sábado, 27 de octubre de 2007

354/Entre Vista - Bordaberry se tiene fe - a Pedro Bordaberry

“Nuestra aspiración es ganarle al Partido Nacional, e ir al balotaje con el FA”
Por Roberto Bussero -
Aunque su sector es nuevo, muchos piensan, apoyados en evaluaciones internas, que puede ser mayoría en el Partido Colorado, pero ya aspira a más, a ir al balotaje con el candidato frenteamplista en las elecciones de 2009. Pedro Bordaberry no se siente disminuido como “portador de apellido” y asegura que en su familia se discrepa y discute sobre todos los temas, como en todos los hogares, pero se niega a dar detalles de esas polémicas de entrecasa.
Abogado, 47 años, casado, tres hijos (20, 18 y 15 años), su trabajo y la política le han obligado a dejar otras actividades. Hincha de Wanderers (“a muerte, voy a los partido y he hablado con Jorge ‘Tito’ Goncalvez, anda muy bien; y soy muy amigo del presidente, Álvaro Ezcurra, que fue suplente mío como ‘9’, aunque él diga lo contrario”), Old Boys (“estoy un poco alejado, aunque jueguen mis hijos”) y Trouville (“donde jugué en menores y juveniles, con el ex vicepresidente de la República Gonzalo Aguirre como delegado”). Esta es una síntesis de una larga charla con el líder de “¡Vamos Uruguay!”.
Una doble pregunta: algunos datos indican que su candidatura ya es la que tiene mayores adhesiones coloradas, entonces las interrogantes apuntan a estas vertientes: ¿considera que “se está quedando” con el partido?. Si esto fuera así, ¿tendría miedo a llegar a las internas con la soledad sin entusiasmo que encontró (el escribano Guillermo) Stirling?
Primero, con el partido no se queda nadie, no es, no será ni puede ser patrimonio de alguien o algunos. Si presentamos una nueva propuesta dentro del partido, en el entendido que es bueno y debe haber muchas otras. Quizás ya tenemos un mérito inicial, que en el momento que presentamos ponencias, programas, otros sectores, entre ellos los más tradicionales, también iniciaron su tarea. Todo es fecundo, es buena esa multiplicidad, revitaliza; no creemos en las unanimidades, si en la unidad, que se construye discrepando; como partimos de cero, tenemos que trabajar más.
La aparición de sectores nuevos con propuestas y líderes jóvenes también provoca un doble pensamiento en los “tradicionales”. Primero, “estos nos quieren sacar del medio, son unos desagradecidos”; segundo, “¿cómo no se dan cuenta que todo movimiento social – político necesita de la experiencia y sabiduría de los mayores, los gerontes?”
Este movimiento no va contra nadie. En marzo último, cuando en Trinidad se resolvió constituirlo, con la presencia de 300 delegados, uno de ellos pidió un aplauso para los ex presidentes Jorge Batlle y Julio María Sanguinetti .Todos aplaudieron. Tengo mucho respeto hacia ellos, sus trayectorias y lo que hicieron por el país y el partido, pero también entiendo que llegó un tiempo nuevo, que se están dando procesos distintos a los tradicionales. Es lo que también ocurre en las familias, las empresas y la vida. Batlle tiene 80 años – cumple el 25 del corriente -, Sanguinetti pasa los 70; es lógico que los que venimos atrás quiéramos abrirnos camino. Es una ley de la vida.
¿YO CANDIDATO?
En ese camino, ¿Usted ya se considera un pre candidato presidencial colorad para las internas 2009?
No, porque eso implicaría apurar etapas que son naturales. En esa dirección, nos hemos marcado un proceso con tres instancias diferenciadas y consecutivas, y, a pesar que algunos nos visualizan como marchando ya en una etapa electoral, no es así. Primero, este año es de organización, cuyo último paso lo dimos el sábado 6 del corriente con una asamblea en Canelones, dónde participaron 520 delegados de todo el país. Allí aprobamos el Código de Ética, la declaración de principios y nuestra estructura organizativa. Está bueno lograr en sólo seis meses tener una estructura que abarque todo el país, que incluye desde órganos de conducción – un comité ejecutivo provisorio - a página web y secretaría. Ahora nos vamos a dedicar a alentar a los jóvenes para que participen con responsabilidad en sus inmediatas elecciones partidarias, no como sector identificado con ¡Vamos Uruguay!
¿Y los años siguientes?
Esperamos que el 2008 sea el año de la etapa fermental de propuestas, y recién consideramos al 2009 como año electoral. Esos serán nuestros tiempos, naturalmente uno siempre tiene lo electoral en el horizonte. Y cómo aprobaron el Código de Ética, la declaración de principios y estructura organizativa, serán todos los integrantes del sector quiénes elegirán su candidato a presidente. Somos participativos y, aunque yo se que vengo perfilado para serlo, pero no está definido y no debemos saltearnos esa etapa de participación.
Dos preguntas que siempre se le hacen, que quizás le aburran o considere temas suficientemente discutidos, refieren a Pedro Bordaberry portador de apellido del primer presidente de la dictadura, y a si Usted le tendió “una celada” al senador Rafael Michelini en la polémica en el programa televisivo Zona Urbana. Pero también se le puede decir que mira, o dice mirar, tanto al futuro porque quiere olvidad o soslayar cosas del pasado que pueden complicar su presentación política.
No es verdad que quiera olvidar cosas del pasado porque no me vienen bien. Todo lo contrario. Cuando he tenido que afrontarlas lo hice públicamente y diciendo lo que pienso. Yo nunca le tendí una celada a alguien. En ese caso (del debate con Michelini) lo que hice fue probar que alguien estaba mintiendo, y lo tuvo que reconocer públicamente ante las cámaras de televisión. La mentira quedó probada delante de todos los uruguayos. Entonces, no tiendo celadas ni oculto elementos del pasado porque no me convengan, pero sí digo que los uruguayos tienen que aprender a mirar más hacia el futuro.
¿Entre los Bordaberry hay discrepancias ideológicas?, ¿es un tema de discusión?, ¿lo llevan hacia fuera de la casa o lo guardan en la intimidad?
Queda en el seno del hogar, y creo que en toda familia hay distintas opiniones y formas de pensar. La nuestra es una familia de trabajo, con integrantes que piensan de una forma y otros de otra. Discutimos, cada uno opina, y nos gusta dejarlo ahí, logrando que se alcance un manejo fermental de ideas.
FA BIEN, FA MAL
Hablamos de pasado y futuro, pero, cuando mira el presente, ¿qué le parece el gobierno del Frente Amplio?
Creo que todo gobierno hace algunas cosas bien y otras mal. Eso pasa en todo el mundo y éste no es una excepción. Este gobierno está trabajando bien en el área de obras públicas, ruta 21, la doble vía de la uno, el proyecto de la perimetral, seguir con la concesión del Aeropuerto Internacional de Carrasco, la ampliación de la terminal del puerto, la nueva terminal de Colonia, la defensa de las plantas de celulosa. Me parece que nadie puede estar en desacuerdo con todo eso.
Incluyó la actitud frente a Argentina para defender las plantas de celulosa.
Claro, es de firmeza, plantarse como lo hizo el presidente está muy bien, pero el manejo que hizo la Cancillería uruguaya del tema fue un horror, un manejo muy malo, no ha habido una estrategia clara y diría que lo que hizo el canciller (Reynaldo Gargano) no fue profesional.
¿Y lo malo del gobierno del FA?
Primero, dejó pasar algunas oportunidades muy importantes; entre ellas, no profundizar el acuerdo con Estados Unidos hasta llegar a un TLC fue un error histórico. Lo increíble fue que no se pudo hacer a pesar de estar de acuerdo con su firma el presidente y el ministro de Economía y Finanzas (Danilo Astori), pero no se pudo alcanzar porque el canciller no lo quería y lo vetó parte de la estructura política del oficialismo. De no creer.
Segundo, en un principio me gustaba como Economía manejaba la macroeconomía, ahora no, parece que el aumento del gasto público que se viene dando en los últimos diez u ocho meses es causa de inflación, y gastar más el Estado para solucionarla no es lo correcto, sólo la aumenta.
Además, no estoy de acuerdo con la reforma tributaria ni con el manejo de la seguridad, realmente muy malo - sobre todo en manos del primer ministro (del Interior) del período (José Díaz), un hombre sin experiencia ejecutiva en el tema -. Esta ministra parece ponerle más garra al asunto, pero comete errores que señalan que la están asesorando mal.
¿QUIÉN VA A NEGOCIAR?
En la hipótesis de que llegue a ser el candidato presidencial colorado, con los datos de hoy, su mayor aspiración sería lograr suficiente cantidad de votos para que el candidato del Partido Nacional defina con el del FA la elección en una segunda vuelta, evitando el triunfo definitivo de la izquierda en el primer round. En ese caso y en esa oportunidad, ¿Usted se convertiría en un negociador con los blancos para permitirles pelear la presidencia?
Perdone, aspiro a que sea el Partido Nacional el que venga a negociar con nosotros. Cuando encaré la elección como candidato a la Intendencia Municipal de Montevideo, el Partido Colorado venia de otra, seis meses antes, en la que había obtenido el 8% de los votos, contra 27% del Partido Nacional. Piense que en la capital está casi la mitad de la población del país, e invertimos esos números: los blancos sacaron 7,5% y nosotros 27%.
Espero que los dos crezcamos y estemos en condiciones de decidir. Sin lugar a dudas, nuestra aspiración es ganarle al Partido Nacional, ir al balotaje con el FA y que la gente decida.
Hoy parece lejos.
Veremos, es cuestión de trabajar, de llegar a la gente…
Y luego negociar.
Si, con todos, ¿por qué no negociar con el FA? Además, no debemos hacer futurología, sólo plantearnos metas. No creo que todo pase por acuerdos electorales. Por ejemplo, gran parte del Partido Nacional está de acuerdo con el Impuesto a la Renta, no como lo hizo este gobierno, pero lo quiere. Nosotros no, somos distintos. Astori está de acuerdo con un TLC con Estados Unidos, nosotros también queremos ese tipo de inserción internacional. ¿Por qué dividir el país de antemano en dos bandos y no hablar de las cosas que nos unen?
Es obvio que sobre el Impuesto a la Renta no nos vamos a poner de acuerdo, pero podemos conversar y acordar sobre políticas sociales, seguridad…, dejando de lado aquello de que el de arriba trata de hacer cosas y el de abajo trata que no las haga.
Si ganan blancos o colorados, ¿qué harían con las reformas que hace el FA?
Muy lúcidamente y en base a su experiencia, Lacalle recordó que cuando se aumenta el gasto público, como lo hace este gobierno, y se crean impuestos para pagarlo, es difícil dar pasos atrás. Para gastar menos hay que hacer una reforma de estructuras estatales para hacerlas más eficientes; achicar el Estado pero ganando efectividad, como es hoy el caso francés. Pero desde que empezó este gobierno ha hecho entrar cinco nuevos funcionarios por hora, nos convierte en un país de empleados públicos y jubilados. En Francia, de cada tres que salen entran dos y se mejoran los salarios. Se tiene que ir a la cultura del resultado. Acá todos piden dinero, pero nadie indica ni pregunta para qué. Un ejemplo: recientemente se pidieron U$S 30 millones para la enseñanza, pero nadie sabía en qué se iban a gastar, primero se reclama.
Cuando estuve en el ministerio (de Turismo y Deporte) cada año bajamos 22% el gasto en funcionamiento, sin echar empleados, no tomando por los que se iban, reasignando tareas y recursos, llevándolo a un local de la ANP, achicando la flota de vehículos y gastando menos combustible.
¿Vamos hacia un corporativismo?
Sí, al menos en gran parte de decisiones. Eso me molesta, porque gira como una rueda de reclamos: primero fueron los bancarios, luego la salud, la enseñanza… Claro que algunos entienden, AEBU se dio cuenta de que iban a seguir cayendo bancos y aceptaron un rediseño – en cuya elaboración participó Juan José Ramos -, que tiene que alcanzar hasta a la Caja Bancaria. En este gobierno, en muchos casos se da que quien escucha el reclamo estuvo del otro lado del mostrador hasta hace muy poco, reclamando como sindicalista, y se le hace difícil decir no. Pero es una cuestión de madurez, saber hasta dónde dan los recursos, y entender que los que estaban antes – blancos y colorados – no se negaban ante las reivindicaciones gremiales porque se les antojara. Si se da mucho, se le saca a la gente de la peor forma, a través de la inflación.
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“Sin leer nuestros principios
se nos pone una etiqueta”
En definitiva, ¿usted no podría considerarse como u candidato de la derecha, incluso beneficiado porque entre los blancos no se presenta el ex presidente Luis Alberto Lacalle?
Me llama la atención de que sin leer nuestra declaración de principios ya se nos ponga una etiqueta. La semana pasada, en una conferencia en Guatemala, Felipe González señaló que los que se dicen de izquierda sólo hablan de distribuir la riqueza, y los que se dicen de derecha, sólo hablan de crear riqueza. Nosotros queremos crearla y distribuirla, y, como ya indican historiadores franceses, es anacrónico mantener una distinción que empezó con jacobinos y girondinos a fines del siglo 18. Hoy la única diferencia que percibo es entre los que se quedan anclados en el pasado y los que quieren avanzar. No creo en la teoría del desborde, hay que empezar a distribuir seguros de no afectar la creación de riquezas. José Batlle y Ordóñez impulsó un país que distribuía en base a lo que creaba, no hay que comerse la vaca antes de que pueda parir unos cuántos terneros.
Preguntado sobre qué es ser colorado, Jorge Batlle respondió “ser liberal”, ¿está de acuerdo?
Soy liberal, y rechazo la tendencia a las falsas oposiciones, como esa que hablábamos entre derecha e izquierda.
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El día del “Nunca más”, Vázquez “me
abrazó y agradeció que estuviera allí”
Como me dijo el presidente (Tabaré) Vázquez el día (del “Nunca más”) cuando fuimos a la Plaza Independencia: “no podemos avanzar hacia el futuro caminando de espaldas”. Uno camina hacia el futuro de frente, mirando hacia adelante, lo que no quiere decir que, de cuando en cuando, lacemos una mirada hacia atrás para reconocer lo que pasó y sus posibles enseñanzas. Ese es el camino a recorrer si Uruguay quiere salir de la situación en que se encuentra.
¿Cómo es su relación con Vázquez?
No mantengo una relación con él, lo vi algunas veces y, fundamentalmente ese día, en la plaza. Cuando llegó me dio la mano y sentí que estaba entendiendo lo que yo estaba haciendo y que yo entendía lo que él estaba haciendo. Él hizo un llamado a “la violencia nunca más en el Uruguay”, y yo entendí y concurrí porque estoy de acuerdo. Eso no implica afecto, que uno siente por los más cercanos.
¿Y cuando salió de la plaza?
Vázquez me dio un abrazo y me agradeció que estuviera allí.

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