Con la escalada /1 de la urbanización me estoy refiriendo al “aumento rápido y
alarmante” del gran proceso de urbanización del territorio al que estamos asistiendo
en los últimos años. Escalar en la acepción de “levantar las compuertas de la
acequia” o la de “abrir surcos en el territorio” /2, viene a ser dar rienda suelta al
proceso urbanizador regando el territorio de todo tipo de edificación, instalación,
vías de comunicación… creando grandes surcos, rupturas, en un soporte que es un
recurso finito y difícilmente recuperable. ”El territorio testifica los daños físicos y
sociales infligidos, que permanecen reflejados en los paisajes urbanos, periurbanos
y rurales” /3.
Esta ocupación del territorio no es casual, siempre que responde a intereses. La
organización del territorio y de las ciudades no es neutra porque su génesis responde
a diversas voluntades. Si por algo se caracteriza la ciudad es por su complejidad.
En la misma intervienen numerosos y variados procesos encaminados a su configuración
y desarrollo. Por otro lado, la organización espacial de las ciudades puede
generar espacios segregados, abandonados, centralidades, invisibilidades, y además
puede ahondar las diferencias entre los distintos grupos sociales, entre los hombres
y las mujeres o por el contrario disminuirlas.
Mientras que en otros terrenos las desigualdades sociales y de género han sido
analizadas y reconocidas desde hace tiempo, las relaciones espaciales han conservado
un estatus de neutralidad técnica. Así, las decisiones sobre la ciudad adoptan
un carácter de necesidad absoluta que hace que los ciudadanos acepten sus transformaciones
como si de fenómenos naturales se tratara. Pero más bien, la erosión,
las rupturas, las concentraciones y dispersiones territoriales no son procesos geológicos
sino económicos y políticos. Cambian siguiendo intereses. Intereses que pueden entrar en colisión con uno de los principales pilares de la dimensión política
que no es otro que el establecimiento de cierta igualdad entre los ciudadanos a través
de la fijación de prioridades en la organización social y en la distribución de recursos.
Si no se establecen criterios dirigidos a una equitativa distribución de
bienes y servicios que garanticen el alcance y efectividad de los mismos a toda la
población, o cuando estos no se aplican con efectividad, se generan fuertes desigualdades
entre los distintos grupos sociales en lo que se refiere al acceso a la educación,
a la salud, al trabajo, a la vivienda…, consolidándose grupos vulnerables y
desequilibrios espaciales, entre regiones y entre barrios dentro de las ciudades /4 y
evidentemente entre países en la nueva configuración económica denominada globalización.
Planificación-urbanización
En los últimos decenios, el urbanismo y sus políticas de desarrollo han propiciado
un modelo de crecimiento en el que se aprecian determinadas características comunes
que afectan tanto a las grandes ciudades como a las medianas. Una estrategia
de crecimiento, basada en un determinado modelo de producción y consumo, que
sigue la senda contraria de la sostenibilidad ambiental, económica y social: modelo
disperso- ciudad difusa, frente al modelo integrado-compacto y plurifuncional. Se
descentralizan las actividades económicas ubicadas tradicionalmente en el centro
de las ciudades; la ciudad se delimita y se divide, se zonifica, en áreas residenciales,
comerciales, industriales y de ocio; se han abandonado los centros,“cascos históricos”,
de las ciudades. Se ha incrementado notablemente las necesidades de desplazamiento como consecuencia de la nueva configuración urbana, produciéndose
grandes inversiones en infraestructura viaria y aumento de la movilidad en
transporte privado; se han generado nuevas periferias urbanas; los grandes equipamientos
se han localizado en zonas exteriores a las ciudades consolidadas, con acceso
exclusivamente viario y la ciudad, dirigida por el mercado inmobiliario, se
fragmenta espacialmente en barrios más ricos y más pobres, cada vez más aislados.
En el nuevo orden económico, las ciudades compiten entre sí por insertarse en los
espacios económicos globales y en esta competición cobra especial relevancia la promoción
de la ciudad, aparecen los grandes proyectos pero se olvidan de los habitantes.
Se vende una parte de la ciudad, se esconde y se abandona el resto. Cambiar su
imagen para una mayor competición a través de operaciones muy singulares y puntuales
demuestra una incapacidad desde la gobernabilidad de crear y mantener el tejido
social que es la base de cualquier intervención renovadora-rehabilitadora.
Políticas urbanísticas que, evidentemente, confunden la identidad de una ciudad a
través de un edificio, con la identidad de los habitantes y la comunidad, con su ciudad.
En este orden, la deuda en las arcas municipales y autonómicas se dispara. Las
principales ciudades españolas de cara a las elecciones de mayo del 2007 /5 tendrán un gasto público de más de de 6.000 millones de euros. En Madrid la reforma
de la M-30 ha hipotecado las cuentas municipales para los próximos 35 años. El
proyecto municipal para el 2007 contempla que la deuda ascienda a 6.039 millones
de euros. Esta espiral de créditos y préstamos municipales ha hecho que cada madrileño
se encuentre con una obligación de 1.870 euros por persona en 2007.
La clasificación y calificación de suelo, la puesta en el mercado de suelo, han
sido absolutamente desmesuradas. En la región de Murcia hay planes parciales con
capacidad para desarrollar 250.000 nuevas viviendas y suelo urbanizable disponible
para 800.000. En Valencia, desde mayo de 2003 se han aprobado programas de
actuación integrada que afectan a unas 2000 hectáreas y solicitudes de los ayuntamientos
para que se aprueben otras 6.000 /6. En la Comunidad de Madrid, el Plan
General de Getafe 2003, incrementa el parque de viviendas en un 50%. Valdemoro,
aprobado en el 2005, triplica el parque residencial e incrementa su población en un
345%.
La producción de viviendas ha estado guiada por los poderes financieros, la
puesta de dinero en el mercado frente a las necesidades de la población. La vivienda
pierde su valor de uso frente al valor de cambio (inversión).
Se puede afirmar que no ha habido una política estatal de promoción pública de vivienda:
en la Comunidad de Madrid para el periodo1995-03 del total de viviendas
construidas (más de 355 mil) sólo un 11,5% eran de protección pública, a lo que hay
que añadir que la vivienda libre ha subido un 85% respecto a 1985. La política de vivienda
en alquiler es inexistente, tan solo representa el 13% del parque de viviendas a
nivel estatal.
El sector de la construcción, base de la economía española durante muchos años,
se ha movido con absoluta libertad sin que las directrices políticas hayan exigido su
ajuste a la demanda. En concreto en Murcia y Valencia se construyen anualmente
el 19% del total de las casas edificadas en España. La construcción en estas comunidades
aporta el 14 % del valor añadido bruto nacional en construcción y da empleo
al 15% de los ocupados en el sector /7.
Como consecuencia de los procesos de urbanización y desarrollo se están agudizando
los problemas de sostenibilidad ambiental, económica y social. Hay un gran
despilfarro de recursos por la organización urbana actual y por la explotación excesiva
de los ecosistemas.
Durante la última década ha aumentado el consumo total de recursos naturales,
de energía y de materiales, se han incrementado las emisiones atmosféricas y la
producción de residuos a consecuencia de la mayor actividad urbana global. La calidad
medioambiental de las ciudades ha disminuido notablemente, incrementándose,
sobre todo, la contaminación atmosférica, la congestión acústica y la del tráfico,
sus índices se sitúan por encima de las directrices de la Organización Mundial de la
Salud con evidentes efectos nocivos sobre la salud humana.
En el informe elaborado por la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo en
relación al litoral mediterráneo español en el mes de abril de este año, se señalaba:
“lo que está ocurriendo es un expolio de la propia comunidad y de su patrimonio
cultural , el enladrillado del litoral, la destrucción de una fauna y flora frágiles y el
enriquecimiento masivo de una pequeña minoría a expensas de la mayoría. Las laderas
de los montes se ven invadidas por un cáncer de viviendas clónicas, no porque
sean necesarias sino porque suponen un beneficio para los urbanizadores, constructores,
arquitectos y abogados” /8.
Repercusiones sobre la vida cotidiana
Esta configuración espacial y caracterización tiene evidentes repercusiones sobre la
vida cotidiana de sus habitantes, el modelo de ciudad que se está configurando ha desdeñado
las pequeñas escalas que son en definitiva donde se desarrolla la vida cotidiana.
Y, consecuentemente, todo ello con un gran efecto devastador sobre el tejido social:
desarrollar cualquier actividad obliga a consumir parte importante de nuestro tiempo en
desplazamientos (el tiempo que es nuestro recurso menos renovable). Cada vez se hacen
más viajes y cada vez más largos. La región de Madrid registra 15 millones de desplazamientos
en los días laborables, lo que supone 2.6 movimientos por persona y
jornada. Dos tercios de estos viajes se hacen en medios motorizados (mitad publico,
mitad privado) el otro tercio se hace a pié o por otros medios /9. Las calles se han visto
invadidas por el coche, al habitante de la ciudad, al peatón, se le ha desplazado a un segundo
plano, a pesar de los numerosos desplazamientos que se hacen andando. Los espacios
públicos son cada vez menores y se les niega su primordial función que es la de
propiciar la relación y el encuentro de las personas, se especializan, se fragmentan y se
restringe su uso. Gran parte del espacio público se ha monetarizado, mercantilizado.
Se produce una “degradación creciente del espacio ciudadano (accesible) y su sustitución
por el no lugar, por las infraestructuras que permitan la movilidad motorizada. La
quietud y la accesibilidad es sustituida por la velocidad y la movilidad” /10. Como decía
Cerdá, el espacio público es “parte constitutiva, esencial, inseparable de la casa”.
Precisamente porque existe esa relación tan íntima entre espacio público y vivienda y
porque los espacios públicos son parte esencial de la ciudad, el deterioro de los espacios
públicos implica a la larga el deterioro residencial, comercial y social de un barrio”
/11.
La pérdida de calidad de vida para los diferentes grupos sociales
El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los principales problemas de la
sociedad española. Para Bruselas el endeudamiento de las familias españolas para la
compra de vivienda se considera insostenible y especialmente vulnerables por la su-
bida de los tipos de interés /12. El informe de la Asociación Hipotecaria Española refleja
que el año 2006 se firmaron un 10% menos de hipotecas que en el 2005, aunque
a cambio, el importe medio de cada una de ellas creció un 20%. Una hipoteca media
a pasado de 125.377 euros a 150.752 euros /13.
La incidencia de esta pérdida de calidad de la ciudad no ha sido igual para todos
sus habitantes. “no se experimenta de la misma manera, según los grupos sociales,
los procesos de desarrollo urbano y los modelos de ciudad. La ciudad es una expresión,
que, tal vez, sea uniforme en su significado social, coincidente con los rasgos
antes mencionados, pero, en realidad, hay múltiples y diferenciadas experiencias
urbanas” /14 Los grupos sociales más vulnerables son los que más han perdido: los
niños, los ancianos, las mujeres, los inmigrantes… Para estos, la vida en la ciudad
cada vez es más dura, menos segura, menos accesible y se les niega cada vez más
la autonomía. Los estudios de usos del tiempo y del espacio comparados hombremujer
ofrecen una disparidad enorme entre las pautas de comportamiento de unos y
de otros (por la división sexual del trabajo) y que, en definitiva, reflejan que las
mujeres viven la ciudad de una forma diferente. Las mujeres hacen un uso de la
ciudad más intenso y diferente al de otros colectivos. El uso de la ciudad es cada
vez más complejo y diverso y además esta complejidad y diversidad están caracterizadas
por la continuidad, no es coyuntural y temporal como la de los hombres.
La relación de las mujeres, los mayores y los niños con el entorno inmediato, el
barrio, es tremendamente estrecha, pues es en este espacio físico donde se produce
la mayoría de las actividades y relaciones: la utilización de los espacios públicos es
muy intensa y los desplazamientos son menores y mayoritariamente en transporte
público. En relación a las mujeres como se pone de manifiesto en la Carta Europea
de la Mujer en la Ciudad: ”el marco de vida en la ciudad (a nivel del barrio y la
vivienda) influye y determina la realidad cotidiana de sus habitantes, hombres y
mujeres, pero especialmente a las mujeres porque muchas tienen doble jornada de
trabajo y dependen por eso más de la calidad de los servicios urbanos y de las opciones
adoptadas para el transporte y el medio ambiente” /15.
Una sociedad compleja y en permanente cambio
La sociedad en la que vivimos se caracteriza por su tremenda complejidad y por estar
en permanente cambio. Cambio que nos afecta a nuestra vida cotidiana y que
tiene claras repercusiones en el territorio, en las ciudades, aunque estos no están
siendo valorados por la planificación urbana, lo cual produce grandes desajustes y
desequilibrios. Ya Lewis Munford en 1949 en un ensayo titulado “Proyectar para
todas las etapas de la vida” denunciaba las limitaciones de un urbanismo concebido sólo para una etapa de la existencia: la de los hombres varones adultos sin responsabilidades
familiares y sólo durante la edad de su vida dedicada al negocio /16.
Las ciudades no sólo se hacen con estándares y dotaciones mínimas. “Intervenir
en la ciudad es uno de los recursos de mayor incidencia en el cambio social”17
El urbanismo se sigue apoyando en una lógica inmobiliaria y mercantilista encaminado
a la insostenibilidad más absoluta, eliminando de sus objetivos cualquier
consideración de fenómenos complejos, eludiendo la intervención a favor de la diversidad
funcional y social, alejándose consecuentemente de los ciudadanos.
Si el derecho a la ciudad es un derecho que significa vivirla como algo nuestro y
no ajeno y no remitido a la esfera de las decisiones privadas, en su planificación se
debe abordar los problemas de su estructura, y de los diferentes grupos sociales,
atajar de raíz los medioambientales, el modelo de producción y consumo, y asumir
el principio de precaución por su incidencia en la salud de sus habitantes. Admitir
esta forma de hacer ciudad significa un cambio de prioridades, y de modelo, en la
planificación urbanística en donde uno de sus objetivos fundamentales sería la ciudadanía
y esto implicaría acometer una reforma de la “gobernación” de las ciudades
(de la sociedad), basada en una mayor participación de la ciudadanía en las
decisiones cotidianas, que revitalice la vida social y política y fortalezca la vertebración
social alrededor de los futuros proyectos. Este es un derecho fundamental
en un estado democrático, con independencia de cómo se articule éste.
Aurora Justo es socióloga-urbanista.
1/ Escalada: Aumento rápido y por lo general alarmante de algo, como los precios, los actos delictivos, losgastos, los armamentos, etc. Diccionario Real Academia.
2/ Casares, J. (1997) Diccionario Ideológico de la Lengua Española. Barcelona, Gustavo Gili S.A.
3/ Naredo, J.M. (Invierno 2002-03). “Ciudades y crisis de civilización”. “El Ecologista” nº 34.90 ;
4/ Arias Goytre. F( ed. y coord). (200) La desigualdad urbana en España”. Madrid, Ministerio de Fomento.
5/ El País, 14 de octubre 2006.
6/ El País Propiedades, 10 de febrero 2006.
7/ El País propiedades, 10 de febrero 2006.92.
8/ El País, 12 de abril de 2007.
9/ El País, 22 de septiembre 2006.
10/ Alguacil, J. (2000) “Ciudades habitables y solidarias”, Revista de Documentación Social nº 199.
11/ Soria, A. (2004) “Una estrategia para los espacios públicos. Ideas y Estrategias para el Centro de Madrid.”Fundación COAM.
12/ El País, 3 de octubre 2006.
13/ El País, abril 2007.
14/ Corraliza, J.A. (2000) “Vida Urbana y Experiencia Social. Variedad, Cohesión y Medio Ambiente.“ Seminario sobre Calidad de Vida Urbana. Escuela de Arquitectura, octubre 2000. 15/ "Charte Européenne des Femmes dans la Cité. Catalogue des actions positives". L´Unité pour L´Egalité des Chances de la Commission des Communautés Eropéenes. Bruselas, 1994. .
16/ Boccia. T. El tiempo y el Espacio de las ciudades: la experiencia italiana. (Universitá degli studi di Napoli Federico II. Dipartimento di Urbanistica).
17/ Corraliza., J.A ibidem.
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