viernes, 13 de febrero de 2009

617 - 07-09 - Actuales - Una renta básica en una economía deprimida, ¿tiene sentido? - Daniel Raventós

este tema me apasiona, creo que una sociedad
justa debe partir una distribución primaria
igualitaria que asegure decorosa pervivencia,
este artículo me lo recomendó yoatí sopeña
el 08/02/09, red


La renta básica en tiempos de depresión. Se me ha pedido que escriba un artículo sobre este tema para esbozar el papel que una renta básica, una asignación monetaria incondicional a toda la ciudadanía y personas residentes en una zona geográfica determinada, podría jugar en una situación económica como la que estamos tan sólo empezando a transitar. ¿Tiene sentido una renta básica en esta situación económica?
Para responder a la pregunta algunas explicaciones o distinciones deben hacerse para evitar posibles embrollos. Y la primera de ellas es que intentar esbozar cómo una renta básica podría incidir en una situación económica depresiva es algo bien distinto a las facilidades (o dificultades) para su implantación en la misma coyuntura. Se puede estar de acuerdo en que la renta básica sería muy beneficiosa en una situación depresiva y, a la vez, opinar que las dificultades políticas para su implantación en esta misma coyuntura son poco menos que insuperables. Contrariamente, se puede tener la convicción de que una situación económica que tanto sufrimiento adicional comportará a los más vulnerables (1) (“van a pagar en su existencia diaria”, en afortunada expresión de Habermas), ofrece un momento muy pertinente para proponer la renta básica. Las razones de lo primero, las virtudes de una renta básica en una situación económica deprimida, no tienen necesariamente que ayudar a lo segundo, las mayores facilidades (o dificultades) para su implantación en esta misma coyuntura. Tampoco será motivo de interés aquí la evaluación de los pasos intermedios (el gradualismo, como también se acostumbra a calificar con mayor o menor fortuna) para llegar a una renta básica considerada plena. Esto pertenece al dominio de los apoyos sociales y políticos de la propuesta y de la coyuntura política y social precisa de la que estemos hablando lo que, no hace falta apuntarlo, variará según la zona o el país (2).
La segunda distinción se refiere a la calificación de la situación económica actual como depresiva. Calificación que no está libre de polémica. El National Bureau of Economics Research de EEUU califica a una situación de recesión cuando, al menos, durante dos trimestres consecutivos se dan resultados negativos del PIB. La depresión, aunque no goza de una definición tan informativa como la de recesión, se produce cuando se encadenan varios trimestres con crecimiento negativo del PIB. O, dicho de otra manera, la depresión se da cuando la recesión se instala durante un considerable lapso de tiempo. Más escuetamente aún: una depresión es una recesión larga. Hay quien opina que se trata de dos definiciones, la de depresión y la de recesión, que no son muy operativas. Sería más ajustado tener en consideración indicadores básicos de toda economía, como la producción y el empleo, para calificar a una situación de depresiva o no. En todo caso, según la definición apuntada, aunque técnicamente aún no podemos hablar de depresión, solamente falta esperar que pase el tiempo para que se dé. El PIB de la economía española viene cayendo ininterrumpidamente desde el segundo trimestre del año 2007 (cuando se situaba alrededor del 4%) hasta llegar al 0’9% del último trimestre del que se
tienen datos: el tercero de 2008. Con esta progresión, estaríamos técnicamente en una situación depresiva a finales del año 2009 o incluso antes. Para mi propósito en este artículo, la renta básica en situación depresiva, más que tener en cuenta si el PIB crece en un trimestre el 1% o decrece el 0’5%, pongamos por caso, lo que se tendrá en mente es que el paro y la pobreza aumentan y lo van a hacer mucho a lo largo de los próximos trimestres (3).
La tercera distinción va sobre la explicación de la crisis. A lo largo de los últimos meses se ha podido leer miles de artículos sobre las causas de la crisis. Puede fácilmente detectarse al menos dos grandes grupos de explicaciones (4). En primer lugar, la explicación liberal (en el sentido estadounidense) de izquierdas (Stiglitz, Hudson, Krugman…), que achacan la crisis a los excesos desreguladores del neoliberalismo. En segundo lugar, la explicación de distintos autores marxistas (Brenner, Bello, Bellamy Foster…) que estudian la crisis no solamente como un efecto de la desregularización excesiva de las últimas décadas de neoliberalismo sino como una crisis de sobreproducción. Se trata, para estos últimos, de la tendencia del capitalismo a disponer de una gran capacidad productiva que termina por rebasar la magnitud de consumo de la población debido a las desigualdades que limitan el poder de compra popular, lo cual termina por erosionar las tasas de beneficio (5). La explicación que se aporta de la crisis, quién lo va a dudar, es un buenísimo indicador de las recetas más o menos explícitas que se ofrecen para salir de ella.
La cuarta y última distinción hace referencia a que, aunque la renta básica sea definida como una asignación monetaria incondicional a toda la ciudadanía y personas residentes en una zona geográfica determinada, no todas las personas partidarias de esta propuesta coinciden en la cantidad y la forma de financiarla. Hablar de cantidad precisa (o del criterio: umbral de la pobreza, 80 o 90% del salario mínimo interprofesional, o aún algunos otros que se han propuesto.) de renta básica y de la forma de financiarla nos remite a otra cuestión muy importante: la opción de política económica y social que se defiende. Se puede encontrar a defensores de la renta básica que a su vez sean partidarios de políticas económicas y sociales muy distintas.
Con estas distinciones en mente, ya podemos abordar el papel que, en mi opinión, tendría una renta básica en una situación económica en la que tan sólo hemos comenzado a ingresar (6). Para hacer más clara la exposición que sigue, deberá tenerse en cuenta que me estaré refiriendo a una renta básica de una cantidad similar al umbral de la pobreza (7).
Las particularidades de una renta básica que aquí interesan son las que a continuación se detallan. Las dos primeras están muy relacionadas con la mayor protección ante la pérdida del puesto de trabajo y del pequeño negocio. La tercera es muy específica: el papel similar a una caja de resistencia en caso de huelga obrera larga. La cuarta es particularmente significativa: la erradicación de la pobreza.
1. La inseguridad económica y vital por la pérdida del puesto de trabajo
La pérdida involuntaria del puesto de trabajo provoca una situación de inseguridad económica y vital sobre la que se han escrito tantas páginas que cualquier comentario adicional sería redundante. Los datos sobre desempleo de los últimos meses son cada vez peores. La media en el Reino de España fue en 2007 de 2.039.000 de parados mensuales, si bien a partir del tercer trimestre ya mostraba una tendencia claramente alcista. Lo que es más significativo: el número de personas en paro ya en noviembre de 2008 representaba más del doble que el mismo mes del año anterior. En enero de 2009 el número de
desempleados registrados oficialmente escaló hasta los 3’3 millones. En un año, de enero de 2008 a enero de 2009, el paro ha aumentado en casi 1’1 millones de personas. Según la Fundación de Cajas de Ahorro (8), que ha publicado las previsiones de 13 servicios de estudios, la tasa media de paro llegará a finales de 2009 al 17% o 18%. Si consideramos que en 2007 la tasa de paro fue del 8’3%, la previsión para 2009 significa que esta tasa se habrá más que duplicado en tan solo dos años. La Comisión Europea indicaba recientemente que el Reino de España sería el lugar con mayor tasa de desempleo a finales de 2009. Y son alrededor de 4 millones de puestos de trabajo que pueden perderse en la Unión Europa a lo largo de este año. Aún así, cada nueva previsión diagnostica peores resultados que las anteriores.
Perder el puesto de trabajo, pero disponer de una renta básica indefinida supondría afrontar la situación de forma menos preocupante. Esta característica obvia de la renta básica sirve para cualquier coyuntura económica. En una de crisis, en donde la cantidad de desempleo es mucho mayor, la mencionada característica de la renta básica cobra mayor importancia social.
2. La pérdida de actividades de autoocupación y de la pequeña propiedad
La renta básica ha sido asociada a la reducción del riesgo de iniciar determinadas actividades de autoocupación. Como es sabido, hay dos tipos de emprendedores: aquellos que tienen un colchón (familiar la mayoría de las veces) que les permite plantear un proyecto empresarial de forma racional y temperada, y aquellos para los cuales la autoocupación es la única salida laboral. En el segundo caso, el riesgo en el que se incurre no es sólo perder la inversión, sino perder los medios de subsistencia, lo que hace que cualquier decisión sea mucho más angustiosa. Pero el riesgo no termina aquí: en muchos casos, la falta de un capital inicial mínimo retrae a potenciales emprendedores. La renta básica, en cambio, permitiría a los emprendedores del segundo tipo capitalizar el proyecto empresarial y, al tiempo, no ser tan dependientes del éxito del proyecto para sobrevivir. En una situación depresiva, la renta básica, además de representar un incentivo para emprender tareas de autoocupación, supondría una mayor garantía para poder hacer frente, aunque fuera parcialmente, a los que el pequeño negocio les ha ido mal. Así como la posibilidad de iniciar otro con más posibilidades que el anterior.
3. Caja de resistencia en caso de huelga obrera
En otras ocasiones he comentado (9) que la renta básica supondría, en caso de huelga, una especie de caja de resistencia incondicional cuyos efectos para el fortalecimiento del poder de negociación de los trabajadores son fáciles de calibrar (10). Efectivamente, el hecho de que en caso de conflicto huelguístico los trabajadores dispusiesen de una renta básica permitiría afrontar las huelgas de una forma mucho menos insegura: a día de hoy, dependiendo de los días de huelga, los salarios pueden llegar a reducirse de forma difícilmente soportable si, como acostumbra a ocurrir para la inmensa mayoría de la clase trabajadora, no se dispone de otros recursos.
Pues bien, en una coyuntura de ataque a los puestos de trabajo y a los salarios (Fondo Monetario Internacional y Banco de Bilbao Vizcaya Argentaria, entre muchos otros, se han manifestado sin la menor brida por la moderación salarial o, más aún, por el abaratamiento del “factor trabajo”), las luchas de resistencia de mayor o menor intensidad para intentar evitar los despidos y el deterioro de las condiciones de trabajo son frecuentes. Estamos asistiendo a un permanente y renovado anuncio por parte de un buen número de empresas de presentaciones de expedientes de cierre o de regulación de plantilla (solamente en el sector de la automoción peligran de momento alrededor de 50.000 puestos de trabajo). El papel de caja de resistencia que la renta básica podría cumplir en estas luchas de resistencia para defender los puestos de trabajo, si acaso, incrementado. Como debiera ser muy sabido, la crisis económica del capitalismo puede desembocar en un gran retroceso de conquistas sociales duramente conseguidas. La renta básica exige ser vista en este punto como el medio material para buena parte de la clase trabajadora para resistir a este retroceso.
4. La erradicación de la pobreza
El porcentaje de pobres en el Reino de España no ha cambiado significativamente en las últimas décadas (11). Cuando el crecimiento económico ha sido importante, y en ocasiones muy vigoroso, la proporción de personas pobres, casi un quinto exacto del total de la población, no ha variado a lo largo de las últimas décadas. La crisis económica comportará, en cambio, un aumento rápido y significativo de la pobreza. Así, mientras que tasas de un crecimiento económico substancial han sido necesarias para mantener la proporción de pobres, unas tasas negativas o positivas muy pequeñas comportarán un crecimiento espectacular de la pobreza. Aún no hay datos al respecto y los primeros que se sabrán prometen ser espectaculares aunque quedarán en poco tiempo nuevamente rebasados.
Aunque la pobreza no es sólo privación y carencia material, diferencia de rentas (porque es también dependencia del arbitrio o la codicia de otros, ruptura de la autoestima, aislamiento y compartimentación social de quien la padece) una renta básica equivalente al menos al umbral de la pobreza, pocas dudas hay, sería una forma de acabar con ella, si no completamente, cuanto menos de dejarla en porcentajes muy marginales. En una situación de depresión económica en la que, como ha quedado dicho, los porcentajes de pobreza aumentarán de forma significativa, pudiéndose llegar pronto a una proporción de un pobre cada cuatro habitantes (ahora es de uno a cinco), la renta básica representaría un buen dique de contención de esta oleada de pobreza.
Llegados aquí, creo necesaria una breve recapitulación:
Las razones que harían más pertinente una renta básica en una situación económica depresiva no desmienten, como queda dicho, la idea de que se trataría de una medida que merece defenderse también en una hipotética situación técnica de pleno empleo y de bonanza económica.
La renta básica puede ser un elemento, importante sin duda, de una sociedad justa, pero suponer que esta medida es algo suficiente para esta sociedad justa, o bien es tener una concepción hipertrófica de la renta básica o bien una idea raquítica de lo que es una sociedad justa. Una renta básica puede teóricamente concebirse en una sociedad que transpire injusticias por muchos poros.
Una renta básica que personalmente considero política y aún filosóficamente interesante tendría que ir ligada a una redistribución de la renta de los ricos a los pobres. Y esto significa hablar del papel de los impuestos (12). “Los impuestos, lejos de ser una obstrucción de la libertad, son una condición necesaria de su existencia”, era lo forma insuperable de expresarlo del constitucionalista estadounidense Cass Sunstein en una entrevista realizada ya hace una década en el University of Chicago Chronicle (13). Significa no un debate sobre mayor o menor regulación, sino, para decirlo con el economista Dean Baker,
en beneficio de quién.
Una renta básica políticamente interesante debe ser en beneficio de la población trabajadora y de menos ingresos, tanto en épocas de crisis como en las de bonanza económica.
NOTAS: (1) Una indicación de que a los muy ricos la crisis les afecta realmente poco en su existencia material es que el mercado de objetos de gran lujo no solamente no se ha contraído en los últimos meses sino que ha aumentado notablemente. Algo habitual: este mercado al que solamente acceden los muy ricos es muy inmune en general a las situaciones económicas de crisis. Aunque tiene más gancho periodístico, parece ser, que los ricos, si bien no todos, pierdan dinero con las crisis, no que los demás se hundan. Barbara Ehrenreich contaba con mucha gracia lo ridículos y sociópatas que pueden llegar a ser algunos ricos que han de desprenderse de alguna de las muchas casas que tiene destinadas a las vacaciones en un reciente artículo,
los ricos se empobrecen un poco, pero los pobres desaparecen. (2) Las razones que harían conveniente (o más pertinente) una renta básica en una situación económica depresiva no es algo discorde con la idea defendida por distintos autores, entre los que me incluyo, de que se trataría de una medida que merece defenderse también en una hipotética situación de pleno empleo y de bonanza económica. (3) Véase para el paro los periódicos informes de los indicadores de coyuntura (por ejemplo, el que facilita la Fundación de las Cajas de Ahorro, Funcas): http://www.funcas.ceca.es/indicadores/Coyuntura_Nacional_Internacional.asp). Y para la pobreza, aunque el estudio se realizó antes del estallido de la crisis, véase el último informe de FOESSA: http://www.foessa.org/. (4) Hay otras explicaciones, como la que se refiere al “pánico”, que, si no son triviales, representan una etapa de las burbujas especulativas, según Charles P. Kindelberger y Robert Aliber, Manias, Panics, and Crashes, Hokoben, New Jersey: John Wiley and Sons, 2005. Véase también John Bellamy Foster, “La financiarización del capitalismo y la crisis presente”, Sin Permiso núm. 4. (5) Esta es la explicación que ofrece en Focus in the Global South, Walden Bello, por señalado ejemplo, en “Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo”. En Sin Permiso electrónico (www.sinpermiso.info) hemos publicado desde hace ya casi dos años, más de 200 artículos dedicados directa o indirectamente a la crisis. Hay una gran variedad de artículos de las dos últimas visiones de la crisis, la de inspiración liberal de izquierdas y la de orientación marxista, de autores, además del ya citado Bello, como: Michael Hudson, Paul Krugman, Mike Whitney, John Bellamy Foster, Robert Brenner, Michael R. Krätke, Joseph Stiglitz, Sasan Fayazmanesh, Pam Martens, Elmar Alvater, Sam Pizzigati, Robert Pollin, George Monbiot, Dean Baker... (6) Voy a limitar los comentarios al espacio económico del Reino de España, si bien en la nota 12 se dan algunos datos fiscales de EEUU. Aunque, como se verá, los efectos de una renta básica en una situación económica deprimida pueden ser de aplicación general en zonas como la UE o los EEUU, prefiero limitarme al mencionado espacio económico puesto que los datos que se ofrecen a él se circunscriben. (7) En un estudio realizado por diversos autores (Jordi Arcarons et al., Viabilitat i impacte d'una Renda Bàsica de Ciutadania per a Catalunya, Barcelona: Mediterrània-Fundació Jaume Bofill, 2005) se proponía, entre otras posibilidades, una renta básica de 5.414 euros anuales para los adultos (cantidad que estaba en el estudio completamente libre de imposición directa, no así el primer euro que se obtuviese por encima de esta renta básica) y de 2.707 para los menores de Cataluña, que es para donde se realizó el estudio. Hay que precisar que estas cantidades eran propuestas a partir de datos de 2003 que es cuando se empezó a realizar el estudio. Jordi Arcarons está realizando una actualización de este modelo de microsimulación con resultados aún más interesantes, que pronto serán publicados. (8) http://www.funcas.es/indicadores/Coyuntura_Nacional_Internacional.asp. (9) Por ejemplo en Daniel Raventós, Las condiciones materiales de la libertad, Barcelona: El Viejo Topo, 2007, y en Daniel Raventós y David Casassas, “La Renta Básica y el poder de negociación de ‘los que viven con permiso de otros’”, Revista Internacional de Sociología, núm. 34, 187-201. (10) Pero que no ha sido calibrado, mucho me temo, por los sindicatos, aunque ahora no me voy a detener en ello. (11) Las conclusiones al respecto del último informe FOESSA, que está confeccionado mucho antes de la manifestación de la crisis, son bien claras: “Las tasas de pobreza son muy similares a las que ya existían décadas atrás, manifes­tándose, por tanto, en el caso de la pobreza los mismos rasgos ya enunciados para las ten­dencias de la desigualdad. En primer lugar, y en clara ruptura con la tendencia de décadas anteriores, desde el primer tercio de los años noventa la pobreza ha dejado de reducirse. En segundo lugar, contrasta la ausencia de cambios significativos en los indicadores de po­breza con el notable crecimiento registrado por la actividad económica y el empleo. Y, en tercer lugar, tal como se ha señalado en el caso de la desigualdad, los indicadores de pobreza siguen manteniéndose muy elevados en el contexto europeo. España sigue encajada en un clúster periférico dentro de la UE y es el único de los países que partiendo de altos niveles de pobreza, salvo Irlanda, no ha conseguido reducciones sustanciales de las tasas. Esta situa­ción no se compensa por una hipotética mayor movilidad, dado que los patrones de croni­ficación de la pobreza en España muestran una mayor generalización de las situaciones de pobreza permanente que en el promedio de los principales países de la UE” (p. 37). (12) Aunque me he referido al Reino de España, creo que puede aportar alguna información la siguiente alusión a los EEUU. En este país se ha llegado a esta increíble situación: los tipos impositivos nominales a los más ricos ha pasado del 91% en el año 1961 al 35% de la actualidad (elaboración propia a partir de “http://www.moneychimp.com/features/tax_brackets.htm” y de Table A.--U.S. individual income tax: personal exemptions and lowest and highest bracket tax rates, and tax base for regular tax, tax years 1913-2003" (Rev. 4-2003), in Internal Revenue Service, Statistics of Income Bulletin (Publication 1136), Winter 2002-2003). Más concretamente, en los años 1961, 62 y 63 la tasa marginal máxima era del 91% y la base imponible a partir de 400.000 dólares. Con pequeñas variaciones de 1964 a 1970 pasamos a los años que van de 1971 a 1980, ambos inclusive, en donde la tasa marginal máxima era del 70% con una base imponible a partir de 200.000 dólares. De 1982 a 1986 la tasa marginal máxima ya era del 50% con bases imponibles algo inferiores a 200.000 dólares. Con sucesivas disminuciones de la tasa marginal máxima llegamos al año 2003 con una tasa marginal máxima del 35%, tasa que se mantiene hasta el año 2008 con una base imponible a partir de 357.700 dólares en este último año. Debe añadirse que, una vez contadas las distintas deducciones, el tipo efectivo normalmente es bastante más bajo que el nominal de la tasa marginal máxima. Así, una persona soltera que ganase en el año 2008 400.000 dólares, pagaría un tipo efectivo del 29,6%. Pero lo más espectacular es que si se tratase de rentas del capital, aún pagaría un tipo mucho menor, del 15% o menos. Esta gran rebaja continuada de los impuestos a los más ricos es parte de la explicación de la tremenda redistribución de la renta de los pobres a los ricos en las tres últimas décadas. El que fue ministro de Clinton, Robert B. Reich, escribía en un artículo del Washington Post del 1 de febrero, citando un estudio de Thomas Piketty y Emmanuel Saez, que si en 1976 el 1% más rico de los EEUU acumulaba el 9% de la renta nacional, en el 2006 acumulaba el 20%. (13)

616 - 06-09 - Tendencias - "El periodismo se muere" - a Alma Guillermoprieto, reportera

esta entrevista la saqué de la sesión maestros del
periodismo de el país de madrid - ed. global -,
además de otros conceptos,
rescato lo de que quienes ejercimos esta profesión
fuimos "sabrosamente" felices, gracias vida,
red
"Siento que el oficio se está acabando"
Lo que hace a un buen reportero, decía Ben Bradlee, es la energía. Alma Guillermoprieto (reportera, mexicana, de 59 años) trabajó con él, y responde de las cabezas a los pies a esa exigencia. Enérgica y latinoamericana. Escribe para The New Yorker, para National Geographic, para The New York Review of Books, estuvo en la plantilla del Washington Post, y es una reportera que ahora forma parte de la Fundación Nuevo Periodismo que fundó Gabriel García Márquez. El libro Al pie de un volcán te escribo (Plaza y Janés, ahora casi inencontrable) es una suma de algunos de sus mejores reportajes, y es una joya en cuyo caleidoscopio se ve al milímetro el drama de América Latina, su país. Cuando la vimos, en Guadalajara, México, estaba sentada con unos alumnos de periodismo a los que les contaba su experiencia, en la cátedra Julio Cortázar que presiden Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes. Y luego estuvo con Gabo platicando sobre periodismo y hablando de este oficio ante un grupo amplísimo de personas que la escucharon contar, precisamente, la raíz de su pasión por el periodismo y por América. Ese libro (y otros, Los años en que no fuimos felices, Samba) recoge no sólo su pasión, sino su forma de convertir en metáfora el dolor que ha visto; ahora ha publicado, también, Las guerras en Colombia, y de esa experiencia, que ella siempre vive en primera persona, nació una frase que es como el emblema de su manera de aparecer ante la realidad: "Hoy hace guerrilla, mañana tempestad". Ha dicho que ese reporterismo suyo, en concreto el de las guerras, le ha permitido acercarse a "La muerte como forma de vida", un asunto que la tuvo metida hasta el cuello en un drama que también era "una vida dichosa atravesada de ráfagas de sufrimiento y de rabia". Una periodista. A los chicos que le escuchaban en la cátedra Cortázar les pidió lo mismo que a los que la escucharon de noche: curiosidad, no quedarse con la primera impresión. Nosotros hablamos con esta mujer pausada y fibrosa después de la clase con los que quisieran imitarla.
Pregunta. ¿Qué les ha enseñado a los chicos?
Respuesta. Nada. Les puse a leer sus propios textos, y a criticarse. Como para dejarles con la idea de que el periodismo en comunidad con los lectores, pero también entre ellos mismos. No hay nada más sabroso que juntarse en una cantina un jueves por la tarde una vez al mes a comentar todos los textos de la semana. Eso es un taller. Un taller mío, por lo menos.
P. ¿Qué tendríamos que hacer los periodistas que no estuviéramos haciendo?
R. Reportear. Y en América Latina y en Estados Unidos tenemos el lavado del narcotráfico como gran tema pendiente. He estado viendo The Wire, esta fantástica serie de televisión, y ahí se dice: "Cuando tú, como policías, sigues el hilo de la droga, encuentras droga. Pero cuando investigas sobre el lavado de dinero no sabes a quién vas a descubrir. Y por eso ese trabajo no se hace". Porque a lo mejor das con un secretario de Estado, con el jefe de la basura municipal. Así que en esta guerra absurda contra las drogas no se hace el trabajo más difícil y necesario...
P. ¿Por qué?
R. Porque hay demasiados intereses involucrados. El narcotráfico es un gran negocio para mucha gente: para quien cultivas las drogas, para quien reparte las drogas, para quien reparte las drogas, para quien persigue las drogas... Es un enorme negocio. Reciben enormes presupuestos del Estado cada año los policías, la policía investigativa, los jefes de seguridad... A ninguno de los participantes les interesa mucho que acabe el narcotráfico.
P. Pero, un oficio que fue capaz de acabar con el presidente de Estados Unidos, ¿cómo se para ante eso?
R. El presidente era uno solo, y era muy poco popular.
P. Y no tenía dinero.
R. Y no tenía dinero. El narcotráfico es una red que ya abarca toda Europa, todo Estados Unidos, toda América Latina, una buena parte del sureste asiático, y ahora también incluye ciertos países de África... Hay una imagen que se utiliza mucho para demostrar la inutilidad de la guerra contra las drogas. La usan, por ejemplo, los agentes de la DEA [el departamento anti estupefacientes de Estados Unidos] que después de veinte años en la lucha acaban decepcionados y dicen que combatir el narcotráfico es como pellizcar un globo de helio por un lado. En seguida acaba el chipote por otro: acabas con el narcotráfico en Bolivia y aparece en Perú. Lo persigues en Perú y aparece en Colombia, y así sucesivamente. Pero la imagen del globo es casi criminalmente incorrecta: la guerra contra las drogas, que es consecuencia de una política de criminalización de la producción y el consumo de narcóticos, produce una especie de sida. Es contagiosa, pasa de un órgano vital a otro, de un cuerpo o país al otro, deja devastación y muerte por donde pasa, y el virus del HIV no se elimina nunca del torrente sanguíneo. Una vez que un país aprende a traficar drogas, quedarán siempre en estado de latencia las redes para traficar armas, mujeres, lo que sea...
P. Una red gigantesca...
R. Y no es fácil investigarla. Pero aparte de que no es fácil, si te vas por ahí persiguiendo hilitos como hicieron Bob Woodward y Carl Bernstein... Persiguiendo un solo hilito fueron a dar con una persona, Nixon... Imagínate cuánta gente tendría que investigar cuántos hilitos para llegar a desenmarañar toda una red mundial...
P. ¿Se atrevería usted?
R. Yo sí me atrevería, pero ese trabajo se hace en equipo, a largo plazo, y con el respaldo absoluto de un medio. Pero, además, no cualquiera puede ser reportera investigativa. Los reporteros investigativos tienen cerebros muy raros.
P. ¿Cómo es ese cerebro?
R. No piensan como lo hacemos los demás. Hay una curva: mientras mejor es un reportero como investigador, peor escribe. Eso es un problema, siempre tienes que poner en el equipo a un reportero investigativo con uno que sepa escribir... Pero son pocos los que tienen esa mente capaz de juntar pedacito con pedacito y no pensar en otras cosas... Como son escasos...
P. Ben Bradlee decía que un reportero necesita energía, "la historia le lleva y es parte de su alma; mientras no la termina no ha acabado". Y Woodward dice que los buenos reporteros no dejan que la velocidad o la impaciencia les rompa una historia.
R. Eso es universalmente válido... Ahora estábamos hablando el taller de la necesidad de ser persistentes a pesar de tener encima la hora de entrega... Aunque yo tengo el lujo de no tener que preocuparme de una hora de entrega todos los días. Siempre hay que perseguir la historia hasta el final de su ciclo, no hasta el final de la historia, puesto que las historias nunca terminan, pero hasta el final de ese ciclo de reportería. Por otro lado, a los que tenemos nuestra edad ya nos resulta difícil mantener esa energía, ese amor absoluto por el oficio.
P. ¿No tiene usted esa energía?
R. Me cuesta más trabajo cada vez renovarla. Pero no porque me haya cansado del oficio sino porque siento que el oficio se está acabando.
P. ¿Tan gravemente?
R. Sí, yo creo que tan gravemente. Creo que realmente ahora somos un poquito dinosaurios.
P. ¿¡Qué me dice!?
R. Yo cada vez tengo menos tiempo para leer. Y además cada día me fascina más la nueva tecnología. Me paso horas en Internet ¡porque es fascinante!
P. ¿Y eso nos convierte en dinosaurios?
R. Nos convierte en dinosaurios porque yo por lo menos escribo para la gente a la que le gusta leer. Nunca le he tomado el tiempo, pero me imagino que para leer un artículo mío una persona le tiene que dedicar una hora seguidita. ¿Quién hoy en día le dedica una hora seguida a un pinche artículo sobre América Latina que no le va a ser para nada?
P. Dice usted que el gran asunto es el narcotráfico. Pero los periodistas no lo pueden hacer. ¿Qué pasa?
R. Es fácil en cualquier guerra encontrar periodistas jóvenes y valientes, hombres y mujeres, que se lanzan a la primera trinchera del frente. "¡Yo voy, yo voy!" Se lanzan porque son jóvenes, porque están convencidos de que no les va a pasar nada, porque confían en tener la maña suficiente como para que no les pase nada, y porque saben por donde vienen las balas... En el narcotráfico tú te metes en un túnel negro y no sabes de dónde te van a disparar. Eso no es lo mismo. Encontrar al reportero valiente, o a la reportera valiente, para eso es muy complicado. Y no es justo que un editor lo exija. Esa es una parte del problema.
P. ¿Y la otra?
R. La otra parte del problema es que en América Latina, desgraciadamente, hay una larga tradición de corrupción. En México y en otros países se tiene que luchar contra el chayote famoso, el dinero que se le reparte cada mes al reportero de la fuente. Y si el narcotráfico es capaz de corromper a la INTERPOL en México, ¿cómo no va a corromper a un pobre periodista que gana ocho mil pesos al mes? ¿Cómo sobreviven los periodistas en el oficio? Esa es la pregunta realmente preocupante en América Latina. Una vez que tú puedes garantizarle la supervivencia económica a una periodista, puedes empezar a pedirle que arriesgue su supervivencia física.
P. O sea que también es una cuestión empresarial.
R. Es completamente empresarial. Además, si tú estás reporteando y tienes la más leve sospecha de que el jefe de sección de política no es que necesariamente simpatice con el narcotráfico, pero que va a tapar la nota para que no meterse en problemas, ¿para qué te arriesgas? Son muchos los niveles que impiden estructuralmente que el narcotráfico se reportee como es debido. Y, sin embargo, se hace bastante; algo sabemos de lo que quieren esconder.
P. ¿Qué ha tenido que pasar para que una gran periodista latinoamericana, quizá la más importante del mundo de habla española, diga que somos unos dinosaurios?
R. Lo que siempre pasa para que entre en extinción un oficio: una nueva tecnología que lo supera.
P. ¿Lo supera tanto como para dejarnos obsoletos?
R. Sí. En cuanto no haya una reacción fundamental en contra de todo lo sea Internet, sí, sí la va a superar. Mira: yo me subo todos los días al sitio de The New York Times en Internet ¡y es una maravilla! ¿Qué soy yo? Soy una cronista que se ocupa de juntar palabras de manera que mis lectores tengan la sensación de haber estado en un lugar, de haber entendido algo importante y se hayan emocionado. Más o menos esa es mi ambición. Bueno, pues en una página del sitio del New York Times tienes la nota, tienes los links, y no necesariamente habrás pasado por un momento trascendental, pero en la misma hora o cuarenta minutos que le dedicas a un texto mío podrás haber elegido entre un menú multimedia muy seductor, muy inmediato, muy informativo, y a veces también muy conmovedor.
P. Pero leer produce una sensación mayor de información, de discernimiento. Discutes con el texto. Lo otro te convierte en un ser pasivo, ¿no?
R. No, no creo que Internet te convierta en un ser pasivo. Creo que viendo la televisión te conviertes en un ser totalmente pasivo. ¿Qué creo? Creo que la acción espiritual de leer, leer comprometidamente como leemos los de nuestra generación todavía y los muchachos a los que doy clase en la Universidad, es un acto espiritual, un acto de profunda comunicación a niveles que no son tangibles ni físicos entre la autora y el lector. Tú terminas un libro o un artículo en el cual te has metido profundamente y has creado otro mundo. Esa experiencia de lectura profunda no se reemplaza con nada. Quizá la gente se dé cuenta de eso en algún momento y redescubra la lectura.
P. O sea que por fin optimista.
R. No: anhelante.
P. Pero usted es de una raza periodística que ha vivido de la verificación, mientras que en Internet hay luces y sombras...
R. Absolutamente, nosotros hemos vivido armando mundos coherentes... Los muchachos tienen esas ganas de navegar (y navegar es la palabra exacta) por la red, navegar infinitamente. Un texto es una escultura, una vasija de barro, una cosa completa y encerrada en sí misma. Y eso seduce todavía a los muchachos en las clases que estoy dictando en la Universidad de Chicago. Y estos chicos a los que he enseñado hoy en el taller me han nombrado un montón de libros que yo no he leído y que ellos han leído con pasión. Visto eso a lo mejor sí estoy siendo demasiado pesimista... Pero, bueno, estamos en medio de esta crisis económica mundial, y esa crisis refuerza la de los medios y yo la resiento, la resiento porque estoy nadando en medio de ella.
P. ¿Cómo hemos llegado a esta crisis?
R. Sin saberlo, sin darnos cuenta, un día aporendimos a usar una computadora... Me acuerdo que escribí mi primer libro en una computadora con letras verdaes, iba clac, clac, clac..., iban apareciendo unas letritas verdes en una pantalla negra... Ninguno de nosotros fue capaz de imaginar lo que iba a pasar entonces. Creo que los medios se montaron muy tarde en el cambio, y eso fue lo que hizo que llegáramos a esta situación. Y otra cosa ha sido que, hasta donde yo entiendo, y no entiendo nada de plata, ningún medio ha sido capaz de aprender a vender en la red algo que los usuarios quieran comprar sin saltarse los anuncios... El día que se descubra eso los medios van a ser hipermillonarios y van a poder tener una cantidad de reporteros repartidos por el mundo, otra vez haciendo cobertura internacional.
P. La red ofrece un instrumento para navegar, pero no es el barco.
R. Cada día es más el barco, y yo no tengo la menor duda de que los periodistas jóvenes van a armar ese barco, le van a poner el velamen, le van a poner el figurón de proa, le van a poner los remos, le van a poner las velas y lo van a llevar adonde sea. No tengo la menor duda de eso.
P. O sea que su generación, que es también la de este periodista que le pregunta, va a tener que decir de veras adiós a Gutenberg del todo...
R. Es que es raro un novelista que produzca una gran obra después de haber cumplido los 60 años. Escasea. ¿Por qué no ha de suceder lo mismo con nosotros, los periodistas?
P. ¿Cómo se hizo usted periodista?
R. Por accidente, en 1978. Mi madre tenía un amigo que era periodista, editor de Latinamerican Newsletters. John Rettie. Necesitaba una persona que le enviara material, y me quiso convencer... Acabé diciéndole que sí. Y le enviaba un resumen de lo que leía en los periódicos... Seis meses más tarde vi en la televisión a un conjunto de gente dichosa en un lugar llamado Managua, acompañando a unos muchos guerrilleros... Acababan de canjear a sus presos encarcelados por la centena de reos que se habían tomado en el edificio del Congreso del dictador Anastasio Somoza. Me dije: "¡Quiero estar ahí mañana!" Pedí dinero prestado para el pasaje. ¡Queria estar ahí! El golpe de Estado de Pinochet en Chile me había deshecho el corazón, y cuando cinco años más tarde se produce esta cosa maravillosa yo me quiero subir al avión y verlo. Llamé a John para decirle que me iba a ausentar, y me preguntó por qué. Para que no se enojara le dije que porque unos periódicos y revistas muy importantes de México me lo habían pedido.
P. Era mentira.
R. Por supuesto. Y él se ofreció a pagar los gastos... Mis maestros fueron mis colegas, que se divirtieron mucho que no era ni siquiera novata sino una loca que había llegado ahí a querer aprender periodismo, o más bien cómo era eso de vivir una revolución haciendo periodismo. Todos los periodistas estaban en el único hotel moderno de Managua, el Intercontinental. Ahí estaba el corresponsal del New York Times de entonces en México, Alan Riding, a quien habían conocido por medio de John Rettie. Le dije: "Ayúdame porque no tengo la menor idea de lo que estoy haciendo aquí". Alan me ayudó, me ayudaron los demás, me fui con la bola, tuve la suerte de llegar a un lugar donde había una bola de periodistas, y le hice la primera entrevista a Sergio Ramírez.
P. Ahí empezó todo.
R. Ahí empezó todo.
P. Y la historia de su trabajo parece una respuesta a Rettie: ha contado América Latina. ¿Qué hace el periodismo por contar que aquí además de problemas hay energía?
R. Una de las cosas que se han de hacer es empezar a vivirnos como latinoamericanos... Tenemos una lengua, una religión, grandes aspectos culturales en común, y hasta hace quince años yo diría que hemos vivido en perfecto aislamiento los unos de los otros, sin instituciones latinoamericanas. Entonces, ¿qué reivindico del Che a estas alturas? Que fue el primer latinoamericano, que se vivió a sí mismo como latinoamericano. ¿Cuántas instituciones latinoamericanas hay? Muy pocas. Creo que la Fundación de Nuevo Periodismo, de la que me enorgullece formar parte, es una de las primeras y de las más importantes instituciones latinoamericanas, porque tenemos talleres a los que acuden periodistas jóvenes de todos los países de América Latina, y conviven y se descubren a sí mismos como latinoamericanos. Eso a mi me parece maravilloso. Crear un periodismo latinoamericano empieza por ahí, por ser conscientes de que existimos como tal. De repente surgen medios latinoamericanos como El Gatopardo, que ha sido muy importante en ese sentido. EL PAÍS ya se puede leer en toda América Latina, porque es un medio iberoamericano... España va descubriendo América Latina como una zona con la que se puede dialogar y como una zona de renovación vital, me atrevo a decir, para una España que lleva demasiados años existiendo en la rutina.
P. Le decía a los estudiantes los errores que cometemos los periodistas. ¿Cuáles son los más graves?
R. El sentimentalismo, la condescendencia, la pobretería. Vamos a reportear siempre a los pobres porque ellos no tienen abogados, no nos van a montar una demanda por lo que digamos de ellos. Insisto en que deberíamos reportear a los ricos con la misma obstinación, pero no lo hacemos porque los ricos tienen poder. Otro error: confundir la denuncia con ser contestatario.
P. ¿Qué aprendió de este oficio, Alma?
R. Del oficio, no sé. Te cuento lo que he aprendido reporteando en este mundo en el que vivo. En América Latina la inmensa mayoría de la población es pobre, y yo por una simple cuestión de representatividad democrática le he dedicado treinta años a escribir sobre esa mayoría. La gente a la que yo he reporteado ha resultado siempre más mañosa, más capaz de sobrevivir, más llena de humor, más irreverente y más sagaz de lo que nosotros pensamos. No viven en la autocompasión, de manera que he intentado no escribir nunca buscando que mis lectores digan: "¡Ay, pobrecitos de los pobres!" Es una región muy vital, llena de gente absolutamente decidida a salir adelante.
P. Dentro de poco, 60 años. ¿Reportera para siempre?
R. De momento, jardinera para siempre. Yo ahorita tengo ganas de regresar a mi jardín... ¿Te acuerdas de ese momento final de Candide, de Voltaire? Candide se encuentra con su viejo amigo el doctor Pangloss y con su amada; después de haber pasado por todas las guerras, desastre, plagas y torturas, Voltaire hace decir a su personaje, Candide: "Y ahora, mis amigos, hay que ir a trabajar al jardín"...
P. ¿Y hemos sido felices en este oficio?
R. Insisto en que este oficio está muriendo porque no le veo alternativa, pero con eso no quiero decir nada patético... Cuando a mi me hagan la entrevista de los últimos de la especie quiero que quede claro que los que ejercimos este oficio vivimos muy felices, muy sabrosamente, que fuimos como Marco Polo, descubridores de nuevos mundos, y que el escribir, el reportear, el viajar, el comer tortas ahogadas en Jalisco y ostras y champán en París, caminar por paisajes que embelesan y conversar con la gente que más ha sufrido o que más alegría ha dado o que más nos ha inspirado a todos, presenciar los hechos que han conmovido al mundo y vivir, como los gatos, siete vidas en una sola..., todo eso ha sido un privilegio y una maravilla.

615 - 05-09 - Tendencias - Electrónica y ser humano I y II - Fernando Caputi

ELECTRONICA Y SER HUMANO (I)
Sesos sin resetear

En todos estos últimos años, a cada repetida interrogante¿Desea guardar los cambios hechos a...?, antes de teclear Sí reflexioné en voz alta y clara, para que ella lo oyera, algo así como “Imbécil punto com, ¿para qué te pensás que los marqué?”. O a la pregunta de ¿Confirma que desea eliminar...?, vociferaba “¿Acaso entinté esa parte y apreté Supr porque me pareció divertido?”.
Tal sub/inconciente sesgo peyorativo en los diálogos informática versus gente como yo, que en fin de eso se trata, podría provenir de en su momento haber digerido 2001 Odisea del Espacio, memorable film donde la máquina inteligente pasaba a ganarle a la mente humana en los minutos de descuento (acérrimo defensor del pensamiento, eso me cayó mal) y a un apego no soluble ni con aguarrás sobre lo tradicionalmente probado como eficiente. Hasta hoy soy irreductible en repudiar celular(es), quemado como con grasa hirviendo en el ayer, cuando a mis empleadores les bastaba con la telefonía fija (¿qué hubiese sido con la otra?) para localizarme y arruinar toda paz familiar en los escasos días franco, horas de dormir o vacaciones, y también maldecía; pero, además, por haber comprobado que esos aparatejos móviles envician y me son odiosos porque nadie atiende si uno llama a ellos con premura verdadera.
Empero, entre los mil arrepentimientos que me abruman figura el haber castigado tanto a la abnegada Microsoft Windows ‘95 Copyright 1983/94 y el de, en lugar de recurrir a un técnico, aplicarle un mamporrazo (¡hija del rigor, el recurso siempre funcionó!) toda vez que debía soslayar quebrantos de programa y reiniciar la marcha si –por ejemplo–me ordenaba Ejecute de nuevo la instalación de Windows y yo había dejado no sé dónde el respectivo diskette salvador.
Siento que, de yapa, la ironía abofetea. Porque, habiendo recibido como obsequio familiar tan generoso como conmovedor (premio a mi longevidad, indisimulada en la dimensión cerebral) una deslumbrante laptop Toshiba Vista a la que ni siquiera puede decirse que sólo le falta hablar porque, en realidad, habla, escucha y trasmite para ahí y desde allá, tanto me cuesta dominar el manejo de la moderna vedette que ya me cambia la vida como sacrificar sin anestesia la vieja computadora de disco erecto fijo cuya boca sólo admite prehistóricas piezas auxiliares de 5¼ y 3½. Y respeto a esta pieza de museo porque concubina masoquista por idiosincracia que, el tango asegura, debe ser regularmente aporreada, soportó toda la desahogante iracundia oficinesca sin queja alguna y se mantiene dulcemente servicial. A la obtenida en segundas nupcias, por la soberbia gama de milagros que será capaz de procrear a medida que mi lento desasnaje prospere.
Sólo me pregunto por qué este asombroso engendro de última generación no dispone de un botón de reset providencial. No el ortodoxo de limpiar el sistema y su semblante, la pantalla, para reiniciar la operación incidentalmente obstruída sino otro con la finalidad de insuflarle frescura a la cabeza del usuario –de generación casi tan obsoleta como la Windows ‘95– que le tocó en suerte.
Pero si vivir es aceptar interminable cadena de desafíos, no eludo el que ahora está a mi frente, harto cautivante por adelantado. En tanto –pequeña autoconcesión dirigida a mitigar culpas–, a abrí una transición, la de reivindicar mi primer amor, ese con el que mil veces me excedí en el destrato pero, aún así, mantiene su dignidad e impoluta el alma (no duden que la tenga), por más que hoy se le describa como objeto sin valor alguno de reventa e inhumación prohibida por contaminante.
Fernando Caputi (27.1.2009)

ELECTRONICA Y SER HUMANO (II)
Los sustitutos de Gutenberg se miden en bites

Ni siquiera quienes se marginalizan del envolvente proceso discuten que la informática mandata una era universal sin límites ni reversión.
Glosando el cotidiano de esa verdad absoluta, en noviembre último The New York Times reconocía que pasamos gran parte de nuestro tiempo entre una pantalla y otra. De la computadora al teléfono celular, del televisor a la sala de cine, del GPS al reproductor de música. Cambio global –del alfabetismo a la visualidad– de paradigma similar al suscitado al irrumpir la imprenta.
El diario formula un planteamiento crucial: los medios electrónicos ¿destruirán la lectura?
Lo que parecen hacer, se responde, es redefinir lo que significa leer, acción que –argumenta– se transforma en pasar de consumir un capítulo a hacer click. Y mientras leen en líneas, los niños aprenden a investigar e interpretar videos e imágenes.
En 2009, añade, más de 50 países pondrán a prueba estas habilidades con un componente electrónico en los exámenes de evaluación de lectura, matemática y ciencias. “Definida desde Homero a Shakespeare y García Márques, la lógica lineal de un libro, producto de la imprenta, podría ya no serlo. Pero a los jóvenes, una lectura que no siga una línea no les molesta tanto como a algunos de los que tenemos mayor edad”, y “eso es bueno, porque el mundo no transcurre linealmente ni está organizado en compartimientos”.
El razonamiento del NYT es congruente con la por los hechos corroborada presunción original de que, amén de despoblar bibliotecas, Internet acabaría poco a poco con los archivos o bancos de datos de los medios de prensa modestos, como en gran parte son los uruguayos, que aceptan el cambio corriendo porque ello contempla su prioridad: economizar. Una tendencia integrada a la de contratar, por pesos flacos y períodos cortos para obviar obligaciones legales, comunicadores verdes o simplemente incoloros y por consiguiente ingenuos en demasía, prescindiendo de periodistas más caros por ser en todo sentido avezados. Y esto violenta los resultados a partir de una alteración en la confiabilidad de las fuentes utilizables, con catastrófica pérdida en calidad.
Contra la adopción de este criterio lo fácil sería parafrasear a Manrique (diarios eran los de antes), pero tampoco me cierra que tantos medios se suscriban, atados de pies y manos, a un sistema proveedor de antecedentes cuestionable en su ética y seriedad.
Digitadores anónimos llevan sus histriónicas ocurrencias gráficoescritas a Internet con casi tan alta demanda como el tema pornográfico, que amenaza pudrirle no apenas el mate a la gente menuda y la involucra sin que aparezca una solución efectiva para terminar con el sublevante mercado del sexo contra natura. La red de redes recoge sin discernimiento todo material bien o mal inspirado que cualquier hijo de vecino se proponga cranear en tema a su elección. Un procedimiento abierto que, en apariencia democrático, por sí mismo se estaría definiendo como atentatorio y tendencioso en cuanto –valga como ejemplo– allí encuentran infinita pero desprevenida audiencia pública quienes manipulan la Historia para travestir con ropaje heroico a los villanos de ayer.
De Internet, correspondería discernir qué es lo veraz y/o culturalmente válido, pero son escasas las chances de verificarlo para así atender, entre otras exigencias, al ABC del periodista experto y realmente profesional que, por el contrario, inclusive desarrollando al efecto un sentido extra, por lo general aprendió a seleccionar sus informantes (personas con nombre y apellido aunque estos datos los mantenga en reserva, entidades, impresos y documentos debidamente acreditados) como parte de su culto a la honestidad.
Los estudiantes de hoy a que alude el NYT corren riesgos parecidos con Internet aunque, asimismo se sientan venalmente triunfadores recurriendo, para copiar en un examen, ya no a los clásicas trampas de otrora, ferrocarriles o diminutos manuscritos en la palma de la mano, sino a recursos electrónicos activados por cómplices a distancia.
Por obvia extensión natural, el buen libro exige no ser despojado de su hábitat y vigencia inconmovibles en territorios culturales. ¿Acaso nos trae Internet clonaciones medianamente aceptables de Miguel de Cervantes, Edgar Poe, Franz Kafka, Rogelio Sinan o –sumemos talentos sin salir de casa– Horacio Quiroga, Florencio Sánchez, José Enrique Rodó y Juan Zorrilla de San Martín? Los textos de estudio que reproduce ¿son probadamente confiables?
De todo ello, ¿nos aporta subrogantes a altura, tan siquiera remedos o nada?
Fernando Caputi (29.1.2009)

614 - 04-09 Polis-mundo - Mundobama - Roberto Bussero

Nadie espera un salto al vacío del nuevo presidente

Pensar un vínculo Estados Unidos – “el Mundo” parece un error o un simplismo poco acorde al desarrollo del orbe globalizado. Más aún si se concibe “Mundo” como “resto del mundo”, debería entenderse como Estados Unidos “en” o “con” un mundo que tiende a una interconectividad tan democratizadora y poderosamente plural a nivel cognitivo – y hasta afectivo – como peligrosa y, eventualmente, discriminadora.
Casi siempre, la asunción de un nuevo inquilino de la White House desata en el mundo, incluido EE,UU. una oleada de justificado – optimismo. En esta oportunidad, y para referir a temas macro y realmente “totalizadores”, El futuro 44º presidente de EE.UU., Barack Obama, prometió terminar con la “tergiversación” que hacía su predecesor y hacer todos los esfuerzos para adecuar la ciencia a “la política o la ideología”. Ese era el anuncio que esperaban los ambientalistas, y se confirmó pocas horas después: el mandatario electo colocará en cargos clave de su gobierno a científicos de primera línea.
La iniciativa, que hasta ahora marca la diferencia más clara con el gobierno saliente, demuestra que Obama pondrá el tema del cambio climático y el cuidado del medio ambiente entre sus prioridades.
VISIONES COSMO
Pero en vías a globalizar aún más la cosmovisión que integra la figura de Obama, la magia y el simbolismo de su elección como presidente de Estados Unidos adoptó la de un ícono de esperanza, de victoria contra el racismo y de oportunidad para la paz. Incluso esa luz fue tan intensa que el mundo pareció reconciliado consigo y seguro a la espera de una etapa de regocijo general.
Esto permitió imaginar la utopía de una sociedad más democrática, sin prejuicios raciales, centrada en la búsqueda de la paz y la justicia social.
La natural dialéctica entre angustias y esperanzas se expuso con sus fortalezas y debilidades cuando en el mismo momento en que el mundo asistía conmovido al discurso de aceptación de Obama, la noche del 4 de noviembre, en el norte de Afganistán una fiesta de casamiento era destruida por bombarderos de los Estados Unidos, dejando cuarenta cadáveres sobre el suelo.
Terrible advertencia, ese es el tipo de contradicciones que el nuevo presidente deberá resolver, y el mundo tiene partido tomado acerca de la dirección hacia la cual deberá inclinarse.
Por supuesto, más acá de optimismos desmesurados, que suelen culminar en exigencias desmedidas – una especie de doble pecado de exceso en la moral y la religión griegas (“hibris”) -, el mundo se prepara para un período de cierta suspensión entre las frustraciones que siguen a las grandes expectativas y la necesidad de no hacer juicios precipitados.
SIN ERRORES
También es claro que los racistas que están a la espera de la primera señal para gritar que “los negros no saben gobernar” no comparten la mentada visión cosmo.
Pero son los ciudadanos de Estados Unidos y de todo el planeta que desde la noche de la elección se alegran con la posibilidad de un mundo mejor. Son la inmensa mayoría de la especie humana, pero quizás su poder no es proporcional a su número.
En el área de la seguridad y la guerra, los primeros pasos serían el cierre de la base de Guantánamo; la abolición de la tortura; la revocación de unos doscientos decretos presidenciales de corte autoritario en el plano interno y el retorno de la diplomacia y el multilateralismo en lo internacional.
En lo inmediato y más concreto, ¿podrá cumplir Obama su promesa de retirar las tropas de Irak en dieciséis meses?, ¿podrá el nuevo presidente evitar que la de Afganistán se convierta en “su” guerra, tal como Irak fue la guerra de Bush?
¿Logrará neutralizar/capturar a Osama bin Laden, inspirador e imagen mayor del más cruel terrorismo? Sólo los talibán podrán entregarlo, Para eso hay que negociar con ellos, lo que será imposible si continúan siendo el enemigo - controlan el poder local de más de la mitad del país y su mayor base étnica (los pashtunes) está distribuida entre Afganistán y Pakistán, otro país problema, más allá de alianzas y encuentros -. ¿Cómo reconocer “occidentalmente” su culturalización de la crueldad y minimización de la vida humana?
Además, Obama no podrá tener como prioridad las buenas relaciones con Rusia, ahora que se sabe que Georgia fue activamente inducida a invadir Osetia del Sur para provocar la invasión rusa.
PRESIONES/LÍMITES
En el plano de la economía, la dimensión de la crisis que se aproxima todavía está por determinarse y la capacidad de maniobra de Obama será escasa. Tal como sucede en todos lados, tendrá que recurrir a la inversión pública para detener el desempleo. Pero, ¿aprovechará la oportunidad para construir un “capitalismo con rostro humano”, tal como hizo Roosevelt ante la crisis de 1929.
Por lo pronto, respondió con el aumento a tres millones de trabajos sus objetivos para crear o mantener empleo a las predicciones de que la recesión actual va a ser peor de lo que se creía, por lo que se pronostica que a lo largo de 2009 se perderán cerca de cuatro millones de puestos de trabajo. ¡ Qué pulseada! El desempleo puede llegar a rondar el nueve por ciento de la población activa, frente al 6.7 por ciento actual. Obama instó entonces a sus asesores a pensar con “osadía” posibles soluciones a corto plazo. Su vicepresidente, Joe Biden, declaró que la economía se encuentra “en mucho peor estado” de lo que se habían imaginado inicialmente. ¿Cómo puede influir la presión interna en el relacionamiento con países económicamente dependientes de EE.UU.?
El programa de estímulo económico fortalecimiento de la clase media que Obama prepara con los líderes del Congreso, de mayoría demócrata, tendrá un valor muy superior a lo pensado inicialmente, podría rondar los 700 mil millones de dólares. Prevé fomentar el empleo mediante la inversión en infraestructuras, nuevas tecnologías y energías alternativas y contaría con una serie de mecanismos para garantizar que sus fondos se usen de manera efectiva y transparente.

MUNDANAL RUIDO
La interrogante que podría plantearse ese “(inexistente) resto del Mundo” es si esas presiones internas, los devaneos políticos derivados de ellas y las reales dificultades económicas impedirán a Obama abrir sus manos más allá de fronteras.
Sin dudas, el fortalecimiento de los mecanismos multilaterales es la única respuesta posible. Por supuesto, esos “otros” países no pueden confrontar con la Casa Blanca ni cruzarse de brazos esperando a que Washington se acuerde de ellos.
Del mismo modo que Obama ha hecho evidente que su administración cambiará las miras del gobierno respecto a la ciencia y la cuestión ambiental – prometió “promover la investigación científica abierta y libre”, garantizando que los datos y las evidencias “no sean tergiversados o manipulados por la política y la ideología” 0-, también debería fomentar el cultivo del mentado multilateralismo y el entendimiento entre la potencia con otros bloques con bloques y naciones, sustentado sólidamente en la sana búsqueda de la paz y el bienestar, por vía de acuerdos que respeten individualidades y procesos, pero también contengan necesarias concesiones.

613 - 03-09 - Polis - DISPAREN SOBRE LA CLASE MEDIA - Fernando Caputi

como es obvio, las opiniones políticas, bien
fundadas, van por cuenta de quién las
propone, y se admiten contraproposiciones, red

Si mides los panes, la conclusión es una sola

Gila describía la urgente renuncia al Partido Comunista como reacción inmediata de quien gana el premio mayor de la lotería. De seguro, el humorista español volvería a explayar el irónico poder de observación que caracterizaba sus frecuentes visitas a los países platenses si, hoy y aquí, constatase que un cierto Ministerio de Desarrollo Social (Mides) pregona “Justicia tributaria para los que tienen menos recursos”, arbitrio ideado para limitar la ecuanimidad mandatada por la Constitución para todos los ciudadanos. E ignorando olímpicamente que todos y cada uno los integrantes del pueblo deben ser considerados idénticos ante la Ley, penaliza por descarte, arrollando incuestionables derechos, a los culpables de no tener menos.
Con ello, el gobierno de cambio cambia, igualando hacia abajo y con criterio clasista propio del ismo que mucho después de Gila desapareciera sólo en naciones con capacidad de pensar.
Clonando la discriminación programática perpetrada a nivel departamental en la contribución inmobiliaria mediante la condonación de atrasos en barrios a su entender menos chics, dicha secretaría de Estado profundizó el arbitrio anunciando expresos descuentos en UTE (80% en cargos fijo y por potencia, 20% para los primeros 100 kWh de consumo), con la aclaración de que los eventuales postulantes obtendrán “financiaciones especiales” para sus deudas de ya ser clientes, y si no lo son, “accederán al servicio sin costo”. Concluye que empresa y ministerio “juntan sus energías para que la electricidad llegue a todos” (falso: todos, no; el beneficio es privativo para inscriptos en el Panes, Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social, dejando claro que esta no bíblica multiplicación panificadora exceptúa a humildes con dignidad pero sin patente de pobreza ostensiva, condición en muchos casos falluta como la de beneficiarios que mes a mes agotaban de apuro el subsidio consumiendo copas en el boliche más cercano a la ventanilla que lo liquidaba).
En una línea de coherencia, el Banco de Previsión Social (BPS) ubica el tope jubilatorio para empleados y patrones en poco más de dos tercios de los $ 28.332 fijados como remuneración en un llamado a novatos funcionarios para el mismo instituto publicitado el 6 de junio último, cerrando el organismo pingüe negocio toda vez que quien pasa a retiro suma y no recupera ni cerca –ejemplo real, como tantos otros– 57 años de tributos previdenciarios desde múltiples empleos calificados o no y a veces simultáneos. Y a ese jubilado con tope no le cabe nada más salvo, si cumplió 70 años de edad, transporte colectivo metropolitano gratis en domingos y ciertos feriados.
Cosa parecida ocurre con el Fonasa (Fondo Nacional de Salud), sigla que más parece apodo de tenefonista gorda, creado para que los que reciben menos –gente humilde sacrificada y honrada pero también vagabundos oportunistas– mejoren lo suyo a costa del laborioso resto, aunque a los no rotulados como carentes la salud se les escape como agua de un canasto por pagar el precio de haberse descostillado trabajando con tremendo rigor y en planilla desde niños, pasando hoy a invertir la mayor parte de su único y último ingreso en medicamentos.
A estos ex clase media, el haber pago mutualista de por vida activa sólo les sirve para, en retiro y hasta que la queden, seguir abonando pesada cuota de entre $ 1.000/2.000 para en definitiva compartir beneficios compulsivamente con paracaidistas de la vida, privándose a aquéllos de la prebenda anual de gratuidad reservada a estos últimos (36 medicamentos, pudiendo 12 de ellos ser “raros”, una docena de consultas médicas, urgencias a domicilio, un examen de Rayos X, dos “rutinas” de laboratorio, más –de yapa– cirugía de cataratas al barrer made in Cuba y otras yerbas), resuelta únicamente para jubilados/pensionistas no privilegiados que perciben hasta $ 4.800. Lógica frenteamplista: jubilarte con más de $ 4.800 es un “privilegio”, no un derecho adquirido rompiéndote el lomo.
¿Que ocurre, a su vez, con la cónyuge legal, durante más de medio siglo, del individuo que tomábamos como ejemplo? Incansable ama de casa, esposa y madre tanto como en el desempeño de ocupaciones calificadas y alta responsabilidad a las que dignamente y sin quejas se hizo espacio en base a la educación recibida y ahincado denuedo individual por dominar cinco idiomas y cultivar las artes.
A ella, típico ejemplar de aquella clase media que hizo memorable a este país, el BPS le otorga una jubilación de poco más de $ 3.000, es decir, en principio comprendida en la franja a la que sí se reservan compensaciones como pago de su sociedad médica y régimen de consiguiente acceso sin cargo a los servicios en esa mutual de la que es socia. Pero no, la criba revanchista de clases decide que siga pagando la máxima tarifa a la sociedad médica para mantener un superávit en la previsión social capaz de premiar a quienes contemporáneamente se asociaban para delinquir contra la democracia y su poder constituído o, sin tantas pretensiones revolucionarias, robaban macetas de cualquier balcón para revender en la feria adecuada o incautaban desde jabones a lamparitas y canillas en baños de los bares a los que a esa clase de malandra –los desconocidos de siempre– ya no le es permitido ingresar. ¿Por qué? “El ingreso familiar global (sumada la jubilación del marido) supera los $ 4.800”.
Es decir, a dedo, la foja individual del contribuyente dejó de ser sagrada y ahora se maneja como colectiva.
¿Es, el precedente, un alegato contra el amparo a los no pudientes o al Plan de Emergencia? Ni por asomo. En este mi país, la solidaridad rigió y se impuso naturalmente como uno de los principios ganados con esfuerzo, persistencia y convicción hasta, un dia, ufanarnos de integrar una clase media que fuera robusto sostén social por obra del magistral civismo vernáculo, no necesitado de ideologías foráneas ajenas a la esencia republicana de aquella Suiza de América no proclamada por riqueza, como pretende algún revisionista farsante o mal informado, sino por alumbrar con luz propia la comunidad de naciones sin ismos que tomaban al ilustre Uruguay como modelo.
Por el contrario, que en lo expresado quede implícito el repudio a la farsa de barata politiquería con que se pretende manejar, de nuevo, a electores desprevenidos. El 26 de junio p.p., Enrique Rubio, director de la OPP, ante una platea partidariamente amiga confiaba que si bien el Frente Amplio corre el “riesgo de perder pie” en la clase media, “hay otra parte y es la frontera social que el Frente corrió hacia los niveles de pobreza”, a la que podría convertir “en base electoral” y tener así “asegurada la elección” próxima (Búsqueda, edición Nº 1.464).
Pero en este mandato y, en hipótesis, para el que se viene si prospera la maniobra cazavotos, el poder frenteamplista se atribuye como propio el mérito de un cambio que define otra cara del engaño, pues no es el Estado que aplica fondos legítimos para mejorar el estándar de vida de las clases económicamente bajas sino que secuestra dineros de quienes, clase media, se los ganaron en auténtica ley de juego, para emparejar su estatus con el de los que hoy se renganchan en la conga de la maniobra progresista.
Nota: utilizo el vocablo clase, que como uruguayo siempre detesté, por no encontrar sinónimo con similar graficismo.
Fernando Caputi (22.1.2009)

612 - 01-09 - Retinas - Servicio a bordo - Fernando Caputi

Fast foods, menúes balanceados de vanguardia e inanición

Desde mucho antes de la sobrepuesta crisis financiera irradiada desde Estados Unidos, la decadencia de la aeronáutica comercial se profundizaba. En muchas compañías, el personal de a bordo se manifiesta cada vez más ávido y propenso a negociar, dólares cash, la oferta de free port o en ponerle quinta marcha al carro con bebidas y atravesar raudamente el pasillo que en servir (algo) de comer, menestercito que va ocupando los últimos minutos del viaje.
Los bienes de grifa llevados al cielo para sobrevolar la codicia impositiva son harto promovidos en revistas de a bordo y catálogos específicos, unas y otros de lujosa realización gráfica contrastante con la modestísima carte, si acaso impresa en delgada cartulinita o tan escueta que basta mencionarla al pasar en altavoces como añadido intrascendente al tiempo estimado del vuelo y la altura en que se desplaza el aparato. Al parecer en vías de extinción, lo que sobra de aquella consistente invitación a degustar de otros tiempos puede llega a disgustar.
A falta de opciones que hasta hace poco tiempo eran lo mínimo en vuelos de medio y largo alcance (panecillos, galletitas, manteca, ensalada con opción a buenos aderezos, pasta con pollo o plato de carne bovina y guarnición, postre), American Airlines se ciñe a estrecho menú y en paralelo volantea otra pieza promocional en la que interroga al pasajero de esta suerte:
Hungry? Snacks and Fresh Lights Meals Available, con llamativa aclaración sobre fondo rojo: American now accepts credit and debir cards. Traducción libre: si no querés llegar a destino con la barriga vacía pagá, aunque sea con tarjeta. Y añadiendo fotos en colores a la manera de cualquier cadena en tierra de fast food (¿quién mencionó la comidachatarra?) ofrece, por ejemplo, Breakfast Bagel Sandwich, Club Croissant Sandwich, Italian Wrap, Turkey and Cheese Ciabatta o Asian Chicken Wrap a seis dólares cada ítem, aclarando que en vuelos domésticos de tres horas o más de duración, uno de tales paliativos gastronómicos es concedido en la mañana y otro en la tarde/noche sin cargo. ¿Qué podría ocurrir y cuál el tribunal competente para entender en eventual litigio si un vuelo estimado en dos horas y 50 se prolonga a tres horas diez, abriendo pie, así, al reclamo de algún insatisfecho? Y, en las mismas condiciones (pero un solo producto a financiar por la línea aérea en vuelos trascontinentales o a Hawai, excepto si salen de Toronto), la oferta comercial incluye Turkey & Imported Swiss Cheese o Rotisserie Chiken & Fontina Cheese, cuyo precio de contado aplicable si por ejemplo saliste de Toronto, es de U$S 10 por unidad.
Para su vuelo sin escalas del DF (Ciudad de México) a Buenos Aires, AeroMéxico sustituyó la comida nocturna de fondo que en tácito pero desbordante quórum viajeros de múltiple origen suponían inminente por un refrigerio que el comandante de la nave describió como “cena fría”, consistente en: “Plato principal, sandwich de jamón y queso manchego en pan de avena” – un leve cuadradito de 9x9cm con tímidas muestras de jamón, queso y lechuga–, y, como “postre, pastel de cajeta” (nadie se alarme, minúsculo budincito de dulce de leche).
Para el desayuno tras larga noche, “plato de frutas de estación” tripartito (transparente tajadita de melón, otra, no mayor, de ananá, y ¡una! uva). Como “plato principal, enchiladas de jamón y queso en salsa ligera de chile pasilla”, para el goce exclusivo de la picosa minoría de pasajeros mexicanos y a plena satisfacción de la empresa, ufana al proclamar triunfalmente por escrito que “nuestros chefs están orgullosos de ofrecerle durante el vuelo un menú balanceado compuesto por platillos de la más alta calidad culinaria, inspirados en recetas vanguardistas, enriquecidas con los ingredientes característicos de la gastronomía nacional” (sic).
Esta cara, visible al usuario, de las angustias financieras que vive la aviación comercial sepulta –ahondando saudades– atenciones que eran habituales en tiempos no tan lejanos, como la de entregar vouchers para el restaurante principal del aeropuerto donde se producía una demora y/o, de prolongarse la espera, trasladar los pasajeros a pernoctar en un buen hotel financiado por la empresa. Hoy, los aeródromos son ante todo improvisados dormitorios.
Nadie piense, pues, que los avatares aerolineales son exclusivos de Uruguay y Argentina. Tampoco, que el estándar de otrora será rápidamente recuperado. Entonces, a inexperientes que proyecten una incursión aérea de cierto aliento cabe recomendarles abordar la nave bien comidos y bebidos sin, por ejemplo, llevar desde casa milanesa en dos panes o factura amasada por el panadero de la otra cuadra, porque rígidos códigos internacionales inhiben el transporte de alimentos y vegetales, y la enmienda puede resultar peor que el soneto.
Fernando Caputi (20 enero 2009)

611 - 00-09 - Papeles y cenizas - robi - red

tiene razón fernando c., es una lástima - sería - abandonar esta personal y nada solitaria empresa, ¡entusiasmate!..., repitió varias veces, dejándome saborear la pequeña dosis de acentillo mexicano que habíasumado a su señorial y perfecto decir,
después fue yoatí s., bonita como siempre, trenzas de veterana, decir agallegado..., ¿qué te cuesta?, ¿vale?, tenés que seguir..., imperativo sin orden, pura sal e ideología, algún día caerá el capitalismo.
también santiago v, los e la raba, el chiquito almanzor, irene t, tulio mauro y los demás miembros de la antigua barra lechugona raneja de guanajuato, ¡qué gente veriguá'!
bué..., empiezo con fer
veremos,
¿y si contamos de nuevo, reanudamos, segunda -realmente segunda - era, época bis, llamémosla 09. ¿qué talco ché?
c. serás 01-09 y siguientes, con alguna interrupción mía y de la raneja,
veremos,
robi
gurú