miércoles, 25 de junio de 2008

446 - Papeles y cenizas - La sombra del dóping, a 30 años del Mundial ‘78 - Alejandro Wall

* otra cara de la locura dictatorial,
ejemplo del pretendido poder mediático
y triste aspecto del deporte, es de
crítica de la argentina.
el diario de jorge lanata, red

TRIUNFO Y SOSPECHAS
El médico del equipo reveló que enviados militares presionaban para dopar a los jugadores. Oscar Ortiz acrecentó las dudas.
A treinta años exactos del primer campeonato Mundial de futbol ganado por la Argentina, el médico de la selección reveló que enviados del poder militar presionaban para dopar a los jugadores.El doctor Ruben Darío Oliva dijo también que su llegada al equipo de Menotti, meses antes de comenzar el torneo, cortó “con todas las influencias del doping” que había hasta ese momento. De los jugadores, sólo habla el puntero izquierdo Oscar Ortiz: “(en los equipos locales) Hay dinero y hay drogas. Y si hay dinero y drogas, hay sobornos”. Dice eso y no dice más. Pero apareció en escena otro jugador, el peruano José Luis Velazquez que asegura haberle preguntado a Ortiz: “dime la verdad, ustedes han jugado dopados?” Y Ortiz respondió-según Velazquez- con gestos de pinchazos en el brazo y los glúteos.Oliva formuló sus declaraciones en diálogo con Crítica de la Argentina. Las versiones de Ortiz y Velazquez aparecen en el documental Mundial 78, Mundial 78. Verdad o mentira, del periodista Christian Rémoli.Peloteo previo. El fantasma del doping siempre recorrió aquella hazaña deportiva que la dictadura utilizó para cubrir con euforia futbolera sus crímines y desaparecidos.El chileno Carlos Caszely ya había dicho: “Un jugador argentino, cuyo nombre me reservo, me dijo una vez que el seleccionado argentino había estado dopado”, según cuenta Pablo Llonto en el libro La vergüenza de todos.A treinta años exactos del primer campeonato Mundial de futbol ganado por la Argentina, el médico de la selección reveló que enviados del poder militar presionaban para dopar a los jugadores. El doctor Ruben Darío Oliva dijo también que su llegada al equipo de Menotti, meses antes de comenzar el torneo, cortó “con todas las influencias del doping” que había hasta ese momento. De los jugadores, sólo habla el puntero izquierdo Oscar Ortiz: “(en los equipos locales) Hay dinero y hay drogas. Y si hay dinero y drogas, hay sobornos”. Dice eso y no dice más. Pero apareció en escena otro jugador, el peruano José Luis Velazquez que asegura haberle preguntado a Ortiz: “dime la verdad, ustedes han jugado dopados?” Y Ortiz respondió-según Velazquez- con gestos de pinchazos en el brazo y los glúteos.Oliva formuló sus declaraciones en diálogo con Crítica de la Argentina. Las versiones de Ortiz y Velazquez aparecen en el documental Mundial 78, Mundial 78. Verdad o mentira, del periodista Christian Rémoli.Peloteo previo. El fantasma del doping siempre recorrió aquella hazaña deportiva que la dictadura utilizó para cubrir con euforia futbolera sus crímines y desaparecidos.El chileno Carlos Caszely ya había dicho: “Un jugador argentino, cuyo nombre me reservo, me dijo una vez que el seleccionado argentino había estado dopado”, según cuenta Pablo Llonto en el libro La vergüenza de todos. Y Diego Maradona alguna vez sugirió en su enojosa relación con Daniel Alberto Pasarella, capital del ‘78: “qué me va a hablar a mi de droga...y que menos me venga a habalr de los controles antidoping de ese Mundial”En diálogo con Crítica de la Argentina, Ortiz señaló: “Yo no puedo descartar eso para nada, aunque no tenga pruebas para decir existió. No lo he visto, pero sé que esas cosas existen en el deporte y en toda la sociedad”. El wing izquierdo, famoso por su gambeta endiablada, desmintió, sí, al peruano velazquez: “Eso corre por su cuenta, nunca he hablado con él de algo así. Y la pregunta esa sería boluda: si alguien se dopó no lo va a decir”.Desde el vestuario. A los 84 años, Rubén Darío Oliva todavía trabaja en su consultorio de Milán. Es un médico prestigioso al que César Luis Menotti convocó meses antes del Mundial. En esos días, el Pervitin y las anfetaminas eran casi una moda del fútbol. –¿Durante el Mundial hubo jugadores dopados?–No, no, absolutamente. Cuando yo me hice cargo de la Selección nacional corté con todas las influencias del doping que en ese momento en la Argentina era una cosa general.–¿Es posible que por fuera suyo algunos jugadores hayan utilizado drogas? –Yo me fui cinco meses antes del Mundial a preparar el equipo con Menotti. Y ahí cortamos con todas las influencias externas. En cada partido del Mundial venía una persona, que no sé quién lo mandaba, si era de los militares, que trataba de saber si yo le había dado algún doping a los jugadores. Y se sorprendía cuando le decía que sólo le había dado alguna aspirina a (Mario) Kempes, que era un chico maravilloso.–A usted le pusieron un apodo malicioso, Jeringa Mecánica. –La Jeringa Mecánica es un tratamiento que hago yo desde hace 25 o 30 años cuando debo curar los desgarros musculares. Pero no para dopar a los jugadores.–¿Usted encontró médicos que tuvo que separar del lado del plantel? –Ya murió este doctor Alfredo Fort al que separé absolutamente del plantel, ¿me explico? Y por respeto a esta persona...El Pervitin era la droga de moda por esos añosDurante los 70, se habló mucho de doping. La droga más sospechosa era el Pervitin, que se utilizó en demasía durante las guerras. Se trata de una metanfetamina que también recorrió las venas de varios ciclistas en competiciones como el Tour de Francia.Según Marcelo Peretta, director de la Escuela de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Maimónides, esta droga “tiene los efectos de la cocaína, es un estimulante. En países como la República Checa están teniendo problemas porque los adictos pasan de la cocaína, que es más cara, a esta droga, que es más económica. Te pone más agudo, aguantás mucho más tiempo despierto, pero con el corazón al límite”.“Un deportista tendría más rendimiento físico, más agudeza mental, porque te ponés más fino. Un tenista, por ejemplo, bajo los efectos de esta droga, va a tener más precisión. En nuestro país no hay especialidad medicinal que la componga. Se la consigue en general por tráfico”, agregó Peretta.Las sugerencias de MaradonaCuando Diego Maradona arremetía contra Daniel Passarella varias veces insinuó la existencia de doping en 1978. “Cuando él salió campeón del mundo, bien largo tenía el pelito. Y que no me vengan a hablar de los controles antidoping de aquel mundial, por favor”, le dijo alguna vez al periodista Pablo Llonto. Hace ocho años, lanzó ante Mariano Grondona en el programa Hora Clave: “En el fútbol hubo droga. Hoy no la hay porque hay control antidoping. Yo crecí en la Selección en la que estaba Passarella. Por eso lo desafío mano a mano a hablar de droga”. Maradona fue sancionado dos veces por doping: en Nápoli en 1991 y la más resonante, durante el Mundial ’94.

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