domingo, 21 de octubre de 2007

337Papeles y cenizas - Clase ocupante, lumpen gerencial - Por Roberto Bussero.

(IDEOLÖGICAMENTE "INCORRECTO")
Hace unos días que no escribo, pero no quiero entrar en un material para “Alkimia”, sino repasar algunos papeles a desarrollar.
PRIMERO – estoy masticando lo que sería un concepto-aporte al desarrollo de la teoría sobre las clases sociales, y digo que el neocapitalismo, de derecha o de izquierda, ha generado una nueva clase OCUPANTE, semejante a la que impulsó la Europa monárquica en la América por conquistar, o los nazis en los países arrasados.
SEGUNDO – esa clase ocupante tiene la originalidad de estar formada por integrantes de las naciones invadidas por la potencia capitalista y de ser captada – coptada por un minucioso proceso de selección que incluye un particular desdeño por el hacer sindical y político, una tendencia irrefrenable al consumismo, al ocio inútil y la encerrona en círculos de amistades y familia.
TERCERO – que los integrantes de esa clase niegan sus orígenes sociales, se sienten partícipes de un orden todopoderoso y protector y se consideran parte privilegiada naturalmente de una estructura material con un asidero espiritual que la exime de todo análisis. Más, por ese camino, y en pos de la novedad y el lujo primario, niegan el intelecto, reniegan de la razón, persiguen la mayor riqueza y se alian con los ricos – poderosos – dominantes.
CUARTO – al tiempo, en su interna, esta clase suele proclamar ideas de izquierda, pero evoluciona, mediante praxis derechoide, hacia una alianza con los sectores más reaccionarios y conservadores, promoviendo un “nosotros nos entendemos”, empatía consciente que oculta un odio “gerencial” por subordinados, desposeídos, discapacitados y todo lo que no responde a una concepción cada vez más idílica de la vida y de la sociedad. No es de extrañar que esta clase genere reacciones fascistoides contra toda opción de cambio.
CINCO –Asimismo, en esa tendencia gerencial de castigo – hacia abajo -, encerramiento – horizontal – y endiosamiento (fetichismo, que incluye cosas – objetos y personas – grupos – instituciones, típico: la empresa, el club, la institución educativa, religiosa… ) - hacia arriba -, la clase ocupante desarrolla mecanismos de defensa ideológicos, generalmente basados en confianzas, sobreentendidos, que multiplica su espíritu de cuerpo y adhesión al orden social en el cual lograron su posición. Pero no pueden, ni quieren, considerar a todas las personas capaces de similares logros, por lo que estructuran escalas de valores éticos, estéticos y gnoselógicos – cognoscitivos que constituyen una sólida supraestructura societal.
SEIS – por tanto, adherida a la clase dominantes, adepta y adicta a sus escalas éticas, gustos y saberes (ideológicos e ideologizados), tal clase ocupante justifica y consolida moral – filosóficamente esa infraestructura y se convierte en defensora de la estructura social vigente y de sus aparentes cambios. Esa posición antirevolucionaria va pareja con el intento de defenestrar a dirigentes, reivindicaciones, símbolos y lenguaje de la clase dominada, actuando como una especie de lumpen, lumpen gerencial, que actúa, paradojalmente, en nombre de lo que constituye su antagónico de clase. Esto está empezando a ser denunciado por la clase obrera, verdadera trabajadora explotada, pero necesita de su convalidación lógico estructural en el marco de las teorías dialécticas de la historia y de la deconstrucción del pensar social. Digo yo – Por Roberto Bussero
Hace unos días que no escribo, pero no quiero entrar en un material para “Alkimia”, sino repasar algunos papeles a desarrollar.
PRIMERO – estoy masticando lo que sería un concepto-aporte al desarrollo de la teoría sobre las clases sociales, y digo que el neocapitalismo, de derecha o de izquierda, ha generado una nueva clase OCUPANTE, semejante a la que impulsó la Europa monárquica en la América por conquistar, o los nazis en los países arrasados.
SEGUNDO – esa clase ocupante tiene la originalidad de estar formada por integrantes de las naciones invadidas por la potencia capitalista y de ser captada – coptada por un minucioso proceso de selección que incluye un particular desdeño por el hacer sindical y político, una tendencia irrefrenable al consumismo, al ocio inútil y la encerrona en círculos de amistades y familia.
TERCERO – que los integrantes de esa clase niegan sus orígenes sociales, se sienten partícipes de un orden todopoderoso y protector y se consideran parte privilegiada naturalmente de una estructura material con un asidero espiritual que la exime de todo análisis. Más, por ese camino, y en pos de la novedad y el lujo primario, niegan el intelecto, reniegan de la razón, persiguen la mayor riqueza y se alian con los ricos – poderosos – dominantes.
CUARTO – al tiempo, en su interna, esta clase suele proclamar ideas de izquierda, pero evoluciona, mediante praxis derechoide, hacia una alianza con los sectores más reaccionarios y conservadores, promoviendo un “nosotros nos entendemos”, empatía consciente que oculta un odio “gerencial” por subordinados, desposeídos, discapacitados y todo lo que no responde a una concepción cada vez más idílica de la vida y de la sociedad. No es de extrañar que esta clase genere reacciones fascistoides contra toda opción de cambio.
CINCO –Asimismo, en esa tendencia gerencial de castigo – hacia abajo -, encerramiento – horizontal – y endiosamiento (fetichismo, que incluye cosas – objetos y personas – grupos – instituciones, típico: la empresa, el club, la institución educativa, religiosa… ) - hacia arriba -, la clase ocupante desarrolla mecanismos de defensa ideológicos, generalmente basados en confianzas, sobreentendidos, que multiplica su espíritu de cuerpo y adhesión al orden social en el cual lograron su posición. Pero no pueden, ni quieren, considerar a todas las personas capaces de similares logros, por lo que estructuran escalas de valores éticos, estéticos y gnoselógicos – cognoscitivos que constituyen una sólida supraestructura societal.
SEIS – por tanto, adherida a la clase dominantes, adepta y adicta a sus escalas éticas, gustos y saberes (ideológicos e ideologizados), tal clase ocupante justifica y consolida moral – filosóficamente esa infraestructura y se convierte en defensora de la estructura social vigente y de sus aparentes cambios. Esa posición antirevolucionaria va pareja con el intento de defenestrar a dirigentes, reivindicaciones, símbolos y lenguaje de la clase dominada, actuando como una especie de lumpen, lumpen gerencial, que actúa, paradojalmente, en nombre de lo que constituye su antagónico de clase. Esto está empezando a ser denunciado por la clase obrera, verdadera trabajadora explotada, pero necesita de su convalidación lógico estructural en el marco de las teorías dialécticas de la historia y de la deconstrucción del pensar social.
Digo yo – Por Roberto Bussero
Hace unos días que no escribo, pero no quiero entrar en un material para “Alkimia”, sino repasar algunos papeles a desarrollar.
PRIMERO – estoy masticando lo que sería un concepto-aporte al desarrollo de la teoría sobre las clases sociales, y digo que el neocapitalismo, de derecha o de izquierda, ha generado una nueva clase OCUPANTE, semejante a la que impulsó la Europa monárquica en la América por conquistar, o los nazis en los países arrasados.
SEGUNDO – esa clase ocupante tiene la originalidad de estar formada por integrantes de las naciones invadidas por la potencia capitalista y de ser captada – coptada por un minucioso proceso de selección que incluye un particular desdeño por el hacer sindical y político, una tendencia irrefrenable al consumismo, al ocio inútil y la encerrona en círculos de amistades y familia.
TERCERO – que los integrantes de esa clase niegan sus orígenes sociales, se sienten partícipes de un orden todopoderoso y protector y se consideran parte privilegiada naturalmente de una estructura material con un asidero espiritual que la exime de todo análisis. Más, por ese camino, y en pos de la novedad y el lujo primario, niegan el intelecto, reniegan de la razón, persiguen la mayor riqueza y se alian con los ricos – poderosos – dominantes.
CUARTO – al tiempo, en su interna, esta clase suele proclamar ideas de izquierda, pero evoluciona, mediante praxis derechoide, hacia una alianza con los sectores más reaccionarios y conservadores, promoviendo un “nosotros nos entendemos”, empatía consciente que oculta un odio “gerencial” por subordinados, desposeídos, discapacitados y todo lo que no responde a una concepción cada vez más idílica de la vida y de la sociedad. No es de extrañar que esta clase genere reacciones fascistoides contra toda opción de cambio.
CINCO –Asimismo, en esa tendencia gerencial de castigo – hacia abajo -, encerramiento – horizontal – y endiosamiento (fetichismo, que incluye cosas – objetos y personas – grupos – instituciones, típico: la empresa, el club, la institución educativa, religiosa… ) - hacia arriba -, la clase ocupante desarrolla mecanismos de defensa ideológicos, generalmente basados en confianzas, sobreentendidos, que multiplica su espíritu de cuerpo y adhesión al orden social en el cual lograron su posición. Pero no pueden, ni quieren, considerar a todas las personas capaces de similares logros, por lo que estructuran escalas de valores éticos, estéticos y gnoselógicos – cognoscitivos que constituyen una sólida supraestructura societal.
SEIS – por tanto, adherida a la clase dominantes, adepta y adicta a sus escalas éticas, gustos y saberes (ideológicos e ideologizados), tal clase ocupante justifica y consolida moral – filosóficamente esa infraestructura y se convierte en defensora de la estructura social vigente y de sus aparentes cambios. Esa posición antirevolucionaria va pareja con el intento de defenestrar a dirigentes, reivindicaciones, símbolos y lenguaje de la clase dominada, actuando como una especie de lumpen, lumpen gerencial, que actúa, paradojalmente, en nombre de lo que constituye su antagónico de clase. Esto está empezando a ser denunciado por la clase obrera, verdadera trabajadora explotada, pero necesita de su convalidación lógico estructural en el marco de las teorías dialécticas de la historia y de la deconstrucción del pensar social.









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