Me sorprendió el grado de optimismo sobre el futuro de América Latina entre los funcionarios gubernamentales, economistas y líderes empresariales que participaron en la Conferencia de las Américas del Miami Herald. Considerando las noticias diarias que surgen en la región, fue realmente asombroso.
Antes de decirles si comparto semejante optimismo, recapitulemos algunas de las cosas que se dijeron durante la reunión de dos días en Miami, que culminó el viernes con una asistencia de alrededor de 600 personas.
Antes de decirles si comparto semejante optimismo, recapitulemos algunas de las cosas que se dijeron durante la reunión de dos días en Miami, que culminó el viernes con una asistencia de alrededor de 600 personas.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, y el jefe de economistas de General Motors, Mustafá Mohatarem, fueron algunos de los varios expertos que pronosticaron una continuación del ciclo de crecimiento económico de la región.
"Hay algo que está pasando que va más allá del crecimiento tradicional" afirmó Moreno, añadiendo que la estabilidad económica y las remesas familiares de los Estados Unidos y Europa están creando una nueva clase media en muchos países de la región. "Realmente creo que hay bases para un poco de optimismo``.
Ambos citaron que la región ha estado creciendo a un promedio del 4.5 por ciento en años recientes, y que la mayoría de los países están llevando a cabo políticas económicas responsables, acumulando reservas externas para cuando vengan los años de las vacas flacas.
Thomas Shannon, el jefe de la Oficina de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, comenzó su discurso señalando que "esta no es la América Latina ni el Caribe de la época de nuestros padres. Las Américas del siglo XXI están pasando por un período de cambio dramático... y en general, este cambio es positivo".
Sobre esa base, enumeró la presencia de la democracia, la globalización, la migración, la integración de mercados y la informática son los principales agentes del cambio en la región. "Incluso los líderes que critican lo que denominan como `el neoliberalismo` están usando el lenguaje de la integración y el comercio" agregó Shannon.
Y aunque algunos países se han volcado al "populismo radical", las diferencias entre la mayor parte de los países de la región y Estados Unidos se centran más en "percepciones de intereses nacionales" que en auténticas "divisiones ideológicas infranqueables" afirmó.
"Nuestra agenda ha prevalecido", dijo Shannon en su discurso. "Las Américas se han abierto al mundo, y lo han hecho en una forma que en gran parte coincide con nuestros valores y nuestras prácticas``.
Incluso la audiencia -en su mayor parte ejecutivos de empresas multinacionales- mostró un sorprendente optimismo sobre el futuro inmediato de América Latina, según los resultados de una encuesta informal entre los asistentes realizada por The Miami Herald.
Preguntados sobre si el desempeño de las economías latinoamericanas en el 2008 será mejor o peor que el promedio del 4.6 por ciento proyectado por la mayoría de los economistas, más del 68 por ciento de quienes respondieron la encuesta dijeron que el año próximo será "mejor``.
Y preguntados sobre cuáles serán las economías estrellas de la región, la mayoría escogió Brasil (76 por ciento), Chile (61 por ciento) y Colombia (30 por ciento).
Mi opinión: me encantaría poder compartir el optimismo reinante en la conferencia. Sin embargo, aunque no veo una catástrofe económica en el futuro próximo, me temo que el actual crecimiento económico latinoamericano es demasiado dependiente de factores externos y eso responde a una situación de coyuntura.
Se debe en gran medida a las importaciones masivas de Estados Unidos y China, que están haciendo subir los precios de las materias primas, y demasiado poco a la competitividad de la región en la economía global.
Me temo que cuando la economía de Estados Unidos comience a enfriarse, y como resultado se desacelere un poco el crecimiento de China, los gigantes de la economía mundial reducirán sus importaciones de materias primas latinoamericanas, y los países de la región no podrán mantener sus actuales tasas de crecimiento.
A diferencia de lo que ha ocurrido en China, India o los países de la ex Unión Soviética en Europa del Este, la mayoría de los países latinoamericanos no están apostando a la educación, la ciencia, la tecnología, las inversiones extranjeras y la filantropía, que son, justamente, algunas de las principales herramientas que han ayudado a los asiáticos a reducir la pobreza mucho más rápidamente que los latinoamericanos.
Mientras que Asia y Europa del Este están exportando productos electrónicos e informática, la mayoría de los países latinoamericanos están creciendo gracias a los altos precios del petróleo, la soja y otras materias primas.
No es sorprendente que mientras Asia ha reducido la pobreza del 50 por ciento de su población en 1970 a un 19 por ciento en la actualidad, América Latina sólo ha reducido la pobreza de un 43 por ciento en 1970 a un 39 por ciento actualmente, según datos provenientes de las Naciones Unidas.
De manera que aplaudo el optimismo de quienes asistieron a la reunión. Pero me temo que no se materialice, y que produzca una mayor complacencia en la región
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