¡Mirá que bien!, voy a procurar hablar – escribir - lo más rioplatense posible, aunque espero me perdonen alguna gaffe. Juntos otra vez, aunque sea virtualmente, los cuates de las ranitas de nuestra querida Guanajuato, aunque no olvido las conversaciones al borde de la helada piscina de la Hostería del Parque en San José – ni que ustedes se enojaron porque las mujeres comíamos poco en el comedor y ganábamos en el casinito.
Recuerdo, Roberto B – “el Gurú” -, Santiago V , el Vasco Cesito (César Gurruchaga), (José) Ramo – “así, sin ‘s’”, como decía él -, Teodoro (Wallachnberg, si no me equivoco), Piero (Adetto), yo y nuestras respectivas parejas. Pero, como yo, además de la más joven, era la única mujer del grupo estudioso, ustedes me cargaban con lo del sexo débil y me pedían explicaciones sobre mi raro nombre. Entonces yo repetía la historia: cuando papá estuvo preso del franquismo – muy joven había sido identificado como opositor republicano – mandaba mensajes a mi futura madre respondiendo con un “yoati” – “yo a ti” a sus requerimientos amorosos, también cifrados. No querían demostrar afectos ante los represores – dictadores, no fuera que se vengaran de ciertas travesuras sediciosas que él había protagonizado. Así quedó mi nombre, Yoatí.
Pero luego de descubrirlos aprovechando la red de redes no pienso hablar de los sesenta – setenta – ochenta, sino de lo que vienen proponiendo. No puedo creer que sigan también discutiendo los temas de aquella época, y esto no es renegar del pasado, pero tampoco quiero quedarme en la estupidez de “quien olvida su…”.
El asunto termina siendo este:”¿Para qué la memoria?”, entendiendo que referimos a la memoria colectiva.. la experiencia mexicana, tanto como la española, indican que nunca puede haber un resarcimiento auténtico, que sólo se puede luchar hasta …, nunca por todo, que cada paso es una victoria y que a la memoria hay que avivarla, cuando no sustituirla, con futuro.
Porque los esbirros se cuelan por los agujeros – negros – de los nuevos regímenes, y más cuando se basan en la democracia formal más que en la democracia solidaria, colectivización auténtica de la democracia representativa. Claro que siuna se mete a decir esto seguramente me llasmarán desde ultra a radical, atribuyéndome nuevos intentos subversivos.
También creo que hay que aprovechar oportunidades y demostrar errores que terminan señalando caminos más radicales de socialización democrática.
Otro problema es que el voto no es calificado, y, si bien esto es una broma, no cabe otra que pensar en una sociedad donde cierta gente vote simple y otros, con méritos societales muy evidentes y moralmente (con todo lo que ello significa), sufraguen múltiple, con el inconveniente de votar cantado, riesgo que se aceptaría en pro de esos mismos valores que hacen a esas personas lucir en el universo ciudadano.
Buen tema para una novela, pero existe otra realidad y no creo que esa visión de una meritocracia sea buena o recomendable.
Más, creo que hay que adaptar memoria y democracia, pero con ritmos, hasta sin puntos finales, aceptando el deambular de las masas y de los liderazgos y proveyendo a la convivencia de mecanismos de moderación, medidas de vínculo entre el presente y el tiempo, y evitando el pensamiento único. ¡viva el pensamiento débil!, y aunque ustedes, sobre todo el Gurú sigue atrás de Baudrillard, yo me quedo con Váttimo.
Bueno, aca, dirían ustedes, sigue siendo un “quilombo”, pero México no puede ser otra cosa, y las masas siguen ahogando sus penas y hambres en el tekila, la droga, el malsexo y, si no queda otro remedio, en la muerte.
Tema futuro: Cómo vivir la muerte desde la primera conciencia del estar vivo y hecho para morir.
Esto no es Sartre, y menos el fascista de Heidegger, es pura responsabilidad mayaztteca-y-otros-pueblos, y da la razón a que los yanquis pudieran robarnos Texas y ahora soldados para mandar a sus guerras, y a los que no sirven los corren a balazos y muros en la frontera. Es buscar respuesta a otra memoria, que interroga acerca de por qué muchos prefieren morir corriendo hacia los losngeles, sanfranciscos, nuevayores y chicagos que vivir de este lado del río lleno de alambres de púas y puñeteros gordos rubios que los persiguen como si fueran insectos – plaga.
Volveré a escribirte Gurú, y estoy segura que no seré millones, hoy ni siquiera somos dos en casa.
Desde Guadalajara, México, 25-07-07
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