miércoles, 18 de julio de 2007

Retinas - 13 años de AMIA - Por Roberto Bussero

El feriado del 18 de julio, 1994. La conjunción del placer con la visión del terror. Estábamos en la querida Punta del Este y, como siempre, evitábamos a los no queridos. Pero el invierno, el frío y hasta el coche nuevo invitaban al goce. Salimos pensando en el almuerzo en Al paso, la parrilla de Maldonado. Paseo y diversión, pero, también como siempre, trabajo. Hablaba Jorge Batlle en la inauguración de una plaza homenaje a Giosci, ex intendente, atrás del Campus. Faltaba poco para las elecciones, que ganaría Sanguinetti. Ale y Nano quedaron en casa, guarecidos en las alas de Pilar, mi madre. Todo figuraba tranquilo, sin problemas. La democracia estaba consolidada, la familia también.

Recuerdo que dejamos el auto a unas calles, previendo cierta cantidad de gente y algún obstáculo para salir. El frío o la indiferencia pudieron más. Igual caminamos, abrazados, hablando del estudio de los nenes. En la plaza, blancos por un lado rodeando al Bala Burgueño; colorados por el suyo, esperando a Jorge, los foristas miraban para otro lado.

Cuando Batlle llegó, todo pareció encaminarse a un rápido desarrollo, lo normal, chato a no ser por alguna apuesta del orador, que sería presidente en el 2000.

Como si todos esperáramos una catástrofe, la noticia desplegó sus fauces de espanto e inmediatez, comiéndose el tiempo que había fluido hasta ese instante con lentitud absoluta, provinciana, parroquial. Habían atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires.
Pero Susana y yo pensamos en la flia, Nano, Ale, los viejos, todo el futuro volvía a comprometerse. Otro frío caló hondo. El de la incomprensión y los porqués sin respuesta. Otro frío, prepotente, el de los imposibles, el de escombros civilizatorios y certezas inculturales. Choques civilizatorios, anomalías morales.
¿No hay otra solución? Refugios que no se encuentran, temores que vuelven, azotan, instigan. Luego de 13 años, continúa impune, “congoja y dolor" dicen el Comité Central Israelita y de la Organización Sionista del Uruguay. El ahora titular de la AMIA, Luis Grynwald, reclamó al presidente Néstor Kirchner que "rompa relaciones diplomáticas con Irán", al considerar que "está probada la participación del gobierno" de ese país en el atentado contra la mutual judía. La ex alcaldesa de Barcelona, Pilar Rahola, reclamó sanciones de la ONU para Irán.

Los odios siguen vigentes, los muertos no viven lo que les correspondía, por derecho y por justicia, 85 víctimas, las mismas exigencias formuladas en el mismo lugar hace exactamente un año, dos, tres…, doce.
Grynwald remarcó que "esperamos que avance la causa que investiga el presunto encubrimiento", y denunció por ello al ex presidente Carlos Menem, a su ex ministro del Interior, Carlos Corach y al ex secretario de Seguridad Andrés Antonietti: "Ahí también hay mucho por investigar y esclarecer (…) Esperamos que el juez (Federal Ariel) Lijo pueda avanzar e investigar a fondo, determinando las responsabilidades que correspondan, sin importar el peso de los apellidos". Y "hoy tenemos una justicia que en la plenitud de sus poderes avanza con lentitud. Pero esperamos que lo haga sin detenerse, y un poder político que ya no puede negarse a la realidad, y finalmente decide tomar cartas en el asunto (…) La investigación nos debe todavía demasiadas respuestas a trece años del atentado: a quién le dio (Carlos) Telleldín la camioneta Trafic que se utilizó como coche bomba, quién los ayudó dentro del país, dónde estuvieron, con quién se relacionaron, cuál fue el origen del explosivo y dónde se acondicionó la camioneta…,( )confiamos en la justicia, exigimos justicia, que se aceleren los tiempos y nos den respuestas".

Rahola instó a “tener memoria, debe haber un compromiso moral de distintas personalidades para saber qué pasó hace 13 años. Las víctimas de la AMIA son las víctimas del mundo", y, reclamó "un compromiso de las instituciones internacionales", como las Naciones Unidas para que imponga sanciones contra Irán.
Pero queda sobrevolando el “quizás”.

Hoy yo no camino, pero vivo, escribo, recuerdo – más allá de mil abandonos, incluso de aquellos por los cuales religiosa y amorosamente temí aquella fría mañana fernandina. Igual me juego por el esclarecimiento, y hasta por el perdón, pero en severas condiciones de igualdad y certidumbre, porque saber no puede ser delito y la verdad es lo más bueno y bello de este subjetivo planeta. Terrible y subjetivo, donde es lindo vivir, pero es difícil, muy difícil.

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