miércoles, 5 de septiembre de 2007

214/Actuales - Descentralizacion local y democratizacion de las politicas publicas - Por Pablo Anzalone

Dos procesos relevantes están confluyendo en la escena política nacional en lo que refiere a los temas del titulo: la decisión del gobierno nacional de avanzar en este plano con una propuesta concreta de borrador de anteproyecto de ley y la resolución ya anterior del gobierno departamental de Montevideo de profundizar el proceso de descentralización.

Por un lado el gobierno nacional frenteamplista asume en sus compromisos programáticos la democratización de la sociedad y el Estado. Al mismo tiempo las políticas de cambio sectoriales como la reforma de la salud, la educación, las políticas sociales, y hasta la seguridad ciudadana requieren de herramientas democratizadoras como forma de viabilización. Por ahí van hechos removedores como el debate educativo, las mesas de convivencia y seguridad , la creación de un movimiento de usuarios en la salud y la extensión de la experiencia del BPS de participación social en la conducción institucional a ASSE o la Junta Nacional de Salud .


Desde un enfoque institucional parece clara la importancia del rediseño de un aparato estatal excluyente y opaco hacia la ciudadanía. Ante el fracaso de las reformas neoliberales del Estado, la democratización de las políticas públicas es una de las estrategias centrales de la transformación progresista.
Desde un enfoque de análisis de clases se puede constatar un nuevo contexto de la pugna entre intereses y proyectos de país a nivel nacional, atravesando el gobierno y la sociedad. El desarrollo de mecanismos de participación social en relación con las políticas públicas es un rumbo para acrecentar la capacidad de incidencia de los sectores populares, históricamente relegados como beneficiarios y mucho más aún como decisores. Dicho de otra manera es una forma de hacer oir la voz de quienes han sido silenciados.


En una reflexión que roza uno de los planos del poder, podemos decir que llevar a cabo un programa como el del FA exige un cambio en el bloque en el poder, es decir en las fuerzas sociales que tienen la capacidad de realizar sus intereses en una sociedad en un momento histórico determinado. Esto va más allá de quienes tienen la titularidad del gobierno, aunque éstos tengan herramientas para incidir y no solo hacer funcionar el aparato estatal según sus inercias propias.

El proceso transformador requiere de actores sociales fuertes entre los usuarios, los trabajadores, los vecinos, los estudiantes, los cooperativistas. Actores y ámbitos de planificación participativa de las políticas públicas, es decir estructuras permeables a la participación social y sujetos sociales que desarrollen prácticas que llenen de contenido los espacios abiertos. Hablamos de contenidos que vayan mas alla de la mera defensa corporativa de sus intereses económicos para promover intereses generales. La experiencia nos muestra que esas posibilidades existen y fuerzas sociales como el Pit Cnt, Fucvam, Feuu, organizaciones barriales, consejos vecinales, pueden tener un protagonismo positivo para las transformaciones del país.

Desde nuestro punto de vista avanzar hacia una democracia participativa, complementaria con la representativa, es la clave de la reforma progresista del Estado.


Por otro lado la descentralización en Montevideo con más de tres lustros ha
generado una experiencia muy rica que ha marcado su sustentabilidad, su potencial y también dificultades y estancamiento. No existen en ningún orden de la vida logros que sean de una vez para siempre, y es preciso batallar constantemente para seguir cambiando y avanzando. Con muchas mas razones esto es así en el terreno de la participación social.


Estamos hablando de un fenómeno involucrado con el ánimo, la disposición subjetiva de las personas de participar en procesos colectivos, junto con otros, para incidir sobre problemas generales. Entusiasmarnos nuevamente, volver a enamorarnos de un proceso exige innovar en el mismo, no resignarse ante las dificultades, abrir caminos nuevos, llegar a gente nueva. Esa reflexión comenzó desde hace años en Montevideo y basta recordar las instancias de debate con motivo de los 10 años de la descentralización. En la administración de Ricardo Ehrlich se fortaleció con Montevideo en Foro y a partir de allí con Presupuesto Participativo, un proceso convocante y removedor.

La reducción a los mecanismos representativos lleva a la creación de micropoderes que operan como trabas a la participación mas amplia de la población. Al mismo tiempo se generan procesos de desgaste de la militancia de estos ámbitos. Estas dinámicas hacen dificultoso el ingreso de nuevos participantes y en particular de jóvenes que no encuentran allí espacios para desarrollar formas propias de expresión y comunicación. De allí la relevancia de generar formas de consulta directa a la población sobre los temas específicos que se prioricen, bajo la forma de asambleas deliberantes, compulsas mediante votación, talleres, intercambios, u otros.

La creación de municipios en todo el país es un paso muy importante en el proceso de descentralización. Sin embargo el texto del borrador de anteproyecto de ley, hasta el momento, no contiene el concepto de descentralización como transferencia de poder a la sociedad civil que el FA manejo históricamente. Limita la descentralización a la creación de órganos político- partidarios de gobierno local de carácter representativo. En tal sentido no retoma la experiencia montevideana en su integralidad, o en sus aspectos mas fecundos ni tampoco el conjunto de lineamientos programáticos de la fuerza política.

Nos parece imprescindible complementar los aspectos propuestos con la creación de órganos de participación de la sociedad civil en relación con las políticas públicas nacionales además de las departamentales y promover mecanismos de consulta y participación directa de la población.

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