro Uruguay, "que trajo emigrantes de todos los rincones para darles la tierra prometida", ha dejado de ser el horizonte con que sueñan nuestros hijos. El mundo los tienta. Saben que el futuro que les ofrecemos carece de un paradigma. ¿Para qué quedarse?
Esta es la realidad uruguaya. La apuesta a la mediocridad. Al corporativismo. A enredarnos en discusiones estériles. Es patrimonio de todos desde hace mucho tiempo. Tanto, que ya Carlos Quijano lo sintetizaba magistralmente: "A los orientales nos gusta engañarnos, tomar nuestros vagos y mediocres deseos por realidades, despreciar los hechos cuando perturban nuestra tranquilidad. En el mismo altar de la irrealidad, todos oficiamos, todos hacemos nuestros reverenciales sacrificios, todos convivimos. Es una tácita y común hipocresía".
Nos quedamos atrás. Hay que dar la vuelta la pisada. No es fácil. No por los obstáculos sino por nosotros mismos. Una revolución nos convoca. Ni más ni menos que cambiar nuestra actitud. He ahí el principio de un cambio definitivo y verdadero.

282/Actuales - Universo I - Recop.Alfonzo Almanzor




La Tierra 'respiraba' muchos millones de años antes de lo que se creía
Nuevas evidencias de la aparición de oxígeno. Science revela las trazas de oxígeno más antiguas.
Se calcula que apareció hace unos 2.500 millones de años
.



Había aire mucho antes de lo que se creía. Si hasta ahora los científicos databan la aparición del oxígeno sobre la faz de la Tierra hace unos 2.300 o 2.400 millones de años, ahora tendrán que retrasar sus estimaciones entre 50 y 100 millones de años más.
Al menos es la conclusión que se extrae del
informe presentado por la prestigiosa revista Science, según el cual se han encontrado pequeñas trazas de oxígeno en unas rocas sedimentarias recolectadas al oeste de Australia.



El 'gran evento de la oxidación'
Un análisis químico realizado a dichas rocas, recogidas a gran profundidad, adelanta entre 50 y 100 millones de años la fecha en la que anteriormente se estimaba que apareció el oxígeno.
Según este nuevo hallazgo, estas pequeñas trazas de oxígeno precedieron a lo que se conoce como 'el gran evento de la oxidación', es decir, el momento en el que el porcentaje de oxígeno aumentó drásticamente en la atmósfera, lo que propició la aparición de las primeras formas de v
"No podríamos existir en un mundo que no tuviese una gran cantidad de oxígeno en la atmósfera. Así que entender cómo eso ocurrió es fundamental para entender cómo es que la Tierra se convirtió en un planeta hospitalario para nosotros," declaró el geoquímico Ariel Anbar, de Arizona State University.


****************************************


Un chorro de ondas de radio cósmicas deja perplejos a los astrónomos
Detectado por un equipo de astrofísicos en EE UU.
Su origen puede estar en el choque entre dos agujeros negros.
Se produjo a 3.000 millones de años luz de la Tierra
.



Un grupo de astrónomos experimentó lo que nunca antes habían visto, un poderoso chorro de ondas de radio que podría abrir nuevos caminos en la búsqueda de estrellas o agujeros negros agonizantes.
El equipo, formado por expertos de varias universidades de EE UU y Australia, estaba buscando
pulsares (estrellas de neutrones que emiten radiación pulsante periódica), cuando recibió la gigantesca señal de radio.
Fue muy breve, pero extremadamente potente, y al parecer provenía de un lugar a 3.000 millones de
años luz de la Tierra.


"El enorme chorro parece que se originó en un universo muy lejano, y pudo haber sido producido por un choque entre dos estrellas de neutrones o los últimos momentos de la evaporación de un agujero negro, comentó Duncan Lorimer , astrofísico de la Universidad Occidental de Virginia y del Observatorio Nacional de la Radioastronomía.Para el grupo de investigadores, esta señal de radio, que duró cinco milisegundos, casi seguro que la originó un solo acontecimiento cósmico, como una potente supernova o el choque entre dos agujeros negros.


*********************************************************************
La materia oscura fue clave en la creación del universo

LONDRES (Reuters) - La materia oscura podría haber jugado un papel clave en la formación de las primeras estrellas, según un grupo de investigadores que sugiere que la misteriosa e invisible materia podría también haber sido responsable de la creación de los agujeros negros.
Su experimento ofrece pistas sobre cómo era el universo justo después del 'big bang', hace unos 13.000 millones de años, y señala que la materia oscura ayudó a establecer el estado térmico de las primeras estrellas, explicó Tom Theuns, astrónomo de la Universidad de Durham, que lidera el estudio publicado en la revista Science el jueves.
'La novedad es que hemos sido los primeros en demostrar que las propiedades de estas primeras estrellas dependían de una forma tan crucial de la materia oscura', informó Theuns en una entrevista telefónica.
'Si la materia oscura fuese cálida, algunas de estas estrellas primitivas estarían merodeando por nuestra galaxia'.
La mayoría de los físicos creen que la materia oscura, cuya presencia es conocida sólo gracias a su impacto gravitacional sobre los cuerpos celestes, constituye cerca del 90 por ciento de la materia del universo.
La materia normal, que es todo aquello que podemos ver y sentir, constituye el resto.
Debido a que el universo estaba formado inicialmente tan sólo de helio e hidrógeno, la materia oscura fue clave al proporcionar fuerza gravitacional para unir estos elementos y formar estrellas. Ahora que hay otros elementos en la galaxia, la materia oscura no es necesaria para formar estrellas.
'Hoy en día las estrellas se forman en nubes gigantes de moléculas de gas y polvo inmersas en los discos de grandes galaxias como nuestra Vía Láctea, donde las primeras estrellas se formaron dentro de 'minihalos', aglomeraciones de gas primitivo y materia oscura con una masa total un millón de veces mayor que la del Sol', escribió en un comentario Volker Bromm, de la Universidad de Texas.
Por medio de simulaciones informáticas, el equipo descubrió que partículas heladas de materia oscura crearon con su lento movimiento las estrellas una por una, de forma aislada -generalmente, un cuerpo gigantesco y de vida relativamente corta de al menos 100 veces el tamaño del sol.
En contraste, la caliente y rápida materia oscura habría creado un considerable número de estrellas de todos los tamaños en enormes explosiones cósmicas que ocurrieron en largos y finos filamentos de gases condensados.



281/Fototeca - Momentos estelares de la fotografía



orden: 1-3-2-4-

Dos exposiciones en Madrid, en el Círculo de Bellas Artes y el Canal Isabel II.
1- Migrant Mother (Nipomo, California, 1936), de Dorothea Lange, es una de las obras en exhibición.
2- Mainboucher Corset, París, 1939, de Horst P. Horst.
3- Distorsion no. 6, París, 1930, de André Kertész.
4- Spiral Jetty, Salt Lake, Utah, 1970, de Robert Smithson
.

280/Tendencias - El optimismo turístico - Por Roberto Bussero


Una saludable cuestión dialéctica


En definitiva, todo esto del turismo pasa por una muy gruesa dialéctica. Suponiendo que se tiene un producto, y sin entrar en la para mi ociosa discusión acerca de si éste “está” o “se construye”, lo que implicaría pasar a la aún más tediosa polémica sobre si la tarea del proponente es “mantenerlo” o “expandirlo”, veremos cómo se abrirían esos pares en tensión complementaria, cooperativa.

Por supuesto, tomemos el caso uruguayo; a dos meses del inicio de la temporada, se festeja el Día Mundial de Turismo mientras se ajustan las campañas para promocionar el verano que viene. Como siempre, el gobierno dice que confía en aumentar las divisas respecto al año pasado, aunque continúe el bloqueo, comenzando por citar problemas. Para el que lee o escucha, esa anticipación de contras – y, más, de una contra insalvable: si hay bloqueo en los puentes no se puede pasar, ¿qué hago con mi mujer, los chicos, mi suegra, el perro, las valijas, esperando que Kirchner, los ambientalistas y Tabaré se pongan de acuerdo en La Haya, Nueva York o Colonia? -, lleva a una primera conclusión: “mejor, no voy”.
Entonces, dialecticemos para construir la cuestión a través de ventajas – virtudes y perjuicios- carencias. Ese balance suele hacerse de dos modos: el gobierno impone lo que entiende mejor, las gremiales sectoriales oponen sus consideraciones abarcando: a) errores de la imposición gubernamental, b) perjuicios que les acarrearían soportar esa imposición, c) cómo se deberían hacer las cosas, d) que igualmente no puede garantizarse el éxito por la coyuntura internacional, la coyuntura regional, la coyuntura monetaria, el precio del dólar, el euro, el…, y la insoportable presión de los grandes destinos turísticos, hambrientos, angurrientos y, sobre todo, más cerca para la gente de más poder adquisitivo del mundo.
Ahí viene la parte en que, como síntesis menor, todos coinciden en acusas a las compañías aéreas de no alimentar convenientemente a nuestros aeropuertos, y las partes nacionales se reúnen en “fecundos y constructivos” diálogos que aseguran (asegurarían) una zafra memorable.

SALUDABLE

“Si bien los argentinos seguirán siendo los principales clientes del turismo en Uruguay, todo indica que la llegada de brasileños, europeos y norteamericanos aumentará respecto a la temporada pasada, frase tomada de un diario de hace pocos días, creo haberla leído/escuchado los últimos 20 o 25 años. Ahora se agrega que la llegada de “los cruceros son el principal indicio” de ese saludable boom.
Es decir, estamos en la etapa ascendente y constructiva de esa dialéctica, cuando es difícil pensar que no se caiga en un círculo vicioso, que no se esté caminando/corriendo/volando hacia una temporada mediocre, lejos de los boom de otrora.
Pero, digo yo, ¿no será que ahora no hay temporadas buenas y/o malas?, qué, quizás, no deba aplicarse el concepto de “temporada” como “zafra” y dejarlo para simples apreciaciones climáticas o vinculadas a ciertos énfasis determinados por corrientes de movilidad de pasajeros a escala internacional, regional, nacional, sectorial, social, cultural.
En ese sentido, que la llegada de la primavera se aproveche para realizar la exposición rural en el Prado y el Pilsen Rock de Durazno son índices de ciertas eventuales temporadas, y, por ahora, esos acontecimientos de múltiples efectos no han sido promocionados como tales disparadores.
En verdad, pensar esto me llevo más tiempo que las dos semanas que no escribí esta columna, pero decirlo sí me costó. Porque es demasiado obvio, y también demasiado contestatario: ¿cómo se le ocurre a este tipo comparar la tradicional temporada veraniega de tres meses de sol, playa y glamour con un conjunto de vacas rodeadas de gente que le ponen escarapelas o con una masa de jóvenes haciendo de tribu frente a un escenario donde desfilan guitarras y tambores cargando chiquilines de dudoso estado mental?

LA CUESTIÓN

Este año se anuncia que amarrarán 143 cruceros en los puertos de Montevideo y Punta del Este, incluso tres en un día, y se espera habilitar el llamado muelle La Pastora, en la playa Mansa, para descongestionar al puerto de Punta del Este.
Todo bien, pero se confunde la circunstancia, su unicidad propia de lo pasajero, con la evolución dialéctica que pueda preparar las revoluciones del caso.
Todo es cuestión de optimismo, cuando debía serlo de credibilidad.
Mucho es cuestión de suerte, azar; cuando debía serlo de adecuado análisis que devenga en apropiada y ascendente síntesis.
Ahora se apela a “la calidad de gasto", pero para gastar los turistas tienen que venir, y para venir tienen que tener cómo llegar y que esa venida – y la correspondiente llegada y posteriores salidas/regreso -sea cómoda, tranquila.
Así todo parece más sencillo y muy difícil, es parte de la condición del negocio, la competitividad, la espantosa globalización y la bienvenida mundialización, como apropiación humana del universo – orbe, de la cual el turismo es parte desde que la relación entre los pueblos al encontrarse no fue (sólo) la de conquista guerrera. Sencillo pero, irremediablemente, no optimista, porque éste es el inevitable par del pesimismo y a éste no lo quiero ver ni de lejos. Para nada.



publicado originalmente en portaldeluruguay.com

279/Papeles y cenizas - ¡Globo enfermo! - Por Sebastián Guerzio


El uso publicitario de la anorexia desató la controversia en Italia, cuando la joven francesa Isabelle Caro, anoréxica, de 31 kilos posó desnuda para el polémico fotógrafo Oliviero Toscani, y la marca de ropa No.l.ita utilizó la imagen de la chica en una campaña promocional (Foto REUTERS).


Mundo enfermo, tristeza ante una de sus pobrezas, las agencias consignaron que "las calles de las principales ciudades de Italia amanecieron ayer con una impactante publicidad en las vallas. Isabelle Caro, francesa y anoréxica, que en los momentos más críticos de su enfermedad llegó a pesar solo 31 kilos, posó desnuda para el fotógrafo Oliviero Toscani, célebre por sus provocativas campañas para Benetton, la más famosa de las cuales fue, sin duda, la de un enfermo terminal de sida postrado en la cama y acompañado por sus familiares. Es un aviso a las jóvenes contra la anorexia, pero no es una campaña sanitaria institucional. Detrás de la iniciativa está No.l.ita, una conocida marca de ropa para adolescentes"

Agrega: "la polémica está servida.'Es muy interesante que por fin una empresa haya entendido la importancia del problema', explicó ayer el propio fotógrafo en un comunicado. Luisa Bertoncello, consejera delegada de Flash&Partner, grupo al que pertenece No.l.ita, reconoció que cuando vio la foto por primera vez quedó 'conmocionada por la crudeza de la verdad que comunica' y decidió por ello que "era justo usar la publicidad como medio de sensibilización a la sociedad'".

Asegura que "les han llovido los aplausos. La ministra de Sanidad, Livia Turco, afirmó que este tipo de iniciativas 'pueden abrir eficazmente un canal comunicativo original y privilegiado con el público joven'. Para el diseñador Giorgio Armani, 'estas campañas con imágenes tan duras son justas y oportunas'".

Sin embargo, la iniciativa de Toscani y No.l.ita "también ha causado estupor y preocupación. El presidente de la Asociación Italiana de Problemas de la Alimentación, Riccardo Dalle Grave, lamentó que 'se trate de forma banal un problema tan serio', y la presidenta de la Asociación para el Estudio y la Investigación sobre la Anorexia, Fabiola De Clercq, avisó de que, por extraño que parezca, aún habrá chicas que envidien la delgadez de la joven de la fotografía"

Y es así, pues la modelo francesa no esconde su "entusiasmo: 'me he escondido durante mucho tiempo. Ahora quiero mostrarme sin miedo, aunque sé que mi cuerpo causa repugnancia. Los sufrimientos físicos y psicológicos que he sufrido solo pueden ser de ayuda a quien también ha caído en la trampa de la que yo estoy intentando salir', afirmó Caro".

Locura, polémica en un mundo lleno de pobreza y consumismo que dicta sus reglas.

Bestialidad que repugna, tanto como los chicos hinchados de África, que no quieren su pasado y su presente, ni su futuro, que sus ojos rebeldes revelan.

¡Muerte a la globalización1, ¡viva los seres 'normales' en un mundo local bien comunicado, pero no vigilado!

278/Recibido - Blog Action Day


Aunque la iniciativa de hacer del 15 de octubre el Blog Action Day surge desde la blogosfera estadounidense, puede ser interesante ver que sucede con esto. ¿Que es el Blog Action Day? básicamente es hacer que la mayor cantidad de blogs posibles hablen del mismo tema, el mismo día; esta vez hablando del Medio Ambiente.

Ya hay mas de
2200 blogs inscriptos, con participantes de varios idiomas (en español por ejemplo están Blogpocket, La vida apesta; Mundo Curioso y Visíon Saturada entre otros).Me pregunto si será posible articular un mensaje entre tantos participantes o si se podrá fomentar un buen debate... en caso que quieras apoyar la iniciativa pero no quieras o no puedas escribir sobre el tema sólo te piden que promociones la iniciativa.. Publicado por Mariano Amartino.
Y dale, quizás valga la pena, estamos para eso, algo así como "¡bloggistas - bloggers - del mundo UNÏOS!, rb

277/Entre Vista - Elogio do diálogo(ofícios de viver, ensinar, escrever) a Norberto Bobbio

Por Pietro Polito (Gramsci e o Brasil / La Insignia, setembro de 2007)
Tradução de Marcos Romiti.


No es ni será costumbre de "bussblogger" recoger material filosófico,
científico o ideológico que no sea escrito o traducido al
español/castellano, pero esta vale la pena, como que
no vale el esfuerzo de una segunda traducción, bsolutamente entendible, comprensible con lucidez,
leáse y mastíquese, rb


Pietro Polito.- Prezado professor, antes de tudo, lhe agradeço por ter aceitado a idéia de darmos continuidade ao nosso Dialogo de alguns anos atrás. Espero que esta seja uma nova ocasião para uma "conversa amigável" que satisfaça os dois dialogadores "já pelo prazer que transmite". Em um diálogo com Antonio Gnoli e Franco Volpi, assim Ernst Jünger define "a melhor forma da entrevista". Pois bem, se eu tivesse que dizer qual é o feitio dominante do seu caráter, não teria dúvida em indicar a propensão, ou talvez, a vocação ao diálogo.

Norberto Bobbio.- Para nós que saímos da Segunda Guerra Mundial, que durou cinco anos, o diálogo, mais que uma vocação, foi uma necessidade. Na guerra o outro é o inimigo. Com o inimigo não se dialoga, mas se combate para vencê-lo, vale dizer, para não lhe dar mais a possibilidade de falar. A primeira condição para que o diálogo seja possível é o respeito recíproco, que pressupõe o dever de compreender lealmente aquilo que o outro diz e, mesmo que não se esteja de acordo, procura-se contestá-lo sem animosidades, expondo argumentos prós e contras. Se o diálogo se interrompe por não conduzir a um acordo, não há nada de mau. Pode-se retornar a ele em um outro momento. O diálogo é sempre um discurso de paz e não de guerra. Nestes dias, temos todos à nossa frente uma situação na qual o confronto armado começou quando o diálogo não era mais possível. Não há nenhuma prova melhor sobre o fato de que diálogo e confronto são termos antitéticos: o diálogo somente pode iniciar quando o confronto termina, o confronto começa quando o diálogo não é mais possível.
-Por outro lado, você escreveu muito sobre o diálogo.
Norberto Bobbio- Sim. O que estou dizendo não é uma novidade. Em verdade, sobre o método do diálogo contraposto àquele da discórdia, por algumas vezes, discorri em meus escritos e, em particular, nos escritos sobre a paz e a guerra que você agrupou no terceiro volume de Il terzo assente (1989). Refiro-me, por exemplo, ao discurso "Etica della potenza ed etica del dialogo", que compreende algumas páginas intituladas "Ristabilire la fiducia nel dialogo", onde escrevo: "A ética do diálogo se contrapõe à ética da potência. Compreensão contra prepotência. Respeito ao outro como sujeito contra o rebaixamento do outro a objeto". Reporto-me a isso também em um outro texto, "Il dialogo per la pace", no qual digo: "Para dialogar não basta falarmos, trocarmos palavras. Até mesmo os poderosos deste mundo falam entre si, mas quase sempre cada um fala por si mesmo ou pelos próprios amigos. Dois monólogos não constroem um diálogo". Por último, falei também na introdução ao De senectute, intitulada "A me stesso": "Pode-se servir da palavra para esconder as próprias intenções mais do que para manifestá-las, para enganar o adversário em vez de convencê-lo. Não somente fiz o elogio do diálogo, mas pratiquei-o por muito tempo".

-Não faltaram ocasiões, a começar pelos primeiros anos depois da guerra.
Norberto Bobbio- Você tem razão. Logo após a guerra, que parecia tivesse aberto um diálogo não somente dentro dos Estados democráticos, mas mesmo entre um e outro Estado, o diálogo foi logo interrompido entre a Europa do Ocidente e a Europa do Oriente. Entre uma e outra se ergueu o que então era chamado a cortina de ferro. Para que o diálogo seja interrompido, não é necessário que exploda o confronto, basta que entre os dois potenciais falantes a comunicação se torne impossível. A partir de 1951 participei ativamente das ações da Sociedade Européia de Cultura, que, fundada um ano antes por Umberto Campagnolo, havia se proposto reunir intelectuais de uma e de outra parte da Europa para ultrapassar, em nome da "política da cultura", as proibições impostas pela "política dos políticos". Muitas das minhas participações como membro dessa Sociedade, entre 1951 e 1955, reunidas no livro Politica e cultura (1955), são dedicadas, na maioria das vezes, a um diálogo sereno, leal, respeitoso, sem deixar de tentar convencer, mesmo nos momentos em que o diálogo parecia, se não interrompido, mais difícil. Na "Introdução" escrita em julho de 1955, afirmo "que o dever do homem de cultura" era, e esta me parece uma condição significativa, "restabelecer a confiança no diálogo" e que o melhor modo de não o interromper "fosse começar a dar o bom exemplo". Os ensaios reunidos, de fato, tinham por objetivo o diálogo e são eles mesmos, quase todos, "exercícios de testemunho do particular comportamento mental ou disposição espiritual que os provocou".
- Sobre o diálogo foram escritas páginas famosas. Seu amigo Campagnolo, que você definiu como "um homem do diálogo", dedica ao diálogo um capítulo inteiro no Petit dictionnaire pour une politique de la culture.
Norberto Bobbio- Sempre levei em consideração esse apelo de Campagnolo ao diálogo, tanto que, como diretor da revista Comprendre, em um dos últimos números publicados no início dos anos 1980 e dedicado ao tema "violência e diálogo", retomei uma de suas manifestações mais significativas: "O diálogo mostra-se hoje, mais do que nunca, necessário. Aos homens, na impossibilidade de se ignorarem em um planeta que se tornou pequeno em comparação com seus conhecimentos e suas técnicas, não é possível outra escolha que não seja entre o diálogo e a violência. O dilema é claro: a conversa ou o combate".

As leituras da formação
Pietro Polito- Você dedica muito do seu tempo à leitura. E sei que você lê à noite. Foi sempre assim? Faça uma distinção entre leitura de trabalho e outras leituras. Norberto Bobbio- Sempre li muito, embora não tenha sido um leitor precoce. Quando jovem, li pouco. Não fui um voraz devorador de livros como meu irmão. Na época, o autor mais querido era Salgari. Comparando-me ao meu irmão e a outros colegas, li dois ou três apenas dos livros de Salgari. Lembro-me de um dos menos conhecidos, Uma sfida al polo. Imagine que o mais célebre dos seus romances, Il corsaro nero, li por curiosidade alguns meses atrás, quando as senhoras Viglongo, amigas de longa data, me enviaram a cópia anastática do livro, no centenário da primeira edição. Comecei a me tornar um apaixonado leitor de livros de qualquer gênero quando já estava no liceo. Mas nunca fui um leitor rápido, o que talvez tenha me tornado com os anos e com a obstinação do leitor profissional. Tanto que fiquei surpreso, quando, numa entrevista pública feita por Beniamino Placido no Salão do Livro de 1995, uma das perguntas foi sobre as minhas leituras juvenis; então, tomei em mãos uma agenda de 1928, onde assinalava mês a mês as leituras feitas, e escolhi, ao acaso, o mês de dezembro, no qual apareciam dezoito livros dos mais díspares, que iam de um romance de Giovanni Battista Angioletti, intitulado Il giorno del giudizio, aos Elementi della politica de Croce. Entre eles, incrivelmente, La chartreuse de Parme de Stendhal. A paixão pelos livros não diminui, pelo contrário, com todos os livros que recebo a cada dia, a tentação aumentou, tanto que raramente consigo ler um livro do começo ao fim. Inicio muitos e não termino nenhum. Mas agora a leitura tornou-se mais uma distração. São sempre mais raras as leituras de trabalho a que você se referiu, pois estas nascem principalmente da pesquisa e das aulas, e, como já faz anos que não ensino mais, meu esforço é maior no sentido de rever pesquisas já feitas do que de fazer outras novas.

- Quais as leituras que foram mais marcantes na formação do filósofo?
Norberto Bobbio- Nos anos da formação, certamente as obras de Croce, e, entre elas, íamos lendo as mais recentes à medida que eram lançadas; tais obras eram sempre assunto de discussão entre nós. Mais as de Croce do que as de Gentile. Torna-se banal repetir e pode ser, além de surpreendente, até mesmo incompreensível para os jovens de hoje, mas a nossa foi uma geração crociana. Não é fácil explicar o que havia de tão sugestivo na obra de Croce. Tentei fazê-lo num artigo que escrevi dez anos após a sua morte. Mas sou o primeiro a perceber que as minhas argumentações valem somente para aqueles que tiveram as mesmas experiências que eu e no mesmo contexto histórico em que foram vividas, incomparáveis, é inútil dizer, com os dias de hoje. Nos anos seguintes à maturità, os autores que me guiaram foram aqueles que mais contribuíram para dar corpo e essência às minhas aulas. Não preciso aqui lembrar que lecionei Teoria do Direito, Teoria da Política e História do Pensamento Político e Jurídico. Para a Teoria do Direito, eu diria Kelsen, para a Filosofia Política, Max Weber. Na História do Pensamento Político e Jurídico, meus autores foram Hobbes, Locke, Kant, Rousseau, Hegel; os meus "clássicos", que por várias vezes eu li e comentei na escola. No que diz respeito a Marx, de Croce e Gentile a Mondolfo e até Gramsci, a obra do autor do Capital foi, em nosso país, uma leitura obrigatória, mas nunca a utilizei como objeto de estudo sistemático.
- Na mesma entrevista com Beniamino Placido, você disse que Thomas Mann foi seu escritor preferido. De que maneira? Quando você leu Mann?
Norberto Bobbio- Considero Thomas Mann o maior escritor da primeira metade do século, que foi também a época da minha formação moral e intelectual. Eu o li e reli na minha idade madura. Refiro-me, em particular, aos três romances, Os Buddenbrooks, A montanha mágica e Doutor Fausto, que é o romance da decadência européia por ele vivida dramaticamente, da Primeira à Segunda Guerra Mundial. São belíssimos os estudos sobre alguns grandes espíritos europeus, de Goethe a Schopenhauer, de Tolstoi a Dostoievski, reunidos no volume Nobilità dello spirito. As mensagens que ele enviou dos Estados Unidos pelo rádio, quase cotidianamente, estão entre as páginas que mais veementemente condenaram a Alemanha nazista. Nobile spirito, Thomas Mann deve ser inserido na galeria de espíritos nobres, por ele criada e ilustrada.

Pietro Polito - Numa recente declaração, você disse que o poeta com quem tem mais afinidade é Giacomo Leopardi. Por quê?
Norberto Bobbio - O que sempre me fascina e, de certa forma, me transtorna quando leio Leopardi, seja em poesia, seja em prosa, é o seu ateísmo profundamente religioso, de uma religiosidade sem igreja, sem dogmas e sem ritos. Falo de uma religiosidade que se lança em direção ao mistério, em que se aprofunda a razão humana sem encontrar nem o princípio nem o fim de todas as coisas. O sofrimento de Leopardi, seu pessimismo exaltado ou execrado derivam dessa aspiração não satisfeita de chegar às raízes das coisas. Há alguns versos da curta poesia "A me stesso", de cujo encanto nunca consegui me afastar: "Envolto pelo extremo engano / de eterno me imaginar"; "À nossa espécie, o destino / não reservou senão a morte". O desolado último verso: "E a infinita vanidade de tudo". Reencontrei o mesmo encanto nas últimas palavras do "Cantico del gallo silvestre", nas Operette morali: "Virá o tempo em que o universo, e a própria natureza, terminarão. Do mesmo modo que, dos grandiosos reinos e impérios humanos e seus maravilhosos levantes, que foram famosos em outras épocas, hoje não perdura nem sinal nem fama alguma, assim também, do mundo inteiro e das infinitas vicissitudes e calamidades que se criaram, não sobrará um vestígio sequer, mas sim um silêncio nu e uma quietude profunda, que sublimarão o espaço infinito. Assim este mistério, magnífico e inaudito, da existência universal, antes de se declarar compreendido, se dissolverá e se perderá". Eu li e reli os versos de Leopardi desde quando era adolescente. Lembro-me ainda às vezes de que, fechado em meu quarto, relia "Le ricordanze" e me comovia, quase até às lágrimas, nos últimos versos dedicados à lembrança de Nerina a quem ele amou e que havia morrido: "E como um sonho/ foi a tua vida. Ali a dançar...".

O ofício de ensinar
Pietro Polito- Gostaria que você lembrasse algum episódio da sua vida em sala de aula. Por exemplo, seu primeiro dia como professor...
Norberto Bobbio- Tenho uma particular tendência de me lembrar dos malogros em lugar dos sucessos. A minha primeira aula foi um fiasco. Havia me preparado bem. Devia ilustrar os itens principais do meu curso. No momento em que estava para ingressar na pequena sala onde haviam se juntado os poucos alunos que freqüentavam a Faculdade de Direito da Universidade de Camerino (a maior parte dos inscritos vinha das cidades vizinhas e de Roma, e não eram assíduos às aulas), ouvi uma voz por trás de mim: "Vamos todos prestar atenção à primeira aula de Bobbio". A minha autoconfiança, de repente, sumiu. Em frente a tantos colegas, inclusive mais velhos do que eu, não ousei sentar-me à cátedra, permaneci em pé, perdi na hora o fio da meada e, por mais de meia hora, não consegui retomar a fala. Um dos vexames da minha vida (tive vários!) que nunca se apagou da minha memória.
- Mas qual era o tema do seu primeiro curso?
Norberto Bobbio- Desde esse primeiro curso planejei o ensino de filosofia do direito como a análise dos conceitos gerais da teoria do direito, mais que como a filosofia do direito, segundo o que se pretendia na época da hegemonia da filosofia idealista; não a filosofia do direito propriamente dita, mas a teoria geral do direito que, desde então, dividi nos três capítulos principais: as fontes do direito, a norma jurídica e a normativa jurídica.

- Você ensinou filosofia do direito por muitos anos, de 1935 a 1972.
Norberto Bobbio- À medida que se desenvolviam os meus cursos, que prosseguiram primeiramente em Siena, depois em Pádua e, por último, em Turim, fui aperfeiçoando a análise dos conceitos gerais da teoria do direito, e dali nasceram os meus dois cursos mais conhecidos e por várias vezes reeditados Teoria della norma giuridica e Teoria dell'ordinamento giuridico, que, recentemente, convergiram em um único livro intitulado Teoria generale del diritto. Freqüentemente eu alternava esses cursos teóricos com cursos sobre a história do pensamento jurídico, o direito natural do século XVI e do século XVII, sobre Locke, sobre Kant e, o mais adotado em outras universidades, sobre o positivismo jurídico. Por uma vez somente ministrei um curso de história das idéias pacifistas e das teorias sobre a guerra em 1964-1965, que é a base de uma das orientações dos meus estudos e contém informações históricas das quais amplamente me servi para o primeiro ensaio sobre o assunto, "Il problema della guerra e le vie della pace", apresentado em Nuovi Argomenti no ano de 1966.

- O primeiro dos seus cursos a que assisti foi aquele dedicado a "La teoria delle forme di governo nella storia del pensiero politico". Diria que o ensino da filosofia da política seguiu o mesmo método adotado para a filosofia do direito.
Norberto Bobbio- Sim, mais o método analítico que o histórico. De fato, no curso citado, minha intenção foi, sobretudo, descrever as principais tipologias das formas de governo que perduraram desde os gregos até a Idade Moderna, comparando-as em entre si e ilustrando suas afinidades e diferenças. Meu último curso, no ano letivo 1978-1979, foi dedicado a um conceito fundamental na história do pensamento político, o conceito de revolução, a começar pelo Livro V da Politica de Aristóteles, que trata das "mutações", ou seja, da passagem de um governo a outro. Esse curso, que permaneceu inédito, foi meticulosamente reconstituído por intermédio das anotações feitas por alguns estudantes, por iniciativa de Michelangelo Bovero, que hoje está organizando um volume dos meus ensaios de filosofia da política que se intitulará Teoria generale della politica. Sobre o tema da revolução, com explícita referência ao meu último curso, escrevi alguns anos depois um artigo, "La rivoluzione tra movimento e mutamento", publicado em Teoria politica, revista fundada em 1985 por uma comissão editorial da qual eu mesmo faço parte, dirigida por Luigi Bonanate, principalmente com o propósito de acrescentar, às revistas tradicionais de história das doutrinas políticas e de ciência política, "uma revista que se ocupe explícita e programaticamente de teoria política" e de "favorecer e incentivar o interesse pela pesquisa neutra e apaixonada da vida política". Dessa elaboração nasceu a idéia de um livro didático, no qual foram reunidos alguns dos meus ensaios que mais se adequavam, em sua totalidade e colocados em ordem sistemática, a ilustrar os conceitos principais da política.

Os anos do fascismo
Pietro Polito - Você exerceu o ofício de ensinar em diversos momentos da história do nosso país. Começou no tempo da ditadura...
Norberto Bobbio - Sempre afirmei, e aproveito esta ocasião para repetir mais uma vez, que, mesmo durante o fascismo, a Universidade pôde desfrutar de certa liberdade, uma vez que fosse garantida a homenagem formal nas cerimônias públicas, nos discursos inaugurais e nas ocasiões em que o regime requeria obediência. Quando freqüentei a universidade como estudante, no período entre 1927 e 1933, não me lembro de nenhum curso dos nossos professores que fosse um veículo de doutrinação. A maioria absoluta dos professores sabia muito bem distinguir entre a sua função de educador e a adesão, como cidadão, ao fascismo. A situação, naturalmente, foi piorando, especialmente depois do décimo aniversário da Marcha sobre Roma [1922], mas nas três universidades em que lecionei naqueles anos, Camerino, Siena e Pádua, não sofri nenhum tipo de pressão. Nos últimos anos, durante a guerra, quando o fascismo era nominalmente triunfante, mas efetivamente havia começado a morrer, dei aulas que tinham como temas os direitos naturais, o liberalismo, o socialismo, a história do liberalismo e do socialismo, temas que eram notoriamente contrários ao regime. Lembro-me ainda de que, no final do ano letivo 1942-1943, pouco antes do colapso do fascismo, quando a situação era tal que não deixava dúvidas sobre o desfecho da guerra, um estudante, Beppe Gerardis, um dos que tinham freqüentado assiduamente o curso e que, mais tarde, se transformaria num membro ativo dos primeiros grupos de resistência, em nome dos companheiros fez um breve discurso de agradecimento por aquilo que eu lhes havia ensinado.
- Retornando àqueles anos, Eugenio Garin lembrou o tema da "dissimulação honesta", segundo o título dos escritos de Torquato Accetto, não por acaso desenterrado por Croce em 1928.
Norberto Bobbio- Exatamente. Eu mesmo, para mencionar esse mesmo comportamento, falei de nicodemismo, quer dizer, da representação a que se submetiam os dissidentes na época das perseguições religiosas, cumprindo externamente os atos de devoção prescritos para poder continuar a sustentar, conscientemente, o próprio pensamento. Dissimulação, no sentido daquela atitude em que se finge não ser o que na realidade se é (diferentemente da simulação, que é o comportamento em que se finge ser o que não se é); e honesta, pois em algumas circunstâncias pressupõe-se que o fingimento seja justificado, mesmo não sendo moralmente aceitável. É supérfluo dizer em quantas ocasiões a praticamos. Uma típica manifestação de dissimulação honesta ou de nicodemismo consistia em proferir, em um discurso oficial (mas não em uma aula na faculdade), algumas palavras de elogio ao Duce ou ao fascismo.
- Pode-se considerar o juramento imposto pelo regime em 1931 aos professores universitários - que, como se sabe, somente pouquíssimos se recusaram a prestar - um ato de dissimulação honesta?
Norberto Bobbio- Não. As motivações que levaram a maior parte dos professores de então e os que vieram depois (e entre eles eu me incluo) a aceitar fazer o juramento são distintas: mesmo do ponto de vista religioso ou de consciência, pode-se sustentar que um juramento imposto e sancionado com penas graves, como a expulsão da atividade de ensino, não esteja vinculado ao interiore homine, e, portanto, o juramento de fidelidade ao regime comportava pura e simplesmente a adesão externa que já relatei. O mesmo se refere à inscrição forçada no Partido Nacional Fascista. Serve de exemplo um recente episódio. Por intermédio da publicação dos arquivos de Cesare Maria De Vecchi, conhecida autoridade fascista, constatei que Guido Gonella - que se tornaria, como qualificado representante da Democracia Cristã, o primeiro ministro da educação dos governos De Gasperi - havia solicitado, em 1934, a inscrição no partido. O responsável pela organização dos arquivos explica essa solicitação, inserindo-a na trama secular e intrigante das relações entre Estado e Igreja na Itália. A minha explicação é muito mais simples. O episódio do jovem professor Guido Gonella, que não reconhece o passado antifascista e aspira a obter a filiação ao partido, pertence à modesta crônica cotidiana de prepotência imposta por um estado policialesco e não é propriamente o caso de perturbar a história nacional. Gonella, estudioso da filosofia do direito, de quem eu era amigo, almejava conseguir a livre-docência, e para ter acesso ao concurso, como, aliás, a qualquer concurso público, era necessário ser inscrito no partido. Sei com certeza que Gonella desejava obter a livre-docência, pois, no mesmo ano, fiz o requerimento, com Renato Treves, para conseguir esse mesmo título. De fato, no final de 1934 nos encontramos em uma sala de aula da Sapienza para a entrevista e o exame postulado. Que a carteirinha do partido tenha sido para ele unicamente, como se dizia na época, a "caderneta do pão", e não o fruto de um tardio reconhecimento dos benefícios do regime, pode-se comprovar pelo fato de que ele continuou a praticar, protegido pelo Vaticano, uma sutil, mas não invisível, crítica ao regime, redigindo a seção "Acta diurna" do Osservatore Romano, umas das poucas vozes livres nos anos da guerra.
Os anos da democracia

Pietro Polito- O período em que você lecionou durante o fascismo, porém, é breve, comparado aos longos anos em que praticou o ofício de lecionar na era da democracia. Pode fazer uma comparação entre essas duas experiências?
Norberto Bobbio- Pelas lembranças de que falamos há pouco sobre o período em que lecionei durante o fascismo, creio poder dizer que, seja com respeito ao conteúdo, seja com respeito aos ouvintes, não me parece que tenha havido uma grande diferença. Note que a passagem do fascismo à democracia aconteceu durante os anos em que lecionava em Pádua e as obras de referência que usei no último ano do fascismo, 1942-1943, foram igualmente utilizadas no primeiro ano após o fascismo, 1945-1946. Umberto Scarpelli, um dos meus primeiros alunos depois da Liberazione, e que me dedicou um dos seus primeiros livros, Marxismo ed esistenzialismo, lembrou-se disso com as seguintes palavras: "Conforme dizíamos".
Pode parecer estranho, mas, se houve uma diferença, ela é exatamente o contrário do que se poderia imaginar: como eu tenho dito, pelo menos nos últimos anos, eu inseria nas aulas um compromisso ético-político que tentei evitar uma vez restabelecida a liberdade. Nos meus cursos em Turim, raramente deixei transparecer as minhas preferências ideológicas, esforcei-me sempre por demonstrar um estilo o mais asséptico possível. A ideologia democrática, de uma democracia social, era considerada um pressuposto. Era a ideologia da Constituição, nascida logo após a queda do fascismo. Do ponto de vista teórico, o meu principal inspirador foi Kelsen, que havia defendido, com argumentos fortes, a análise da teoria do direito não por acaso chamada de "pura", de tal forma que deveria servir tanto a uma normativa liberal, como a americana, quanto a uma normativa socialista, a soviética. Permita-me recordar que, quando dei a última aula, estava presente o colega a quem me sentia intelectual e politicamente mais próximo, Alessandro Passarin d'Entrèves, e então, mais ou menos com o mesmo temor e tremor com que me apresentei na minha primeira aula na Universidade de Camerino, citei com firmeza a célebre frase que, logo após a Primeira Guerra Mundial, em frente aos alunos que do notório professor esperavam uma orientação política, Max Weber pronunciou: "A cátedra não é nem para os demagogos nem para os profetas".

- Um outro momento difícil da sua vida de educador, que o envolveu também como pai, foi 1968, durante o qual não foi fácil, penso, manter esse distanciamento e permanecer impassível.
Norberto Bobbio- Meu filho era na época o secretário da assembléia universitária (o "parlamento dos estudantes") como representante da UGI, que agrupava tanto os socialistas como os comunistas. Os documentos do chamado "poder estudantil", oposto ao "poder dos barões", eram assinados pelo meu filho. Como você pode imaginar, por muitas vezes me encontrei em dificuldade, especialmente nas reuniões da faculdade. Eu já falei disso que chamei um "conflito familiar" na Autobiografia.

- Como era sua relação com os estudantes contestadores?
Norberto Bobbio- Diante da contestação, como então era chamada, sempre me dividi entre consenso e dissenso. Consenso, porque algumas demandas dos estudantes, especialmente a de um envolvimento mais ativo por parte dos professores na realização das suas funções e um distanciamento menor por parte dos destinatários naturais dos seus ensinamentos, eram exigências não somente legítimas, mas, cotejando a nossa universidade com as americanas, que eu havia visitado naqueles anos, necessárias; dissenso, com relação ao modo como essas exigências eram feitas; assembléias tumultuosas em que se votava por aclamação, não se deixavam falar os dissidentes, ameaçava-se usar a força do número contra as minorias dissidentes, invadiam-se pela força as salas onde se reuniam os estudantes não-contestadores e as aulas eram interrompidas, muitas vezes tomando-se o lugar dos professores e os impedindo de falar. Aqueles que, como eu, procuravam o diálogo, participando por vezes das assembléias, logo perceberam que o diálogo não era possível. Lembro-me de uma dessas assembléias em que fui como convidado. Quando pediu a palavra o representante do Partido Republicano, que é um partido notoriamente antifascista, mas não de esquerda, não o deixaram falar. Levantei-me e deixei o salão. Além disso, era inaceitável a pretensão de não seguir as matérias das aulas da maneira como vinham apresentadas nos currículos, mas sim organizar cursos chamados de autodirigidos, quando se tratava de assuntos como a Guerra do Vietnã, o imperialismo americano, a revolução chinesa, ou quando eram interrogados durante as avaliações. Em nome do princípio de um igualitarismo abstrato, que não deveria fazer distinções entre ricos e pobres, entre capazes e medíocres ou até mesmo péssimos, era também absurda a presunção de que, quando interpelados nos exames, todos deveriam obter a mesma nota.
- Causa impacto a convergência entre o seu juízo e o de Garin que, após ter afirmado que a revolta estudantil de 1968 lhe pareceu a necessária conclusão de uma política errada e culpada, observa: "O Sessantotto não apenas não melhorou em nada a situação, como piorou-a ainda mais, carregando-a inclusive de ideologismos abstratos". E acrescenta: "que eu me lembre, foi uma das circunstâncias mais melancólicas".
Norberto Bobbio- Não posso dizer que ele esteja errado. Tanto barulho para nada. Uma chama que logo se apagou, deixando talvez somente um punhado de cinzas. Não obstante o entusiasmo com que o poder estudantil, como então era chamado e que nos melhores estudantes certamente era sincero, reivindicava uma reforma radical da universidade, uma universidade mais livre em que as relações entre professores e alunos originassem uma verdadeira comunhão de intenções e de vida, as coisas não mudaram muito; talvez, tenham até piorado. A única grande reforma que surgiu após a "contestação" foi a da "liberalização das admissões", que permitiu a inscrição em todas as faculdades até mesmo dos alunos das escolas técnicas que, até então, não podiam se matricular em faculdades que não fossem de Economia e Comércio e, iniciando já naquele ano, na nova Faculdade de Sociologia de Trento. Era uma inovação importante, mas foi, como acontece freqüentemente no nosso país, muito mal aplicada, quer dizer, sem condições e sem limitações. Lembro-me dessa reforma porque também meu programa de curso, em parte, foi alterado. Como conseqüência da liberalização, inscreveram-se na Faculdade de Direito centenas e centenas de diplomados, inclusive mais idosos, que podiam, finamente, ingressar na universidade. Naturalmente, tratava-se de estudantes que já trabalhavam e uma laurea poderia melhorar suas carreiras. Instituí para eles um curso aos sábados pela manhã. Li página por página e analisei o Contrato social de Rousseau, com o intuito de encaminhá-los à "disciplina dos clássicos" que sempre considerei um momento fundamental da minha didática universitária.

- Gostaria que você se detivesse um pouco mais no que, me parece, tenha sido a característica da sua doutrina pedagógica, isto é, favorecer o encontro e o confronto dos seus estudantes com os autores, especialmente os clássicos. Qual é, em sua opinião, o dever principal do professor?
Norberto Bobbio- Sempre considerei que a principal virtude do professor é a clareza na exposição dos conceitos fundamentais e na organização discursiva das suas definições. Se alcancei isso, não sei. Os diversos conteúdos dos meus cursos foram continuamente adotados em outras universidades. Sempre dei muita importância ao que chamei "disciplina dos clássicos": ler e comentar os grandes textos do pensamento político e jurídico. Não separar a teoria da história; cotejar a teoria com a história e utilizar a história para ilustrar a teoria. Do abstrato ao concreto e do concreto ao abstrato. A teoria sem história é vazia, a história sem teoria é cega. Um outro mérito que me concedo, e me desculpe a vaidade, é nunca ter me permitido cair na rotina. É inútil dizer, uma prática constante do professor é repetir, no ano seguinte, exatamente o que havia dito no ano anterior. Acontece regularmente que se diga de um professor que é inútil assistir às suas aulas, pois tudo aquilo que está dizendo já foi dito, escrito e impresso. Não estou dizendo, de forma alguma, ter feito a cada ano um novo curso. Mas, ainda hoje, por toda parte se encontram muitos textos dos meus cursos.

- Li recentemente, em uma breve entrevista autobiográfica, uma frase de Toni Negri que diz respeito a você e àqueles que ele considera "os verdadeiros grandes mestres que me ensinaram coisas. Como Bobbio, Guarino, Chabod, Opocher, o reitor de Pádua... E mais tarde, em Paris, como Foucault, Deleuze e Guattari".
Norberto Bobbio- Conheci Negri jovem filósofo do direito, aluno de Enrico Opocher, meu assistente nos meus últimos anos em Pádua e depois sucessor. Ele fez parte dos jovens estudiosos que eu havia selecionado para um seminário de teoria do direito com o conhecido filósofo do direito inglês Herbert Hart, que aconteceu na Villa Serbelloni, de Bellagio, em setembro de 1960. Nos primeiros anos do seu encarceramento, mantivemos uma amigável correspondência. Desde então, não o vi mais.

O ofício de escrever
Pietro Polito- Da entrevista autobiográfica, já comentada, de Gnoli e Volpi com Jünger, extraio uma bela definição da tarefa do escritor: "O verdadeiro escritor, como a autêntica riqueza, se reconhece não pelos tesouros que possui, mas pela sua capacidade de tornar preciosas as coisas que toca. Portanto, ele é como uma luz que, mesmo sendo invisível em sua forma, aquece e torna visível o mundo". De fato, "o poder de um escritor - segundo o filósofo alemão - está implícito nisso: em duvidar da confusão e não se deixar levar pela atmosfera apocalíptica". O que pensa disso?
Norberto Bobbio- É difícil, para mim, comentar essa concepção de Jünger porque, como já lhe disse, nunca me senti um "verdadeiro escritor". Uma coisa é escrever, outra é ser escritor. Nunca pensei possuir a capacidade de "tornar preciosas as coisas que toco". Essa virtude pertence, mais que ao escritor no sentido geral da palavra, ao poeta. A minha veia poética extinguiu-se após alguns anos de dedicação. É raro alguém que, quando adulto, tenha se ocupado de disciplinas filosóficas, históricas, em geral humanísticas, não tenha publicado durante a juventude um pequeno volume de versos; ou não tenha se apresentado aos amigos lendo as próprias poesias. Como se deve definir a veia poética eu não sei. Mas há os que a têm, os que não a têm, e os que a tiveram por um breve período de suas vidas, que é, decerto, a juventude.
Reconheço-me em parte, se é assim e se eu entendi bem o sentido da frase, na virtude de evitar a "confusão" e de não me abandonar à "atmosfera apocalíptica". Os escritores que amo são aqueles que amam as idéias claras e determinadas e as exprimem com ordem. Dos escritores obscuros prefiro não me ocupar, não porque considere que não sejam talvez mais importantes do que os claros, mas talvez porque eu não os entenda ou me custe muito esforço entendê-los. Sou até capaz de admirá-los, mas observo-os de longe. Se por "atmosfera apocalíptica" se entender o fantasiar sobre o próprio futuro e sobre o da humanidade, eu o recuso, não sei se por falta de fantasia ou por reserva.

- Demos algum exemplo de escritor claro e determinado.
Norberto Bobbio - Não tenho nenhuma dúvida em propor o nome de Thomas Hobbes. Atendo-me a uma tese de laurea sobre a minha interpretação a respeito do grande filósofo inglês, acabei por redescobrir uma frase minha de mais de quarenta anos atrás: "Hobbes é um dos autores que mais estudei e com maior interesse e empenho. Satisfaz-me porque observa a realidade humana com o olhar frio e seguro de Maquiavel, mas escreve e reflete como Descartes".

- Diria que Bobbio pertence à classe dos escritores claros...
Norberto Bobbio- Já me aconteceu admitir que, "entre os elogios, o mais prazeroso que algumas vezes me é dirigido é o da clareza, mesmo a clareza não sendo sempre uma qualidade e a obscuridade nem sempre um defeito. Sei bem que existe também uma clareza enganadora". O próprio Hobbes foi considerado réu de confusing clarity.
- Como nasce a sua escrita? Você acabou de lembrar que não mantém um diário, porém creio que você escreva, praticamente, todos os dias.
Norberto Bobbio- Sim, é verdade, escrevo todos os dias, talvez por necessidade ou por obrigação. Cartas, como já lhe disse, apontamentos sobre os livros que leio e reflexões sobre as obras que estou preparando. Reúno-os em breve anotações que chamo de foglietti, que transbordam de novas e velhas gavetas [36]. Mas, não obstante o longo e ininterrupto exercício, não sou do tipo que escreve com fluidez. Dificilmente, a não ser nas cartas que agora dito, a primeira redação me agrada. Mesmo que nesses últimos anos eu tenha escrito também bastante para jornais, sinto-me em dificuldade quando me pedem um artigo de um dia para o outro, exceto no caso de morte repentina de um personagem de quem não posso recusar o necrológio. Os diretores do La Stampa já sabem que não me devem nunca solicitar algum comentário no calor da hora, como se diz, sobre os fatos do dia. Mesmo as minhas entrevistas precisam ser revistas e corrigidas. Parecem conversas, mas na realidade são conversas escritas e reescritas.

- Quais as páginas que você escreveu e a que se sente mais apegado, as que mais você aprecia?
Norberto Bobbio- Entre as páginas a que mais me afeiçoei, encontram-se as dos meus livros de testemunho, pois são páginas em que exprimo os mais fortes laços afetivos que tive com as pessoas, como escrevi, que "me ajudaram a viver". Você os conhece bem, são Italia civile, Maestri e compagni, Italia fedele (este último exclusivamente sobre Gobetti e o seu mundo). Não é necessário que lhe diga que está em preparação um quarto livro, que será provavelmente intitulado Amici ed allievi.
A íntegra da entrevista, por ocasião dos noventa anos de Norberto Bobbio (1909-2004), foi publicada em Estratti della Nuova Antologia (n. 2.211, jul.-set. 1999), da Fondazione Spadolini Nuova Antologia, Itália. Este texto, sob o título de "Ofício de viver, ofício de ensinar, ofício de escrever", foi publicado originalmente na revista Estudos Avançados, v. 20, n. 58, 2006.