viernes, 8 de agosto de 2008

529 - Trastienda - Savia de humor criollo - Fernando Caputi

Abel Soria, la poesía hecha imagen

Cumpliendo el dinámico calendario adicional al acervo museístico permanente sobre Gaucho y Moneda que, sin darse pausas, elabora Espacio Cultural Banco República, hasta el 12 de agosto son apreciadas, en su Palacio Heber Jackson (Avda. 18 de Julio 998), unas veinte pinturas de Abel Soria.
En esta obra prevalece un humor gráfico equivalente, en forma y estilo, al consagrado por Julio E. Suárez (Peloduro), Molina Campos en el Almanaque de Alpargatas que llenó una época, y hasta Patoruzú y sus historietas.
Soria, nacido en Los Cerrillos y residente a partir de 1956 en San José de Mayo, entiende que “toda muestra, más que exhibición debe ser una confesión”. Y fiel a ese parámetro, decididamente recrea personajes de rusticidad y expresiones acentuadas ex profeso en típicas escenas de pueblo, estancia o nucleamiento rural cualquiera.
Con la frescura autosustentable de inspirado payador, combina tales actores en sugestivas situaciones tipo (Hilario el gracioso; los mejores chistes de todos los tiempos –que a nadie inducen siquiera a sonreír–; Casa de los Alivios: corto el pelo, afeito la cara y arranco las muelas; Novios y esposos, contraste entre la íntima aproximación corporal-manual que conlleva todo romance encendido y, en contraposición, la distancia física que a la larga impone el matrimonio).
Con 71 años de edad, Soria ya fue desde mozo de bar, peón albañil y enfermero a locutor e informativista radial, activas vivencias para madurar la pura realidad que abonan su veta de músico, productivo poeta costumbrista y, en enfática cosecha, artista plástico.
La muestra exhuma, devolviéndole vigencia, un género criollo cargado de folclórica picardía que el público joven ignora cuán popular y representativo fuese, en especial hasta bien avanzada la segunda mitad del siglo pasado.
De espaldas a ligeras pretensiones del académico o subjetivismo intelectual que suele llenar de humo a seudopintores, su trazo firme y directo es honestamente figurativo y uruguayísimo. Tanto que cabría imaginar sus trabajos como virtual telón de fondo a la trayectoria de Roberto Barry (Café Ateneo y otras peñas, radio, televisión), incluído en especial el inefable Comisario de Cerro Mocho.
Espacio Brou, en algo así como lanzamiento primicia presentará, del 14 de agosto (hora 15:30) al 3 de setiembre, Mensajes de luz: el ojo mira, el cerebro ve del Arq. Aldo Lamorte, hologramas y estereogramas de reconocido valor agregado al inagotable cultivo universal del arte. Y al mediodía del 15 de agosto estrenará, junto a la Embajada de Colombia, Alberto Lleras, un estadista en el Siglo XX. En Minas, por otra parte, del 7 al 24 de agosto el Brou expone Panamá, artesanía y tradición.

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