Cierta vez en Londres salí a dar un paseopor el Parque Hyde, donde la gente hablade toda clase de dioses: va con su punto de vistay lo imparte a quienquiera que vaya pasando.
Uno en una plataforma les hablaba a las personasdel dios de la tv y del dolor que ocasiona.“Esa luz tan fuerte, decía, perjudica la pupila;Si nunca la has mirado, considérate bendito.”
Yo me fui acercando, me puse de puntillas;dos sujetos frente a mí llegaban a los golpes.El hombre algo decía sobre los niños de pechoinmolados a la tele al son de cantos de cuna.
“Las últimas noticias se transmiten todo el día,todos los últimos chismes, las últimas melodías.tu mente es tu templo, manténla bella y libre,evita que ponga ahí un huevo algo que no puedes ver.”
“¡Reza por la paz!”, decía; lo sentías en el gentío.Mi atención se distraía, pero su voz resonaba:“Destruirá tu familia, se acabó tu hogar feliz;una vez que la prendiste, ya no tienes protección.”
“Te llevará a embarcarte en empresas extrañas,te llevará a la tierra de los frutos prohibidos,revolverá tu cabeza y arrastrará tu cerebro.A veces, igual que Elvis, hay que apagarla de un tiro.”
“Todo está planeado, decía, para que pierdas la razóny cuando en su busca vayas, ni su rastro encuentres ya.Cada vez que la miras, se agrava tu situación;si te sientes poseído, manda por la enfermera.”
El gentío se amotinó y agarraron a ese hombre,hubo tumulto, empujones, y todo el mundo corría.Las cámaras vinieron, me pasaron por encima;esa misma noche, yo en la tele lo veía.
“TV Talkin' Song”, en Under the Red Sky (Columbia, 1990). Versión de Juan Tovar
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