Rodstock casi cuatro meses después y la Cumbre de 2008
Ni los 12 km. de valla para proteger la cumbre, ni los 17.000 policías destacados para
atosigar sin descanso a las y los manifestantes, ni trasladar la reunión a a orillas del
Mar Báltico, ni las inclemencias de alojarse durante una semana en campings improvisados,
ni las distancias kilométricas para completar los bloqueos fueron suficientes
para quebrar la voluntad de miles de manifestantes llegados a Rostock (sobre todo de
Europa, pero con delegaciones de más de 40 países del resto del planeta), para protestar
ante el G8.
atosigar sin descanso a las y los manifestantes, ni trasladar la reunión a a orillas del
Mar Báltico, ni las inclemencias de alojarse durante una semana en campings improvisados,
ni las distancias kilométricas para completar los bloqueos fueron suficientes
para quebrar la voluntad de miles de manifestantes llegados a Rostock (sobre todo de
Europa, pero con delegaciones de más de 40 países del resto del planeta), para protestar
ante el G8.
Las protestas comenzaron con la manifestación de 80.000 personas el 2 de junio en
Rostock y continuaron con movilizaciones cotidianas (por la soberanía alimentaria,
por los derechos de las y los inmigrantes, contra la guerra...) bloqueos y otro tipo de
actividades como seminarios, talleres, etc. Una muestra de la capacidad del movimiento
para reaccionar ante una de las instituciones claves en el impulso de las políticas
neoliberales, una bocanada de aire fresco para el movimiento, pero también, una
oportunidad para tomarle el pulso.
El contexto. La reunión del G8 venía marcada por el estancamiento o la crisis de
instituciones claves en el proyecto neoliberal como la OMC, el FMI o el BM, el papel
creciente de lo que en la jerga del G8 se denominan “ economías emergentes”
(China, India, Brasil...), la insubordinación al proyecto neoliberal de países como Venezuela,
Bolivia o Ecuador, pero también la de un movimiento que tras el despegue
en Seattle y la cuota alta del 15 de febrero de 2003 contra la guerra en Irak, muestra
dificultades a la hora de articular e impulsar iniciativas de movilización internacionales.
Hubo además un aporte nuevo: la toma de posición pública por parte de las patronales
industriales /1 de los ocho países reunidos en Heilingendamm, marcando la
hoja de ruta a través del G8 Business Declaration aprobado el 25 de abril en Berlín.
Todo un ejemplo de internacionalismo empresarial y, también, todo un ejemplo a
seguir para oponerse a las políticas neoliberales en curso.
Al término de la cumbre, se puede decir que el G8, con todas sus contradicciones,
camina a través de la ruta marcada por el interés privado más que sobre la resolución
de problemas como el hambre, la deuda externa, la pandemia del sida o políticas eficaces
ante el cambio climático, que es lo que se vende de cara a la galería. Por ello
no resulta conveniente confundir las dificultades y contradicciones en las que se desenvuelve
el proyecto neoliberal con la idea de que está “ derrotado” como afirman
algunas voces (por ejemplo, Walden Bello) desde el movimiento. Más bien todo
anuncia a que la ofensiva que viene va a ser de calado y que los movimientos esta1
CBI de Gran Bretaña, Cofindustria de Italia, BDI de Alemania, JBF del Japón, RSPP de Rusia, CChC
de Canadá, y USCIB de los Estado Unidos (60% del PIB mundial, 60% de la inversión directa y el 50%
del comercio mundial).
VIENTO SUR Número 92/Junio 2007 31
mos mos en la necesidad de ponernos las pilas e impulsar iniciativas de movilización que
las hagan frente.
El movimiento. La movilización fue masiva e importante por la cantidad de gente,
por la presencia de delegación internacionales, por la juventud del movimiento, por
la capacidad por responder adecuadamente a la estrategia de provocación y desgaste de
la policía, pero esos datos no puede ocultar ni las ausencias ni las debilidades.
Entre ellas, la más reseñable es la débil presencia sindical, expresada tanto en la escasa
implicación de la DGB como en la ausencia de la Confederación Europea de
Sindicatos, más empeñadas en hacer lobbying que en construir una relación de fuerzas
a través de la movilización social.
Pero más allá de este dato (difícil de modificar en tanto que las organizaciones sindicales
más implicadas en la dinámica del movimiento no articulen espacios de trabajo
común), la movilización de Rostock refleja una débil dinámica de coordinación y articulación
del movimiento, tal y como conocimos, por ejemplo, en Praga o Génova. Esto
nos retrotrae al Foro Social Europeo de Atenas, a su Asamblea de Movimientos Sociales
y la necesaria reflexión autocrítica por no haber logrado situar la movilización contra
el G8 como el evento central en la agenda para este 2007 e impulsar desde entonces
un trabajo de coordinación, construcción de alianzas, etc., a nivel europeo.
En este sentido, Rostock replica de nuevo sobre los debates pendientes: articulación de
las iniciativas, construcción de alianzas (que implica un proceso estable, coordinado y
prolongado en el tiempo), las dinámicas de movilización (¿por qué no combinar las contracumbres
con iniciativas en los distintos países?), nexo entre foros, asambleas preparatorias
y movilizaciones, métodos de acción (desobediencia civil no violenta), etc.
Camino de 2008. Debates que es necesario incluir tanto en el proceso preparatorio
del FSE de 2008, como en la recién reinaugurada Red Mundial de los Movimientos
Sociales que se reunió en vísperas de las movilizaciones de Rostock para abordar el
impulso de la Jornada de Acción Global para el 26 de enero de 2008 acordada en el
FSM de Nairobi y trabajar para una mejor coordinación de los movimientos sociales.
La conclusión de la reunión fue la de destacar la importancia que tiene para los
movimientos superar con éxito el reto de esta Jornada de Acción Global (cuyas particularidades
será necesario adoptar por regiones, continentes o países, trabajando por
desarrollar iniciativas unitarias) y poner en pie un equipo de dinamización compuesto
por representantes de redes internacionales (Vía Campesina, CADTM, Marcha Mundial
de Mujeres...) y de los distintos continentes o regiones para impulsar esta iniciativa.
Todo el mundo es consciente de que el mejor banco de pruebas para construir la
Red de Movimientos Sociales es el impulso de esta iniciativa y a ello deberán dedicarse
los esfuerzos, sin menoscabo de otras iniciativas que puedan darse en los distintos
continentes o países.
Josu Egireun es miembro de la Redacción de VIENTO SUR
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