lunes, 19 de noviembre de 2007

388/Retinas - Picotones entre la gallina y sus polluelos - Por Fernando Caputi

La Cumbre Iberoamericana celebrada en Santiago de Chile desarticuló el concepto por el que fue echado a andar, en su edición inicial, este evento periódico, vale decir, la retomada por España y Portugal, sobre los países sudacas, centracas y caribacas, de un ascendiente maternal a la manera de gallina con sus polluelos, ya ejercido en épocas de lejano y disputado colonialismo. Pero en el curso del plenario, la aparente relación de tutoría se vio permutada por picotazos de uno y otro lado.
Voluntariamente, la Madre Patria había metido su poco diplomática nariz en el diferendo uruguayo-argentino como facilitadora. Pero el tiempo transcurrido no le alcanzó para nada más que pedirle al gobierno Vázquez que demorara la superfundada autorización a Botnia de funcionar, a lo que se accedió hasta que, en irreprochable ejercicio de soberanía, se comunicara a la empresa finlandesa que su planta podía comenzar a echar humo. Fue cuando la corona y sus representantes fruncieron el ceño, facilitando intereses del otro lado del río, habitado por innatos ambientalistas sin título, que también echaron humo. Para completar, y como siempre, Carolina Cayazzo informó sobre el diferendo binacional sin nunca desplazarse a Uruguay, pues se limita a utilizar lo que, en el diferendo binacional, oye en Argentina.
Segundo episodio: la doble representación rey Juan Carlos de Borbón-presidente de gobierno José Luis Rodríguez Zapatero se enfrascó en subida vocinglería con un aprendiz vocacional de fidelcomiso a quien Su Majestad por dos veces ordenó “Cállate tú” por descalificar en vez de discrepar. Y éste, volviendo a adaptar libremente a su léxico el ideario de Artigas (Con la verdad –evitó mencionar “libertad”– no ofendo ni temo) hizo caso omiso, de repente imaginando que contra viento y marea él, muy pronto, también podrá ser mandatario eterno.
Desubicados unos. Zapatero, a tus zapatos de una vez. Es muy válido defender de los electos democráticamente, pero ya sabemos que se te escapan mentirillas como aquélla de asegurar que en España a los extranjeros se les trata bien y tienen garantías. El monarca, olvidando que sus órdenes reales terminan en Iberia. En cambio, al menos coherente con los pensamientos que por aquí ya sabemos tiene, el bolivariano del capitalismo populista.

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