colaborador, amigo y certera pluma,
aquí pega un buen palo, para
masticar - y no es en la rueda -, rb
SOBRE PUBLICIDADUn funcionario que no es guardahilos (por lo sabido, su vínculo laboral subsistió a eventual litigio o discusión), había afirmado en explícita reiteración que las partidas publicitarias de Antel serán asignadas siguiendo “la lógica” de contemplar únicamente a medios de prensa que opinen y/o informen a favor del organismo y aprueben su gestión. Expresiones de atentatorio flechamiento, tremendamente más asustador que el presunto favoritismo condenado por el partido hoy situacionista cuando –épocas inmediatamente anteriores– mantenía furibunda oposición al “sistema” y, en particular, autoridades de Antel.
Por implícita sintonía, la novedad trajo a colación declaraciones del primer mandatario actual formuladas a fines de junio último, fustigando en consejo de ministros y después públicamente lo que conceptuaba inconveniente del espectro periodístico nacional en una simplista clasificación (lo que “está bien” de un lado, por natural descarte, lo que “no está bien” del otro) de las diversas posturaas editoriales.
Pero volvamos a Antel.
Con clara intención de desvirtuar la especie, un director de la empresa estatal salía al cruce de los dichos de su representante en relaciones externas: fueron hechos a título “personal” y no se corresponden con la realidad, sostuvo, buscando desestimarlos al asegurar que la publicidad en cuestión “seguirá” siendo resuelta, en coordinación con dos agencias privadas que sirven a la institución, con ajuste a neutrales “criterios técnicos”.
De su experiencia profesional al frente de una publicación mensual (Periódico Ciudad Vieja), puede extraer el suscrito observaciones llamativas como las siguientes:
1) una de las dos agencias citadas se especializaba en, tomando iniciativa, reservar espacios a ocupar, según pautas y decisiones “plenamente confirmados”, con piezas publicitarias que, llegado el momento de su entrega, no aparecían ni se explicaba por qué era incumplido el compromiso asumido;
2) distorsionando por igual el cierre de la(s) respectiva(s) edición(s) del mensuario, si por contada excepción el original era efectivamente cursado, ello sucedía horas o días después de lo combinado, y el pago de la factura (por valor a veces regateado desde Antel y no por la agencia) se hacía efectivo algún día, antojadizamente lejano en el tiempo. Y la reiteración de tan indebido proceder –por lo menos, poco serio– llevó a interrumpir, desde el periódico, todo contacto de ese orden.
3) Una vez, en diálogo telefónico, el secretario de una directa dependencia municipal archiconocida como sistemática anunciante en medios políticamente afines a la coalición gubernamental, sorprendió primero al consultar precio para aviso de una página; segundo, cuando supo el valor (normal en plaza) dijo que cuadriplicaba lo imaginado; tercero, concedida como inusual excepción una rebaja del 75% que no esperaba, se desentendiera del anuncio y de golpe cambiara de libreto alegando que la publicación de improviso ya no se ajustaba a “los términos” y “el estilo” que pretendía el potencial avisador...
¿Cuál, en tiempos de cambio, la postura que habrá de prevalecer en la concesión de publicidad oficial a pagar con dineros no del Frente Amplio sino del pueblo?, ¿la uruguaya de ponderada ecuanimidad que la dictadura dolorosamente dejara en suspenso?, ¿una a semejanza de países caribeños muy afines u otra, intermedia? ¿La antojadiza adoptada por aquella agencia privada a servicio de Antel?
En tanto parecería ser que Michel Visillac, su indiscreto asesor en cuestión, según una versión oficiosa será cambiado de área y, en el futuro, deberá quedarse en el molde, no más actuar como portavoz.
Como, total, la duda sobre si lo suyo fue un infundio o una verdad que no había que reconocer, mucho más de lo que está en juego y, por encima de la elocuencia de tan oscuros antecedentes, indicios y presagios, habrá que supeditarse a lo que, de aquí en adelante, prueben los hechos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario