jueves, 21 de mayo de 2009

646 37-09 - FUTURAMA, Ciencia fuera de serie - Federico Kukso

Mucho más ácida y de culto que su prima animada Los Simpson, la tira futurista creada por Matt Groening, abunda en gags científicos escritos por matemáticos y físicos.- crítica -

Sólo hay que revisar fugazmente el historial académico de sus guionistas para identificar el motor, el corazón y el sistema nervioso central de Futurama, la serie animada y futurista de Matt Groening. David X. Cohen: físico de la Universidad de Harvard, magister en Ciencias de la Computación, Universidad de Berkeley. Al Jean: matemático de la Universidad de Harvard. Jeff Westbrook: doctor en computación (Universidad de Princeton), profesor de computación en la Universidad de Yale. J. Stewart Burns: magna cum laude en matemática en la Universidad de Harvard. Bill Odenkirk: doctor en Química Inorgánica, Universidad de Princeton. Ken Keeler: doctor en Matemática Aplicada y magister en Ingeniería eléctrica por la Universidad de Harvard. El combo científico es perfecto y la verdad es que se nota en cada uno de los 88 capítulos repartidos en las cinco temporadas de este homenaje animado a la ciencia ficción clásica, show inteligente, ácido y rebuscado que extiende el mito –criogénico– de Walt Disney al año 3000. Universo paralelo de Los Simpson, Futurama saltó a la pantalla de la cadena Fox el 28 de marzo de 1999, fue cancelada en 2003 para volver a aparecer en 2008 en forma de cuatro películas de DVD (Bender’s Big Score, The Beast with a Billion Backs, Bender’s Game, Into the Wild Green Yonder). Las explicaciones de su partida y ausencia abrupta, de por qué le bajaron el pulgar al perdedor de Fry (un repartidor de pizzas neoyorquino congelado en 1999 que despierta en 2999), al robot borracho de Bender Bending Rodríguez, la cíclope machona de Leela y Cía. se pueden rastrear en las mismas causas y resortes que la elevaron a fenómeno de culto: Futurama constituye una rara avis de humor animado adulto y entendido completamente por muy pocos, cargada de referencias científicas ocultas o deslizadas rápidamente, alusiones físicas (y mención de científicos actualmente vivos como Edward Witten, especialista en teoría de supercuerdas), chistes matemáticos (problemas de clase P y de clase NP) e informáticas (como cuando Bender se asusta al ver en un espejo una placa con el número 0110-0110-0110, que en el sistema binario es 6-6-6; o las cervezas cuyo nombre hace honor al viejo lenguaje de programación Formula Translator o Fortran).Si Los Simpson sobreviven como una parodia y alegoría a los males inherentes de la sociedad moderna global (pero sobre todo norteamericana), Futurama existe como un gran licuado en el que se mezclan las historias robóticas de Isaac Asimov con los mundos imposibles de Arthur C. Clarke, Stanislaw Lem, Ursula K. Le Guin y Kurt Vonnegut, que no entran ni por asomo en la cabeza de los publicistas creadores de anuncios de hombres y mujeres de sonrisas color marfil.FUTURO ANIMADO. “Yo recurro habitualmente a Los Simpson y a Futurama en mis clases de Física. A los alumnos les resulta mucho más interesante que les hable del principio de incertidumbre, las leyes de Newton o de la presión hidrostática si lo hago a partir de un episodio de Futurama que si presento el tema en forma cruda. No es que uno vaya a aprender ciencia viendo Futurama, pero los docentes lo podemos usar como excusa para introducir algunos temas y disparar discusiones”. Claudio H. Sánchez, profesor de Física, la tiene clara y puede ser visto como uno de los especialistas que más defiende la explotación pedagógica de este universo geek-friendly (hechos por geeks para geeks). “Los guionistas hacen todo lo que no se permiten en Los Simpson –subraya–. Son como chistes privados entre ellos y los aficionados más observadores. Los temas están bien tratados. No es exactamente una ‘comedia científica’, aunque tenga pasajes ‘científicamente graciosos’”.Como los seguidores de American Dad, South Park, Family Guy, Adult Swim en Cartoon Network y otras propuestas animadas políticamente incorrectas, el público de Futurama, además de ser predominantemente masculino, adulto y universitario, cae con frecuencia en una obsesión: rebobinar, pausar, adelantar –y demás movimientos en la era de las downloads y del DVD– para detectar el detalle más escondido y freak (no es de extrañar: la misma búsqueda del tesoro ocurre en Lost).Lejos de ser una serie científica (un oxímoron si se advierte la matriz donde se insertan estas dos palabras: ficción y realidad), los episodios de Futurama están armados como paquetes. En el centro hay un núcleo fuerte de sci-fi con toques de drama y mucha comedia (universos paralelos, batallas espaciales, viajes en el tiempo, paradojas temporales, robots, mutantes, extraterrestres, agujeros negros, gadgets), envuelto por adornos, gags y referencias científicas y alusiones infinitas a la cultura pop que llenan su propia Wikipedia, llamada Theinfosphere.org (a 2001: A Space Odyssey, Jurassic Park, Family Guy, Las Vegas, Married with Children, The Twilight Zone, Star Trek, Star Wars). O sea, una clara construcción intertextual: un universo que habla de otros universos.CIENCIA PARA TODOS. “Odio ver series o películas con algo de matemáticas”, comentó alguna vez Cohen, quien al comenzar a escribir en el show cambió la S. de su nombre por una X., más misteriosa. “Los matemáticos siempre son retratados como seres mágicos. Tácitamente se dice que una persona común y corriente no se puede dedicar a esta ciencia porque no tiene poderes mágicos, lo cual es desalentador. No necesitás tener una visión de rayos matemáticos”.Así es como los guionistas hicieron un pacto y crearon la “regla del uno por ciento” (“one percent rule”), o sea, meter en cada episodio la mayor cantidad de matemática, física y química posible –sólo entendible por el 1% de los espectadores– sin empantanar la historia central. Por suerte, está el material bonus de los DVD de la serie como aquél en el que la matemática Sarah Greenwald de la Universidad Appalachian State en Carolina del Norte repasa cada remate matemático (http://LNK.by/blN). Si bien no hay que ver la serie y estos minutos adicionales para saber lo que no tantos saben: las matemáticas, una vez que se le pierde el miedo, son divertidas.Futurama, sin embargo, no le escapa al estereotipo del científico loco –el profesor Farnsworth– o la de la estudiante genio –Amy Wong– para, al magnificar sus lugares comunes, deconstruirlos en un escenario de crítica ácida permanente: al fin y al cabo, la Tierra del año 3000 de Futurama es un desastre medioambiental y humano en el que la medicina, la ciencia y la tecnología se mezclaron con los infomerciales banalizando la vida (nadie, ni los altos ejecutivos de la Fox, olvida la cabina de suicidio por sólo 25 centavos que aparece en el primer episodio). Así, el futuro de Futurama –ni utópico como Los Supersónicos ni distópico como Blade Runner– se basa en el concepto filosófico del “eterno retorno”: famosos que sobreviven decapitados en frascos de formol, rodeados de delincuencia y basura en alza. Lo resume bien Claudio H. Sánchez: “Como toda buena historia de ciencia ficción, Futurama habla de nosotros y de nuestra época: hay delincuentes, políticos corruptos, empresas inescrupulosas y amores no correspondidos. Los problemas que tienen los protagonistas en el siglo XXXI son, en definitiva, los problemas que tenemos todos nosotros en el siglo XXI”.Cinco prelas científicas1. POR UN PUÑADO DE ANCHOAS (Nº 6, 1ª TEMPORADA)Bender es detenido por robar en una tienda y a sus amigos les faltan unos centavos para pagar la multa. Entonces, Fry recuerda que tenía 93 centavos en su antigua cuenta de ahorro. En el banco le informan que su dinero, capitalizado tras mil años al 2,25% de interés anual, alcanza ahora a cuatro mil trescientos millones de dólares. El monto es fácil de calcular: 0,93*(1.0225)^1000 = 4.283.508.449,71.2. PON LA CABEZA SOBRE MIS HOMBROS (Nº 19, 2ª TEMPORADA)Amy y Fry se quedan sin combustible en Mercurio junto a un cartel que señala la proximidad de dos estaciones de servicio, cada una a 7.600 km de distancia, en direcciones opuestas. Mercurio tiene un diámetro de unos 4.800 km, o sea, una circunferencia máxima de 15.200 kilómetros o 9.500 millas. Por lo que están en las antípodas de la única estación del planeta: 4.750 millas (la mitad de 9.500) en cualquier dirección.3. LA SUERTE DEL FRYLANDÉS (Nº 36, 3ª TEMPORADA)Al terminar una carrera en un hipódromo, el relator anuncia que el final ha sido tan reñido que será necesario recurrir al microscopio electrónico y anuncian el ganador “en un final cuántico”. Aludiendo al principio de incertidumbre de Heisenberg (que no se puede conocer simultáneamente la posición y la masa de una partícula subatómica), el profesor Farnsworth protesta: ¡Trampa: alteraron el resultado al medirlo!.4. LA UNIVERSIDAD DE MARTE (Nº 11, 1ª TEMPORADA)En un pizarrón el profesor Farnsworth muestra un dibujo que parodia los diagramas creados por el premio Nobel Richard Feynman para explicar las interacciones entre partículas. También se lee “El perro de Witten”, alusión al “Gato de Schödinger”, un experimento mental imaginado por Erwin Schrödinger para poner de manifiesto ciertas interpretaciones absurdas de la mecánica cuántica. 5. BENDER´S BIG SCORE (DVD nº 1)Aparece Al Gore manejando un taxi híbrido. La patente de otro taxi es 87539319, un claro chiste matemático que alude a una anécdota histórica que tiene como protagonistas a los matemáticos G. H. Hardy y Srinivasa Ramanujan: el número 87539319 puede ser expresado como la suma de dos cubos en tres formas: 167^3 + 436^3 o 228^3 + 423^3, 255^3 + 414^3. Como “1729”, que aparece en todas partes en la serie.

No hay comentarios: