Y si..., pasan. Uno mira Bailando, Cantando, Patinando, y no ve sueños, más bien enfrenta pasados, dolorosos, ambiguos.
Moria no puede más con su juventud y su sexo orgiástico, que ya no son juventud ni sexo, son instinto de conservación, necesidad de que alguien la quiera, perversión de la mirada y el habla, lesbianismo en el apareamiento, gimnasia oral. La Casan no es más la joven Casanova, es la madre rechazada, la esposa inexistente, años perdidos entre sábanas mentirosas. Mentira toda ella.
Gra (la Alfano) ni siquiera puede hablar, colecciona furcios, mutis y vacíos, contradicciones, dice que Guevara era un "bomboncito", muerte ideológica, mientras la piel que se renueva y fornica es de otra, miedos y más ambigüedades. Deseos frustrados, pasado inexistente, nunca hubo gloria, ni la habrá.
Gerardo convive con el dolor de la pierna perdida,del negociante hábil que no puede ser feliz, ni sentirse aliviado; alcohol, juego, dinero, mafia, vejentud - ni siquiera antigüedad pura -.
Tinelli masculla y mastica sus falencias, pérdidas familiares, errores, horrores; no alcanza el "empresario exitoso" en un medio de bagayos. Quiere ganar a todo, llama a concurso y juega a su mujer, a la que tiene que soportar en poses de arrastre erótico con su concursante. ¿Qué más?
Moria hecha a Yuyito, Ritó, Celina; Alfano a su ridícula ex nuera. Pelean con todos, le quitan el papel de malo a Lafauci, símbolo del antiguo fracaso.
Todo hiede a restauración fallida, ¿hasta cuando soportará la gente?, seguirá...
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