Ya desde la patria vieja lo que hoy llamamos sociedad civil participaba en los contenidos de los medios de prensa. En 1823 los vecinos montevideanos, y eran exclusivamente ellos pues la categoría ciudadana excluía a mujeres, analfabetos, pobres y esclavos, a pedido del Cabildo, elegían a los 25 jueces que integrarían el “Tribunal de los Abusos de la Libertad de Imprenta”.
En realidad estaban eligiendo a sus censores, pero en esa elección se encomendaba a los vecinos más ilustrados, con mayores virtudes la supervisión de los impresos periódicos. Era también una forma de no dejar esa cuota de libertad de imprenta existente, en manos de los gerentes del imperio brasileño.
En realidad estaban eligiendo a sus censores, pero en esa elección se encomendaba a los vecinos más ilustrados, con mayores virtudes la supervisión de los impresos periódicos. Era también una forma de no dejar esa cuota de libertad de imprenta existente, en manos de los gerentes del imperio brasileño.
¿Es posible incidir hoy en los contenidos de los medios? ¿Es factible una campaña contra la “telebasura”, programación que recientemente generó controversias y hasta propuestas de censura desde algún jerarca oficial?
En Brasil a dos años de iniciada la campaña contra la basura televisiva (*) ya se contaba con el apoyo de 60 entidades nacionales, más de 100 estaduales y una coordinación regional en 13 estados federales.
Esta iniciativa surgió desde la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados junto a organizaciones civiles. La participación de unos de los poderes estatales dificulta una auténtica expresión de la sociedad civil como tal. Es claramente una iniciativa que debería ser generada desde la ciudadanía, de pronto, a partir de una medición de preferencias por parte de una empresa consultora.
El Día Nacional contra la Basura en la TV, el 17 de octubre de 2003, la empresa Ibope registró una desconexión de 14 % de los aparatos de televisión conectados en el horario previsto para el boicot.
“La basura no se lleva bien con los anunciantes”, fue la definición clave de Ratinho quizás el mayor presentador televisivo de Brasil, del Sistema Brasileño de Televisión (SBT), luego que su programa se ubicara al tope del 4º ranking de telebasura divulgado por la campaña.
Otra victoria de los promotores fueron los cambios promovidos en el programa Domingo Legal, también de la SBT. El presentador Gugu Liberato, los hizo luego que su programa encabezó el 2º ranking. Desaparecieron las falsas entrevistas, los episodios que humillaban a los participantes y los programas que exponían las miserias de la gente común.
Otro programa, Domingao do Fautau, de Globo, dejó de realizar sus cierres con primeros planos de traseros femeninos. La presentadora Márcia Goldchmidt, de la Red Bandeirantes, también modificó su programa, aunque uno de los responsables de la campaña la critica por continuar “vendiendo la ilusión de que resolverá todos los problemas personales y (seguir) explotando la miseria de las personas”.
El Segundo Día Nacional contra la Basura en la TV fue el nueve de octubre pero con otra consigna: “Sintonice la ética en la TV”.Esta vez no se convocó a desconectar los aparatos en un momento determinado, sino a sintonizar programas de calidad.
El XI Ranking de Telebasura ofrece el siguiente cuadro:
1 - Pánico en la TV - Rede TV!
2 - Gran Hermano Brasil 6 - Rede Globo
3 - Superpop - Rede TV!
4 - Miniserie Rede Globo
5 - Domingo Legal SBT (*) “Quien financia la telebasura está en contra de la ciudadanía. Una campaña para la promoción de los derechos humanos y la dignidad de la ciudadanía en los medios”
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