viernes, 7 de septiembre de 2007

229/Dossier - ¡Chau Luciano!, el adios a Pavarotti - varios







Luciano Pavarotti: la voz que unió al mundo - por Fernando Manfredi


Quería ser jugador de fútbol, pero no se le dio, tampoco pudo dedicarse hasta el final de sus días a ser educador de párvulos. Hoy el mundo llora a quien llenó estadios y fue un real maestro en el mundo de la ópera.

Muchos puristas atacaban su sobreexposición en los medios, pero la enorme repercusión de su fallecimiento parece desautorizarlos. Las muestras de pesar que abarcaron a estadistas, figuras del pop, científicos y gente de toda extracción, las tapas de los diarios semanarios y revistas, dan cuenta de la dimensión de su celebridad.

Para sus partidarios más calificados, la natural belleza y la emocionada urgencia de la voz de Pavarotti le hizo el intérprete ideal del repertorio lírico italiano, especialmente en los años 60 y los años 70, en los que consolidó su fama. Para el público masivo, sus carismáticas interpretaciones de clásicos como Nessun Dorma de Turandot de Puccini lo convirtieron en un sinónimo de la ópera. De hecho, Nessun Dorma fue lo último que Pavarotti interpretó en público cuando participó en la ceremonia de apertura de las Olimpiadas del invierno en Turín, en febrero de 2006.



Hijo de un panadero que era cantante aficionado, Pavarotti tuvo una educación pobre, aunque siempre afirmaba que era rica en felicidad. "Nuestra familia tenía muy poco, pero no podía imaginarme qué significaba tener más", ha dicho. Cuando chico, demostró más interés en el fútbol que en sus estudios, pero también disfrutaba escuchando los discos que tenía su padre, con grabaciones de los grandes tenores como Beniamino Gigli, Tito Schipa, Jussi Bjoerling y Giuseppe Di Stefano, su favorito. Reconocía que una de sus mayores influencias en ese tiempo de formación fue Mario Lanza, el más famoso tenor de Hollywood. "En mi adolescencia iba a ver las películas de Mario Lanza y entonces al regresar a casa lo imitaba en el espejo, era mi ídolo".



Tal vez esa temprana relación con el cine motivó que participara en un largometraje Sí Giorgio, un verdadero fracaso que truncó su carrera en Hollywood. De todos modos también participó en una versión filmada de Rigoletto. Por el camino escribió además una autobiografía, Yo, Luciano Pavarotti, y realizó más de 90 grabaciones discográficas.



Al final de su vida se había convertido en uno de los cantores líricos mejor pagos de la historia, aunque sus presentaciones en público fueran más esporádicas y muchas veces en compañía de artistas pop como Bono de U2.



Aficionado a los caballos, las pastas y el buen vino, luchó a lo largo de su vida con el sobrepeso y siempre perdió la batalla. Cada tanto, cuando la balanza trepaba más allá de los 130 kilos, se repetía que "ahora sí lograré bajar de peso cueste lo que cueste".



En el panteón de los más grandes tenores de ópera, podrá inscribirse que el siglo XX comenzó con Caruso y culminó con Pavarotti. Otros tenores -incluido Plácido Domingo - pudieron haber recibido un aplauso superior de la crítica por su técnica y sus condiciones artísticas, pero ninguno pudo igualar la combinación del talento natural y encanto personal con que Pavarotti lograba hechizar al público.



A lo largo y ancho del planeta, se lo reconocía de inmediato por su sonrisa incandescente aferrado a un pañuelo blanco (una cábala de la que contadas veces se desprendió) cantando arias y canciones populares napolitanas, o villancicos para miles de personas en conciertos al aire libre.



Su nombre podía aparecer encabezando columnas de chismes como en notas musicales serias, especialmente después de que se divorció de Adua Veroni, su esposa por 35 años y madre de sus tres hijas, para casarse con su secretaria de 26 años en 2003.
Pavarotti se dio el gusto de mezclarse con las estrellas del pop en su serie de conciertos de caridad denominados "Pavarotti y sus amigos", que se realizaban anualmente en Modena.






Por su escenario pasaron artistas tan variados como Ricky Martin, James Brown, Elton John o Sting por citar algunos. Muchos seños se fruncían pero él siempre fue omiso a esa crítica.






"Algunos dicen que el pop es una palabra despectiva para decir "no importante", no acepto eso," decía en una entrevista en 2004, "sólo hay buena y mala música". De una u otra forma se convirtió en un verdadero puente entre la cultura pop y el de la gran lírica en una dimensión como nunca antes se había dado, generando una corriente que no ha dejado de atraer al público y ha puesto en primer plano el escenario operístico en lugares a los cuales nunca había llegado.



No puede obviarse el importante trabajo humanitario realizado por Pavarotti. Durante la guerra de Bosnia (1992-1995), reunió una enorme ayuda material junto con Bono, el cantante de U2, y después de la guerra financió y estableció el Centro Musical Pavarotti en la ciudad meridional de Mostar para ofrecer a los artistas de Bosnia la oportunidad de desarrollar sus habilidades. También realizó conciertos a beneficio de las víctimas de tragedias, como la del terremoto que en diciembre de 1988 mató a 25.000 personas en el norte de Armenia.



Plácido Domingo
Quien participara con Pavarotti en los conciertos de "Los Tres Tenores" mezcló admiración y humor al conocer la noticia. "Siempre le admiré esa voz gloriosa, un don de Dios. Rompieron el molde después de hacer a Luciano. Será recordado siempre como un cantante único".



José Carreras
Tampoco Carreras, el otro integrante del terceto, pudo evitar recordarlo con una sonrisa: "Fue un hombre de extraordinario carisma", dijo. "Era un experto en el dominio gastronómico. Era muy buen amigo para sus amigos y gran jugador de poker".



Montserrat Caballé
"Me decía que a las personas fuertes nadie nos llevaría", recordó en Madrid la soprano española. "Nos enseñó a quienes le conocimos a ser solidarios", agregó la gran amiga del tenor fallecido e insistió que si bien "se le conoce por su do de pecho, su corazón era más grande".



Bono
Pavarotti, era "un volcán que cantaba fuego", declaró Bono, el vocalista del grupo U2. "Algunos saben cantar ópera. Luciano Pavarotti era una ópera", agregó el cantante irlandés que muchas veces fue "socio" del tenor en eventos de beneficencia internacional.



Elton John
El cantante británico Elton John reaccionó frente a la muerte de Luciano Pavarotti y afirmó que "hoy es un día triste para la música, y también para el mundo". John cantó en más de una oportunidad junto al célebre tenor en el evento anual "Concierto Pavarotti y sus amigos".



Ricky Martin
"Su histórica contribución que trascendió desde la música popular a la lírica y la ópera se mantendrá sin duda en el corazón de futuras generaciones" afirmó el boricua, que en 1999, cantó con el tenor en un concierto en pro de Guatemala y Kosovo, en Modena.



El valor del canto masivo: Al final de su carrera, algunos críticos musicales lo fustigaron por su tendencia en aumento hacia lo comercial. "La palabra comercial es lo que queremos", dijo exactamente, después de aparecer en los conciertos extensamente publicitados de "los tres tenores". "Hemos llegado a 1.500 millones personas con la ópera. Si deseas utilizar la palabra comercial, o algo más despectivo, no me importa".



Dos uruguayos en el mundo del gran tenor



Dos cantantes uruguayos estuvieron en contacto con el notable tenor y éste influyó positivamente en sus respectivas carreras. Rita Contino participó como primera finalista sudamericana en la primera edición del Concurso Internacional de Canto Luciano Pavarotti de Filadelfia en 1981; y Carlo Ventre ganó el mismo certamen en 1995.
Rita (actual docente de la Escuela Nacional de Arte Lírico y declarada hace poco tiempo ciudadana Ilustre de Montevideo) lo conoció en la cena de presentación en la propia ciudad de Filadelfia. La impresionó su exuberante presencia física y su contagiosa y franca sonrisa






"Yo estaba asustada por lo que enfrentaría tan lejos de casa pero me asusté de ver a aquel hombre gigantesco que poco después casi me asfixiaba con su "abrazo de oso". Era una persona sumamente comunicativa y entusiasta, se prodigaba con todo el mundo y en especial con todos los participantes que éramos muy jóvenes. El decía que le hubiera encantado tener brazos de gigante para abrazar al mundo. En cierta forma lo hizo con su canto".



Ventre fue seleccionado en 1995 en Modena y fue luego a Filadelfia. "Yo gané el concurso de canto que el maestro convocaba en 1995", afirma el aplaudido tenor compatriota que brilló en la reciente escenificación de Rigoletto como el Duque de Mantua. "En las instancias de selección se prodigaba marcando cosas, compartiendo experiencias, dando consejos incansablemente. Vivía para y por el canto. Cuando vino a actuar en la fallida presentación del Estadio Centenario, aquí en Montevideo, le preguntaron por qué ya no habían grandes voces y él afirmó "no es cierto, siguen surgiendo grandes voces, ustedes tienen aquí un joven cantante que se llama Carlo Ventre y tiene un gran futuro". Que una figura de esa talla tenga un gesto de ese tipo muestra a las claras su estatura humana".
Carlo Ventre ya había iniciado su carrera lírica en la península, pero el primer lugar en el certamen significó un respaldo excepcional para lo logrado hasta ese momento y cuyos resultados se están aquilatando recién ahora.



Contino y Ventre recibieron un estímulo gravitante en su futuro. Ella, en ese entonces era una de las jóvenes promesas femeninas del bel canto sudamericano. Acababa de ganar el primer concurso internacional de canto de Caracas, pero el haber llegado hasta la instancia final del Pavarotti le valió una importante repercusión. Aunque Contino no ganó el premio principal que era una actuación junto a Pavarotti en la representación de La Bohéme de Puccini, en la segunda de las pruebas (un dúo) se sorprendió al oir que el mismo tenor la acompañaba como apoyo, en una experiencia única e intransferible que la marcó para siempre.




En su estímulo a las vocaciones de los cantantes emergentes es donde se ve con mayor claridad la grandeza del hijo de Modena.




EL ARTE UNIVERSAL ESTA DE DUELO: FALLECIO EL GRAN TENOR ITALIANO LUCIANO PAVAROTTI



Una vida plena dedicada al servicio del arte



El célebre tenor Luciano Pavarotti falleció en la madrugada del jueves a los 71 años de edad, tras haber sido operado en julio de 2006 de un cáncer de páncreas y hospitalizado de nuevo el mes pasado. Desde la noche del miércoles los medios italianos señalaron una brusca agravación de su estado de salud y que su estado era "gravísimo".



El célebre tenor falleció durante la noche en su villa en Módena. La televisión pública RAI explicó que las fuerzas del orden establecieron un cordon de seguridad en torno al domicilio del tenor. Luciano Pavarotti fue hospitalizado el 8 de agosto en Módena por un "estado febril" y volvió a su casa el 25 de agosto para proseguir su convalecencia. Una operación a la espalda, a comienzos de 2006, y luego una intervención al páncreas, unos meses más tarde, obligaron al tenor a abandonar una gran gira de adiós, de cuarenta conciertos en el mundo entero, que había empezado en mayo de 2004. Desde entonces el gran tenor ya no apareció más en público. Poco tiempo después de la última intervención, Pavarotti expresó que deseaba retomar la gira para este año 2007, pero no pudo concretar sus intenciones. A comienzo del verano europeo, con motivo de una ceremonia en honor de Luciano en la isla de Ischia, cerca de Nápoles, su esposa dijo que iba bien y que preparaba un disco. "Nunca se puede decir nada con esta enfermedad, pero creo que Luciano saldrá. Concluyó su quinto ciclo de quimioterapia y no perdió ni un pelo y sobre todo, no adelgazó", declaró Nicoletta Mantovani.






El miércoles por la mañana, Luciano Pavarotti se congratuló en un comunicado por la creación de un nuevo premio a la "excelencia cultural" en Italia que recayó en él. "Me postro, lleno de emoción, ante el premio que se me acaba de conceder, pues me da la oportunidad de seguir celebrando la magia de una vida dedicada al servicio del arte". Pavarotti, fallecido este jueves, "siempre quiso combatir" el cáncer que padecía y permaneció "muy sereno", declaró uno de los médicos que le cuidó en el hospital de Módena, su ciudad natal. El tenor "siempre fue totalmente consciente de la situación, siempre quiso combatir la enfermedad (...) y estaba muy sereno", dijo el doctor Antonio Frassoldati a la cadena Sky TG24. "Asistimos a Pavarotti en los últimos días y su estado se agravó progresivamente hasta esta mañana", añadió.



Considerado como el mejor tenor del mundo, este típico italiano dedicó su vida a cantar ópera en los teatros más prestigiosos. Dotado de un timbre excepcional, en sus cuarenta años de carrera colmó a todos los públicos, llenando para los aficionados a la ópera el vacío que dejó el célebre Enrico Caruso, desaparecido en 1921. Con su característica barba negra, su sonrisa y su generosa corpulencia, Pavarotti se impuso en los escenarios de todo el mundo, desde la Scala de Milán al Metropolitan Opera de Nueva York, incluso en Uruguay, en un recordado recital realizado en el Estadio Centenario de Montevideo, y actuó en otros escenarios atípicos como la Torre Eiffel en París, la Plaza Roja de Moscú o la Ciudad Prohibida de Pekín.






Cuando nació el 12 de octubre de 1935 en Módena, el pequeño Luciano gritaba tan fuerte que el médico dijo a sus padres que el niño sería un "excelente tenor". A la espera de que se cumpliera la profecía del médico, Pavarotti se dedicó a cantar en los coros del teatro de la ópera local y se preparó para ser profesor. Ganador de un concurso en 1961, Pavarotti debutó en la ópera interpretando el papel de Rodolfo en "La Bohème" de Puccini, en el teatro de Reggio Emilia. El mismo año, cantó "La Traviata" en Belgrado. Pronto actuaría en numerosas salas europeas en Amsterdam, Viena, Zurich y Londres. En 1965, triunfó en Miami con "Lucia di Lammermoor", de Donizetti con la soprano australiana Joan Sutherland, que lo acompañó, en una gira por Australia. Ese mismo año, Pavarotti cantó "Rigoletto" y el " Réquiem" de Verdi y "La Bohème" en la Scala de Milán. La Metropolitan Opera lo recibió en 1968 y en 1972, cuando el público le dedicó una gran ovación al interpretar "La hija del regimiento" de Donizetti con Joan Sutherland. Exigente consigo mismo, Pavarotti, que decidió limitar su actividad a un centenar de conciertos por año, fue acompañado en numerosas ocasiones por divas de la ópera como la española Montserrat Caballé.



Junto con los españoles José Carreras y Plácido Domingo formó un exitoso equipo denominado "Los Tres Tenores", que en ocasiones excepcionales presentaban macroconciertos retransmitidos al mundo entero. En 2001, la Ciudad Prohibida de Pekín acogió un concierto de los tres tenores, para apoyar la candidatura china a los Juegos Olímpicos de 2008. Aficionado a los caballos, la pasta y el buen vino, Pavarotti se separó en 1995 de Adua, con quien se había casado en 1960 y tuvo tres hijas. En 2003 tuvo una cuarta hija con su colaboradora Nicoletta Mantovani, con quien contrajo matrimonio en diciembre 2003. Desde abril de 2002, el tenor es también abuelo. Alegre y a veces colérico, voluntarista hasta el punto de perder 35 kilos en unas semanas para cantar Werther, el tenor grabó decenas de discos desde 1964.




Capaz de cantar en todos los registros, desde el clásico hasta la música de variedades pasando por el canto napolitano, Pavarotti no dudó en formar dúos con Sting, Joe Cocker o Mariah Carey para defender causas humanitarias. El tenor, que fue galardonado con varios Grammys, inició en mayo de 2004 una gira mundial de despedida poco antes de cumplir los 70 años. *



Un tenor popular, transgresor y pleno de ternura




El tenor italiano Luciano Pavarotti hizo llegar su voz más allá de los escenarios de ópera, y popularizó su arte en estadios abarrotados junto con los españoles Plácido Domingo y José Carreras o a dúo con James Brown y Sting. "He abierto las puertas de la música a todo el mundo. Mi voz hace feliz a la gente, ése es mi orgullo y mi responsabilidad", explicaba el tenor, que se propuso "democratizar" el canto. Invitado a los teatros más prestigiosos del mundo desde el comienzo de su carrera en 1961, este tenor nativo de Módena se hizo aun más conocido en 1990 al actuar en Roma con los tenores españoles Plácido Domingo y José Carreras en la apertura del Mundial de fútbol de Italia. Más de veinte minutos de aplausos de los 6.000 espectadores presentes en las Termas de Caracalla de Roma saludaron ese primer concierto de los "Tres Tenores", que luego repetirían la experiencia en Los Angeles durante el Mundial de 1994 de Estados Unidos. En la cumbre de su popularidad, el trío volvió a actuar en numerosas ocasiones por todo el mundo, atrayendo a las masas en los mundiales de fútbol de Francia en 1998 y de Japón en 2002. Los organizadores estiman que esos conciertos fueron seguidos, cada vez, por 1.300 millones de telespectadores en todo el mundo.






Los álbumes grabados a partir de estos dos primeros conciertos alcanzaron un récord de ventas con unos 23 millones de ejemplares. Pavarotti fue un solista capaz de ganarse a 500.000 espectadores, como en el concierto dado en el Central Park de Nueva York en junio de 1993. Pero no sólo. El tenor italiano rompió la imagen del cantante lírico al actuar en dúos inéditos con estrellas del rock, del pop y del soul. James Brown, Sting, Bono, Zucchero, Stevie Wonder y Elton John son así algunos de los artistas que desde 1993 han participado en el concierto anual de "Pavarotti y sus amigos", una iniciativa del cantante con fines caritativos. "Aunque me cueste cantar su repertorio y a ellos les resulte extrañísimo cantar junto a una voz de ópera, me ha encantado abrirme a este mundo", decía el tenor italiano. Sus detractores no perdieron la ocasión de criticar sus megaconciertos con estrellas de otros géneros musicales. Pero Pavarotti no hizo caso de ellos y guardó intactas sus ganas de "superarse y tomar riesgos". Tanto en trío como en las actuaciones "Pavarotti y sus amigos" o de solista, los conciertos del tenor italiano reunieron a millones de asistentes y telespectadores y propiciaron la venta de unos cien millones de discos, un récord en la música clásica. *




Muestras de admiración y congoja







Diversas personalidades de todo el mundo manifestaron su admiración y su dolor por la desaparición física del gran tenor italiano. Los funerales se llevarán a cabo mañana sábado en Módena, confirmó el alcalde de la ciudad del norte de Italia, Giorgio Pighi. "Los funerales se harán el sábado y los últimos detalles deberían estar resueltos mañana", (por hoy viernes), declaró al canal de televisión de información continua Sky TG 24. La misa se realizará en la catedral de la ciudad, precisó el alcalde.

Prodi: "Grandísima voz de la música"
El jefe del gobierno italiano, Romano Prodi, envió un telegrama a la familia de Luciano Pavarotti en el cual afirmó que "desaparece con el maestro una grandísima voz de la música y de Italia".

Sarkozy: Un "gran tenor popular"
El presidente francés Nicolas Sarkozy rindió homenaje a Luciano Pavarotti saludando en él a "la mejor encarnación del gran tenor popular después de Enrico Caruso". "Tanto sus cualidades artísticas como su calor y su carisma sedujeron al mundo entero", destacó el jefe del Estado en un comunicado, deseando "rendirle homenaje en nombre de la República Francesa". El presidente francés evocó el recuerdo de sus interpretaciones de Verdi, como el de su giras de estrella popular, junto a Plácido Domingo y José Carreras, y también junto a artistas de variedades como Elton John, Sting, Bono.

Zeffirelli: "Pavarotti popularizó la ópera"
El director de cine italiano Franco Zeffirelli declaró que Pavarotti contribuyó a hacer que la cultura de la ópera llegara a las nuevas generaciones. "Había tenores y estaba Pavarotti", dijo Zeffirelli al rendir homenaje al cantante fallecido. "Adoraba la música con un agudo sentido de la fiesta total (...) Su mayor mérito es el haber abordado la música en su totalidad, desde los cánticos populares a la lírica, pasando por la opereta", declaró Zeffirelli, quien ha puesto en escena numerosas óperas. "Fue gracias a Luciano Pavarotti que la cultura de la ópera penetró las nuevas generaciones como si no fuera diferente del resto", añadió el cineasta y productor que trabajó en varias oportunidades con el cantante.

Montserrat Caballé: "Un amigo del alma".
La soprano española Montserrat Caballé lamentó al borde de las lágrimas a su "amigo del alma", Luciano Pavarotti, un "ser único" de una "inmensa bondad", cuya muerte significa una "pérdida muy grande para el mundo de la lírica". "Era una persona fantástica a la que quería mucho y admiraba más", declaró a la radio Cadenar Ser. La cantante catalana añadió que el tenor italiano la había ayudado "mucho" cuando ella estuvo gravemente enferma, en 1985. "Dicen que era inmenso; pero su inmensidad física es pequeña comparada con su inmensidad de bondad", destacó Caballé, agregando que Pavarotti era para ella como "un padre o un hermano mayor", y dijo que era una persona que "pensaba en los demás y de este tipo de gente se encuentra poca".

José Carreras "Un gran cantante y jugador de póker"
El tenor español José Carreras saludó en Luciano Pavarotti a uno de los más grandes cantantes de ópera, un gran amigo, experto cocinero y excelente jugador de póker. "Los mejores recuerdos son los de la intimidad. Tenía una personalidad muy divertida", declaró agregando que "debemos acordarnos de él como del gran artista que era, un hombre de extraordinario carisma. Era un experto en el dominio gastronómico, que amaba mucho. Era muy buen amigo para sus amigos y gran jugador de póker", añadió Carreras.

Opera de Londres. "El más grande tenor del mundo"
Pavarotti era "uno de los mejores cantantes de nuestro tiempo", anunció la Royal Opera House de Londres: La voz del "más grande tenor del mundo se apagó". Fue uno de los más grandes cantantes de nuestro tiempo y dio mucho placer al público, a los músicos y a los empleados de la Royal Opera House durante muchos años", dice el comunicado de la institución. "Pero la nuestra no fue una experiencia única, él fue uno de raros pocos artistas que influyeron en la vida de gente en todo el mundo y de todos los sectores sociales", agregó.

Russell Watson: "Pavarotti era una proeza"
Por su parte, el tenor británico Russell Watson dijo a la televisión ITV que Pavarotti era "una proeza. Era increíble, vivió la vida intensamente. Era un fan del fútbol, un verdadero fanático. Por encima de todo, tenía una voz increíble.
Es indudable que Pavarotti llevó la ópera a un público más amplio". "El tema de la Copa del mundo era de los Tres Tenores encabezados por Pavarotti, con una versión de Nessun Dorma. Ahora se conoce como la "Nessun Dorma de Pavarotti", concluyó el cantante.

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