martes, 25 de septiembre de 2007

276/Fototeca - Infierno y caracol - Agencias


Infierno en Filipinas. El fuego consume cientos de infraviviendas en la localidad de Jolo, al sur del país. Unas 5.000 personas han perdido su hogar.
Caracol. Escalera interior del Palacio de Chaillot en París, sede del nuevo museo de arquitectura Cité de l'Architecture.











275/Tendencias - Diez tecnologías en vías de extinción - Por Pablo Fernández

Una decena de aparatos, soportes y medios de comunicación condenados a desaparecer o a ser sustituidos por otros más avanzados.

20MINUTOS.ES.

Todas las tecnologías están condenadas a ser sustituidas en un momento dado por otras más avanzadas que cumplen la misma función de forma más eficiente y barata. Algunas tardarán años en dejarnos, otras pueden desaparecer de las tiendas en unos meses, y pese a ello languidecer en su casa acumulando polvo durante años. La que sigue es una recopilación de candidatas a la desaparición realizada por este redactor. Si quieres hacer tu propia lista prueba nuestra nueva herramienta, o realiza tus aportaciones en los comentarios.
1. El fax. El número de fax sigue figurando en muchas tarjetas de visita y en la sección de 'Contacto' de muchas webs, pero cada vez se utiliza menos. Es lento, incómodo y más caro que el correo electrónico. Aún así está por demostrar aún que el email vaya a ser capaz de firmar el certificado de defunción de una tecnología que empezó a utilizarse a principios del siglo XX. A su desaparición contribuirán la popularización de los equipos multifunción, que incluyen escáner, la creciente conciencia ecológica de la población y el hecho de que cada vez estemos más acostumbrados a imágenes de alta calidad. Poco tienen que hacer esos faxes borrosos contra un escaneado en alta resolución.
2. Las cintas. Sea realista. Jamás se pondrá manos a la obra para digitalizar todas esas cintas uve-hache-ese y casettes que llevan años cogiendo polvo bajo su televisor. Se habla de la cantidad de pesetas que no han sido transformados aún en euros, pero ¿alguien se ha parado ha pensar en la cantidad de cine y música que han quedado atrapados en los viejos soportes? Son pocos los que todavía no han introducido en el salón un reproductor de CD o DVD, y ni siquiera estos formatos parecen tener garantizada la supervivencia. Llegan los discos duros.
La fecha de defunción de la televisión analógica se ha fijado en el 4 de abril de 2010
3. Cedés y deuvedés.Los discos son el soporte de grabación y reproducción más populares del momento, pero los aparatos multimedia para basados en discos duros y en la propia red siguen ganando terreno. Descargar un archivos más cómodo que acercarse al vídeo club de la esquina, y una vez que la canción o la película está en el ordenador es mucho más fácil cortar y pegar a un reproductor basado en disco duro que intentar encajar el archivo en un CD. El precio por mega es además mucho más barato en el caso del disco duro. Si hablamos de reproductores portátiles no hay color: ya se ven pocos
discmans por la calle, el mercado de la música portátil está dominado por reproductores con memoria flash , como el iPod.
4. La televisión analógica. La televisión con cuernos no sólo está en peligro de extinción por el avance del cable y el satélite. En España su fecha de defunción ha sido anunciada y fijada por Ley. Llega la Televisión Digital Terrestre, y la analógica deberá "apagarse" según un calendario establecido por el Gobierno. La fecha prevista a nivel estatal para el cese total de las emisiones analógicas es el 3 de abril año 2010. A partir del 4 de abril de 2010 se emita sólo en digital.
5. Los teléfonos fijos.Mira tu factura de teléfono y responde a tres preguntas. ¿La manda una compañía de telefonía fija o móvil? ¿A qué tipo de número llamas más, al primero o al segundo? ¿A que ya sabes cual de las dos tecnologías está condenada a desaparecer? La explosión de los móviles es total en España, donde hay más de una línea de este tipo por habitante, y no es el único sitio donde eso sucede. Los países en vías de desarrollo han encontrado en la telefonía móvil un método para tender redes de comunicación más accesible que el costoso par de cobre. El 61% de los usuarios de móvil están en países en desarrollo , que es dónde más crece el número de líneas: sólo entre China e India han sumado 200 millones de suscriptores en el primer trimestre de 2007.
6. Las pantallas de tubo."Cuando yo era joven los televisores tenían culo ". Cuando pronuncie esta frase ante sus nietos éstos pensarán que está pensando en otra cosa, pero usted recordará claramente cuando el tubo del monitor se comía la mitad del salón y otro tanto del estudio. El abaratamiento de las tecnologías de plasma y LCD están provocando una migración paulatina hacia las televisiones y monitores planos, una tendencia a la que contribuye también el reducido tamaño de las viviendas de hoy en día. El precio de las televisiones 'culonas' se ha desplomado, pero los consumidores no tenemos ojos más que para las finas y estilizadas formas de las nuevas tecnologías. Para el año que viene será difícil, si no imposible, encontrar 'teles' de tubo en los comercios.
El número de hogares conectados a Internet con banda ancha se ha duplicado desde 2004
7. El módem de 56 Kbps."Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Pi Piiiiiiiiiii Piririririririiiiiii". El sonido nos retrotrae a los primeros tiempos de Internet, en los que conectarse era toda una demostración de paciencia, dadas las velocidades que alcanzaba el invento. ¿Que todavía no sabe a qué aparato nos referimos?
El modem de 56 Kbps es el dipositivo que situábamos entre el ordenador y la línea telefónica, y que en la actualidad no le permitiría disfrutar de servicios como YouTube sin acabar completamente desquiciado. Es cierto que todavía hay en España zonas rurales donde no han llegado aún el ADSL o el cable, y los 56 kbps son la única opción posible. También que los hogares con acceso a la banda ancha en España son ya el 32% del total. Pero si esa cifra sigue creciendo como en los res últimos años (el número de hogares con conexión de alta velocidad se ha multiplicado por dos), elmodem tradicional estará condenado al cajón o la papelera.
8. Las cámaras de película.Las cámaras analógicas han desaparecido de los escaparates y casi nadie recuerda ya cuando fue la última vez que llevó a revelar un carrete de fotos. Para 2010 el sector espera unas ventas de digitales de 104 millones de unidades , dejando en meramente anecdótico las ventas de las cámaras de carrete. Puede seguir haciendo su álbum de fotos en papel al volver de vacaciones, por supuesto, no es obligatorio que las cuelgue en Internet. Pero si lo hace podrá invitar a sus amigos a verlas en la Red, en lugar de engañarlos con citas trampa. Y los árboles se lo agradecerán.
9. Los cables.Puede parecer más un deseo que una realidad, pues los cables no terminan de abandonar nuestros hogares, pero no me negaran que vamos avanzando en este campo. Las tecnologías inalámbricas Bluetooth y el Wifi han liberado a nuestros ordenadores , teclados, ratones y teléfonos de buena parte del surtido de spaguetis que adornaba la mesa de trabajo, y con la conversión de nuestros aparatos multimedia del salón a digital pronto será posible unir la 'tele' con el vídeo o la consola sin necesidad de tanto cable. La última batalla en esta guerra se libra en el campo de la alimentación, pero la energía inalámbrica también está en camino. Es una guerra a largo plazo que, si las interferencias no lo impiden, perderán los cables.
10. El disquete."¿Pero no estaba ya muerto y enterrado?" Si, hace ya tiempo que en los ordenadores a la venta no se incluye una disquetera, pero pese a ello y a que predicciones que datan de 2004 decían ya que ésta y otras tecnologías acabarían desapareciendo, muchos se niegan a abandonarlas. Sigan usándolas pues, pero por favor, realicen copias de seguridad en otros soportes para cuando el dispositivo muera de verdad.

274/Tendencias - Carta dirigida para algunos periodistas peleados con la vida - Por: Carlos Alazraki

(MEJICO) - Estimados periodistas:Ya entendí por qué el periodismo está como está.Ya entendí por qué ha bajado el rating en los noticieros de la Tv, y por qué la circulación en algunos periódicos también.Y además, ya entendí que la razón principal de este bajón es porque ustedes tienen su propia agenda, la cual no tiene nada que ver con los intereses del consumidor.

Sólo así se entiende por qué llevan más de 1 año creando o inventando noticias triviales para vender más.Noticias bien amarillistas que cada día se parecen más a los noticieros de Houston o a los de Lincoln, Nebraska.Asesinatos, choques, chismes políticos, escándalos, han sido las noticias más importantes.Como por ejemplo la última noticia de los Fox en la revista Quién.A la que ustedes le dedicaron la crítica una semana completa.Se ve con claridad que muchos enemigos del PAN aprovecharon la oportunidad para rasgarse las vestiduras por la conducta “inmoral” de los Fox.

Como si los Fox hubiesen cometido el crimen del siglo.Muchos de ustedes saben que el fondo detrás de esa noticia, no era el comportamiento ilícito de ellos, sino más bien quisieron crear la percepción ante el público de que los Fox eran unos rufianes.Porque al final de la historia ustedes acusan a los Fox por haber comprado un Hummer, un Jeep y de haber arreglado su casa.Como si hubiese sido un gran pecado.Lo que hicieron con los Fox es mucho más exagerado de lo que ellos hicieron.Y les aclaro que no los estoy defendiendo, simplemente pretendo escribir lo que veo y lo que siento.

Es una gran cantidad de mala leche de muchos de ustedes, para perjudicarlos, como perjudicaron a otros actores de la política.Como por ejemplo cuando la prensa de la izquierda difamó con todo a Carlos Ahumada, a Roberto Madrazo, a Óscar Espinoza y a muchos políticos más.Y también vi cómo la prensa de la derecha hizo trizas a López Obrador y ahora va con todo contra Marcelo Ebrard.

Todo, con el fin de destruir, no de construir.Todo para vender más y aumentar su audiencia.Sea por consigna o sea por placer.Y saben, lo que más me llamo la atención, fue que muchos de ustedes se pasaron alabando a Fox o a López Obrador en el sexenio pasado y ahora los traicionaron.Y todo, por intereses ocultos e intereses oscuros.Entiendo que en la lucha por el poder, se vale luchar con todo.Pero llegar hasta donde han llegado... raya en lo increíble.A nosotros los consumidores, no nos importan los chismes.Para eso hay programas de la TV que los cubren muy bien.A la mayoría de nosotros nos interesa informarnos con objetividad, nos interesan los análisis serios y los hechos comprobados.No la fabricación de chismes y mentiras.
Odiamos la fabricación de noticias para que ustedes vendan más.Odiamos a los políticos y odiamos la primera sección.De hecho, no sé si están enterados que gracias a sus noticias e información de “primera mano”, la primera sección es una de las secciones menos leídas.Yo les recomiendo que cambien su actitud.Que le bajen a su mala leche.Que escriban con mayor seriedad y mayor objetividad.Que construyan y no destruyan.Sólo así aumentarán su circulación.Y sólo así dejarán de preguntarse...Qué raro... ¿Por qué no me habrán leído?
Mi correo es:carlos@alazraki.com.mx

273/Recibido - CONCIENCIA BASAL DEL CUERPO - Enrique Baubeta

Es una forma de trabajo con el cuerpo creada en Suecia, por la Fisioterapeuta Gertrud Roxendal.
Consiste en movimientos sencillos, de fácil aprendizaje. Allí se integran el movimiento y la respiración, resultando en un poderoso mejoramiento del equilibrio y de la capacidad de concentración.
La Conciencia Basal del Cuerpo (BK), integra la práctica de antiguas técnicas orientales como el Tai-Tji-Chuan y la meditación Zen con prácticas occidentales más modernas, elaboradas por el pedagogo francés de baile Jacques Dropsy y la Fisioterapeuta sueca Gertrud Roxendal.
La Conciencia Basal del Cuerpo, es apta a todo tipo de persona que desee mejorar la postura, el equilibrio y la concentración. Quien pueda caminar media hora diaria, está en condiciones de entrenar BK.

En Uruguay, el Fisioterapeuta Enrique Baubeta García, graduado en la Universidad de Lund, Suecia da clases de Conciencia Basal del Cuerpo, tanto a domicilio como en consultorio.
También realizo talleres y dirijo clases grupales.
El criterio de tener “los pies sobre la tierra” está también presente a la hora de convenir precio.
Por una información más pormenorizada tome contacto con:

Enrique Baubeta García
e-mail:
enridabau@hotmail.com
Tel. 712 56 23
Cel. 099- 967 251

¡BIENVENIDO!

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lunes, 24 de septiembre de 2007

272/Fototeca - Libertad Cagancha - SB



Tres, ¿dónde está la plaza?, ¿dónde está la libertad?...


271/Dossier - El silencio como ideología - Marcel Marceau - Recop. Roberto Bussero y Tulio L. Bonfiglio











"La pantomima es un arte que hipnotiza. Es un lenguaje universal" (MM)

Un lugar menos para la sonrisa (Fausto Triana)

El mundo tiene hoy un lugar menos para la sonrisa inteligente: ha muerto Marcel Marceau. Reconocido como el más grande mimo del mundo y posiblemente de la historia, Marcel Mangel, nacido en Estrasburgo, Francia, en 1923, falleció a los 84 años de edad, rodeado de sus seres más queridos, ayer sábado en un lugar no precisado.
Creó muchos personajes emblemáticos, al calor de su inspiración en figuras internacionales del cine mudo como Charles Chaplin, Buster Keaton y Laurel y Hardy, pero tal vez Bip fue una suerte de alter ego con su rostro de payaso y chistera desvencijada.
Alumno de la escuela de teatro "Sarah Bernhardt" de París, donde tomó cursos de pantomima de Etienne Decroux, Marceau hizo célebre entre sus obras de un vasto repertorio Adolescencia, madurez, vejez y muerte.
"Logró en menos de cinco minutos lo que la mayoría de los novelistas hacen en volúmenes", dijo un crítico francés fascinado con ese poder de síntesis y expresividad que siempre caracterizó a Marceau.
Sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial, donde se alistó con las tropas aliadas, Bip, como llegaron a llamarle cariñosamente por su entrañable personaje, descolló también por sus papeles en El fabricante de máscaras y El jardín público.
Para quienes lo vimos actuar, Marceau tenía el don de convocar a una sonrisa reflexiva y profunda, hurgaba en las nostalgias del alma sin ser demasiado incisivo y terminaba siempre con un mensaje cuando menos conmovedor sin dramatismos.
Después de recibir en 1948 el premio Deburau (en memoria de Pierrot), uno de los tantos en su carrera, fundó su compañía de pantomima y se presentó en los mejores teatros de París, Europa, Canadá y América del Sur, y más adelante en Estados Unidos.
Desde Bip, hasta un camarero malhumorado, un domador de leones o una mujer que teje, era de esos artistas que conquistaba al público a primera vista o provocaba bostezos.
Generalmente encantaba, como lo hizo en su gira de despedida a los 82 años de edad, todavía con una increíble versatilidad histriónica de la mímica por Cuba, Colombia, Chile y Brasil.

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Mago del silencio (AFP)
El mimo francés Marcel Marceau, el más célebre del mundo, considerado el Charles Chaplin de las tablas, murió el sábado a los 84 años de edad, tras más de seis décadas de actuación. Gracias a "Bip", su personaje fetiche, un Pierrot de gestos aéreos, rostro blanco y boca rojo sangre, Marcel Marceau se dio a conocer en los teatros del mundo entero. El primer ministro de Francia, François Fillon, saludó "al artista, al maestro, al resistente" que "encarnará para siempre al payaso melancólico y poético que era su doble". Con su muerte "Francia pierde a uno de sus más eminentes embajadores", declaró por su parte el presidente francés Nicolas Sarkozy, mientras que la ministra de la Cultura, Christine Albanel, rindió homenaje a quien encarnaba el mimo "con poesía y ternura en las escenas del mundo entero". Nacido el 22 de marzo de 1923 en Estrasburgo (este de Francia), Marcel Marceau llevó el arte del mimo a cumbres nunca alcanzadas paseando por el mundo a "Bip", el mítico Pierrot moderno que creó en 1947. "Entra en nuestras casas con paso de ladrón y con el terrible descaro del claro de luna", solía decir el artista francés Jean Cocteau de "Bip", un chiflado de rostro blanco y ojos de sorpresa con la boca desgarrada de un trazo rojo, presa de las dificultades del mundo moderno. Admirado como par de Charlie Chaplin y Buster Keaton en Estados Unidos, venerado en Japón, pero también en América Latina o en Rusia, el inventor de la marcha contra el viento había inspirado el estilo de baile "Moonwalker" de Michael Jackson e influenciado al bailarín ruso Rudolf Nureyev. De apariencia frágil pero con gran vivacidad, Marceau fue el artífice del renacimiento, tras la Segunda Guerra Mundial, del arte de la pantomima, que había sido opacado por el cine mudo de Chaplin, Keaton o El Gordo y el Flaco (Laurel y Hardy). Unica 'troupe' de mimo en el mundo en los años 1950 y 1960, la Compañía Marcel Marceau actuó en los principales teatros de Francia y del extranjero, cosechando un gran éxito. De 1969 a 1971, Marceau animó la Escuela Internacional de Mimo, antes de crear la Escuela Internacional de Momodrama en París en 1978. Reconocido en todo el mundo por su versatilidad teatral mímica, Marceau fue nombrado Embajador de Buena Voluntad de Naciones Unidas sobre el Envejecimiento, y se hizo merecedor de una gran cantidad de premios, incluyendo el Deburau (1948), además de dos premios Emmy por sus programas de televisión. A principios de la década, Marceau todavía realizaba unas 250 representaciones por año en todo el mundo. Durante un encuentro fortuito con Charlie Chaplin en 1967 en el aeropuerto Orly de París, Marceau había imitado a Charlot con su peculiar andar y su bastón, antes de besar a su "dios" con lágrimas en los ojos. Hijo de un carnicero que murió deportado al campo de concentración nazi de Auschwitz, Marceau había entrado en la Resistencia francesa en 1944. "La gente que volvía de los campos de concentración no podía hablar, no sabía cómo contar. Yo me llamo Mangel y tengo orígenes judíos. Tal vez eso haya influido inconscientemente en mi elección del silencio", confió en una entrevista al diario francés Le Monde en 1997.
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Le imprimió poesía al silencio (El Universal, Méjico)
Marcel Marceau murió el sábado en París, el ex asistente de Marceau, Emmanuel Vacca, anunció la muerte en la radio France-Info, sin dar detalles sobre la causa.
Con su rostro pintado de blanco, sus zapatos blandos y un sombrero maltrecho coronado con una flor roja, el famoso mimo abarcó toda la gama de las emociones humanas en el escenario durante más de 50 años, sin pronunciar palabra.
Fuera del escenario, era un parlanchín connotado. “Nunca hagas hablar a un mimo. No se detendrá”, dijo alguna vez.
Marceau, judío francés, sobrevivió a la invasión de los nazis. Trabajó también con la resistencia en Francia para proteger a los niños judíos del Holocausto.
Actuó incansablemente por todo el mundo hasta una edad avanzada, sin perder su agilidad jamás y sin salirse de su estilo. En uno de sus actos más punzantes y cargados de filosofía: “Juventud, madurez, vejez y muerte”, mostraba sin palabras el paso de toda una vida en cuestión de minutos.
“¿Acaso los momentos más conmovedores de nuestra vida no nos encuentran sin palabras?”, preguntó en una ocasión.
Su padre, Charles, un carnicero que cantaba con la tesitura de barítono, hizo que su hijo conociera el mundo de la música y el teatro desde temprana edad.
El chico adoraba a las estrellas del cine mudo de la época: Chaplin, Buster Keaton y los Hermanos Marx.
Cuando los alemanes invadieron el oriente de Francia, Marceau y su familia tuvieron que empacar sus bienes en cuestión de horas. Huyó al suroeste de Francia, donde se cambió el apellido a Marceau, para ocultar su origen judío.
Con su hermano Alain, Marceau participó en la resistencia francesa. Alteró cédulas de identidad de varios niños, cambiando las fechas de nacimiento, para que los alemanes pensaran que no podían deportarlos por ser muy pequeños.
Dado que hablaba inglés, fue reclutado como agente de enlace con el ejército del general George S. Patton. En 1944, el padre de Marceau fue enviado al campo de exterminio de Auschwitz, donde falleció.
“Sí, lloré por él”, recordó Marceau sobre la muerte de su padre. Pero también reflexionó sobre los otros muertos. “Entre los niños quizás estaba un Einstein, un Mozart, alguien que hubiera descubierto una droga contra el cáncer”, dijo a la prensa en el 2000. “Por eso tenemos una gran responsabilidad, la de amarnos los unos a los otros”.
Cuando París fue liberado, comenzó la vida teatral de Marceau, quien se inscribió en la Escuela de Arte Dramático de Charles Dullin, para estudiar con el renombrado mimo Etienne Decroux. En un pequeño escenario en el Theatre de Poche, buscó perfeccionar el estilo de mimo que se convirtió en su sello inconfundible. Había nacido Bip, el personaje de Marceau en el escenario.
Alguna vez, Marceau dijo que Bip era el álter ego de su creador, un doble de cara triste cuyos ojos se iluminaban con asombro infantil al descubrir el mundo. Bip era un descendiente directo del arlequín del siglo XIX, pero según Marceau, sus gestos de payaso estaban inspirados en Chaplin y Keaton.
Marceau comparó su personaje con un Don Quijote de la era moderna, solo, en un mundo frágil lleno de injusticia y belleza. Vestido con un traje blanco de marino y un sombrero alto con la rosa, Bip perseguía mariposas y coqueteaba en las fiestas. Fue a la guerra y ofició una boda. En un famoso número, Jardín Público, Marceau interpretó a todos los personajes de un parque, desde niños pequeños que jugaban a la pelota hasta mujeres que tejían.
En 1949, la nueva compañía de pantomima de Marceau era la única de su tipo en Europa. Pero fue sólo después de una exitosa gira por Estados Unidos, a mediados de la década de los cincuenta, que Marceau se ganó la aclamación mundial que hizo de él una estrella internacional.
Simple y llanamente, había revivido el arte de la pantomima. “Siento que hice por la mímica lo que (Andrés) Segovia hizo por la guitarra, lo que (Pablo) Casals hizo por el cello”, dijo Marceau en una entrevista.
En las décadas recientes, llevó a Bip de México a China, pasando por Australia. Apareció también en el cine. Su actuación más famosa fue en Silent movie, de Mel Brooks, donde tenía sólo un parlamento: “¡No!”.
Cuando fue envejeciendo, Marceau siguió actuando con la misma calidad y agilidad que lo hizo célebre. Además de sus condecoraciones de la Legión de Honor y de numerosos reconocimientos, fue invitado a ser embajador de la buena voluntad de las Naciones Unidas para una conferencia sobre la ancianidad, realizada en el 2002.
“Si uno se detiene cuando tiene 70 u 80 años, no puede seguir adelante”, dijo en una entrevista en el 2003. “Hay que seguir trabajando”.
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Alumno de Etienne Decroux, pionero del mimo moderno, fue monitor de arte dramático en París y al terminar la contienda mundial ingresó en la compañía de Madeleine Reanud y Jean Louis Barrault donde destacó con su papel del Arlequín, en una pantomima llamada Bautista. Su descubrimiento internacional no se produjo hasta 1955, a raíz de un contrato temporal en Estados Unidos. A partir de entonces se sucedieron las giras por toda Europa y América. Actuó en los mejores teatros del mundo y en 1978 creó con sus propios discípulos la Escuela Internacional de Mimodrama, en la que se ha enseñado no sólo mino -para garantizar el relevo en este arte escénico-, sino también danza y acrobacia de bastón o teatro con la vista puesta en lo que él mismo calificó de la "creación total" .
Su energía y su constitución le permitieron continuar actuando casi hasta el final de sus días. En noviembre de 1997 había celebrado con gran éxito en París sus 50 años de trabajo con el espectáculo Pantomimes de Bip y Le chapeau melon.
Pero no dejó de subir a los escenarios y así en 2000 organizó una gira bajo el título Les Premiers Adieux de Bip (La primera despedida de Bip) a la que siguió en 2002 Le retour du mime Marceau (La vuelta del mimo Marceau) e incluso una nueva gira en 2005 por Latinoamérica con Le meilleur de Marceau (Lo mejor de Marceau) .
Galardonado en Francia con las mayores condecoraciones oficiales -Oficial de la Legión de Honor, Comendador de las Artes y las Letras y Gran Oficial de la Orden Nacional del Mérito- era miembro también de la Academia de Artes de Berlín y Múnich, y del Prestigioso Instituto de Francia.
Era además doctor honoris causa de las universidades de Princeton, del Estado de Ohio, Lindfield College, Ann Arbor (Michigan) y Ricardo Palma (Perú) .
Había recibido las llaves de honor de ciudades de Nueva York, Los Ángeles o San Juan de Puerto Rico (1994) , y la Orden Generalísimo Francisco de Miranda de Venezuela, en octubre de 1996 entregado a actividades sociales. Fue embajador de buena voluntad de la UNESCO y miembro de la Asociación Francia-Checoslovaquia.
El Charlie Chaplin del mimo, que estuvo casado tres veces y era padre de cuatro hijos. Tuvo dos notables incursiones en el cine como actor, con Roger Vadim en Barbarella (1968) y con Mel Brooks en La Dernière folie (1976).
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Wikipedia
Primeros años y entrenamiento: A los 15 años de edad, él y su familia, pertenecientes a la religión judía, fueron obligados a dejar su hogar cuando tropas alemanas invadieron Francia durante la Segunda Guerra Mundial. Más adelante se unió a las fuerzas de liberación francesas comandadas por Charles de Gaulle, además debido a su excelente inglés trabajó como oficial con los aliados norteamericanos comandados por el General Patton. Contrajo matrimonio tres veces y tuvo cuatro hijos.Marceau se interesó en la actuación luego de haber visto a Charles Chaplin. Al término de la guerra se matriculó como estudiante en la academia de arte dramático Charles Dullin en el teatro de Sarah Bernhardt de París, donde recibió clases de maestros como Charles Dullin y el magnifico Etienne Decroux, quien también enseñó a Jean-Louis Barrault. Al darse cuenta del excepcional talento de Marceau, lo invitaron a unirse a su compañía y le dieron el rol del Arlequín en la pantomima titulada Baptiste - donde Barrault se interpretaba a sí mismo en la película mundialmente famosa Les Enfants du Paradis. La actuación de Marceau le ganó una fuerte aclamación que lo incentivó a presentar ese mismo año su primer mimodrama llamado Praxitele and the Golden Fish, en el teatro Bernhardt. El público lo aclamó unánimamente por lo que la carrera de Marceau quedó a partir de ese momento firmemente establecida.

Carrera y personajes característicos: Marceau creó en 1947 a "Bip", el payaso con un suéter a rayas y con un maltratado sombrero de copa decorado con una flor (que representaba la fragilidad de la vida) y que se convirtió en su alter ego, similar al "vagabundo" de Chaplin. Las desventuras de "Bip" con todo lo que le rodeaba, desde mariposas hasta leones, barcos y trenes, en pistas de bailes de restaurantes, no tenían límites. El estilo de la pantomima de Marceau no ha tenido par, sus ejercicios silenciosos que incluyen las clásica representaciones de la caja, caminando en contra del viento, el hacedor de máscaras, en el parque y sátiras de todo tipo, desde escultores a matadores, han sido descritas como geniales. Respecto al avance de la edad su pieza "Joven, maduro, anciano y muerte", un crítico ha dicho que "logra en menos de dos minutos lo que la mayoría de los novelistan no logran en volúmenes".
En
1949, siguiendo su recibo para el renombrado premio Deburau (establecido como monumento conmemorativo en el siglo XIX por el Señor de los mimos Jean-Gaspard Deburau) para su segundo mimodrama "Muerte antes del amanecer". Marceau formó su propia compañía de mimos, la única compañía de pantomima en el mundo en esa época. El grupo actuó en los más reconocidos teatros parisinos como el Teatro de los Campos Eliseos, el teatro del Renacimiento y el de Sara Bernhardt, así como en otros escenarios del mundo. Durante los años 1959 y 1960, se realizaron retrospectivas de sus mimodramas, que incluían la famosa obra de Gogol "Sobre todo", que estuvo en cartelera por un año completo en el Teatro Amibigu de París. Marceau produjo 15 mimodramas, incluyendo el Pierrot de Montmartre, Las tres pelucas, la tienda de títeres, el 14 de julio, el Lobo de Tsu Ku Mi, París llora, París ríe y Don Juan, obra adaptada del escritor español Tirso de Molina.
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"Donde no hay gramática el arte no existe"
Maestro, ¿qué es un mimodrama?
Los mimodramas pretenden ser un mero reflejo, una manera de transmitir la tragedia, la violencia, la injusticia, los placeres y todos los valores de la sociedad. Para encontrar el espíritu del mimodrama hay que acudir a las raíces de la historia y analizar todas las influencias que he recibido, luego procuro aunarlas todas, interiorizarlas. Los actores, igual que los periodistas, somos los historiadores del ahora. El mimo es teatro profundo con una gran carga de corporalidad, en el que la máxima dificultad pasa por crear un mundo que no existe, por hacer visible lo invisible. Personalmente, he consagrado mi vida a crear un estilo propio, inventando una gramática y un lenguaje propio de los mimos, porque donde no hay gramática el arte no existe.

¿Cómo es eso?
Pues mira, eso es algo que se puede vincular al secreto del gesto. Cuando hay una gramática es cuando aparece el arte; hay una gramática para la música, para la palabra, para la ciencia, para la familia, para comunicarse. Cuando me decidí por el teatro, en un primer momento mi intención era volcarme en el teatro hablado, pero me encontré con Etienne Decroux y él me demostró que yo era un mimo nato. Durante mi infancia sentí una profunda admiración por Chaplin, Buster Keaton y Laurel y Hardy. Ellos crearon el mimo en el cine, y no porque fuera cine mudo, sino porque su procedencia era el music hall. También admiré mucho a Pierrot. Hoy por hoy, tras seis décadas pisando escenario, sigo pensando que mi don es un misterio, el misterio de la creación. Supongo que es una cuestión de sensibilidad profunda y a la vez de sentirse identificado con el público, porque el arte no consiste en buscar placer, sino en complacer al público.

¿Qué denuncian sus melodramas?
La miseria, la violencia. Con la edad se han ido haciendo más profundos, más duros. Yo practico el mimodrama del silencio y sólo doy gritos de silencio, algo muy difícil de hacer en un mundo donde todos hablan como metralletas; a veces me siento como un artista contracorriente. El día que yo ya no esté, Bip será memoria viva y dará testimonio del siglo XX. Mientras tanto, como soy un simple mortal, mi papel consiste en estar al frente de la compañía y empujar a mis discípulos al frente.

Entonces, si le parece, podemos hablar del silencio.
Suelo decir a mis alumnos que el silencio es una imagen que nosotros creamos con nuestro cuerpo y que debemos emplear para fundirnos con todos los elementos, para traducir lo humano. De hecho, no se puede crear sin el silencio. Soy un cómico profundo que habla de tragedias profundas, y para meditar sobre ellas es necesario un clima de silencio absoluto. Como persona no soy locuaz, pero sí elocuente. Hemingway decía que cuando escribes no debes de poner ni una sola palabra de más. Y eso también vale para la música y para el pensamiento. En el mimo el gesto es esencial, y es a través de posiciones estáticas como somos capaces de captar el peso del alma. Cuando no se habla no se puede mentir, es la hora de la verdad. Explicar, teorizar, eso sí me gusta, porque me identifico mucho con el papel de maestro, con el hecho de legar el arte a mis discípulos. En todos estos años me ha congratulado mucho poder comprobar el papel que iba ocupando el mimo en el mundo.

¿El silencio es, aquí y en todas partes, el lenguaje del respeto?
Del respeto y de la reflexión. En todos los países entienden el lenguaje del mimo igual que la música o la danza, pero el silencio del cuerpo no existe. El cuerpo genera música, la música del alma. El mimo conecta profundamente con la mitología del ser humano, ha atravesado todas las culturas. Realmente entramos en un lenguaje gestual que establece el combate del hombre, es un arte de identificación, de metamorfosis. Tu país no es un país silencioso, pero una de sus figuras más representativas de cara al exterior, el torero, tiene mucho de mimo. El torero asume el peso del toro sobre él, y cuando se acerca a matar su forma de caminar no puede ser ridícula, porque estamos reflejando un acto de valor. En el momento de la muerte, la plaza guarda un respetuoso silencio, un silencio sobrecogedor.

¿La palabra puede llegar a ser peligrosa?
No, no podemos decir que sea peligrosa, yo amo las palabras. Las palabras dan la imagen del pensamiento, como cuando lees un libro y estás creando una historia en la cabeza. Ningún arte es más fuerte que otro y todos tenemos nuestros límites, pero a través de ellos hay que ser ilimitado en la búsqueda de la perfección del movimiento, porque nuestro interés es llegar a emocionar. La música, por ejemplo, no te explica nada, no te muestra ninguna imagen, pero a través del sonido llegas a emocionarte. Hace años, yo decidí emocionar sin decir una sola palabra. La palabra tiene más posibilidades de expresión; puede mentir, tener doble sentido y doble intención. El mimo debe sujetarse a un proceder claro y visible. No debe proponer enigmas. Debe ser inmediatamente entendido y atrapar al espectador por las formas, la belleza y el contenido del mensaje. A la pantomima se le imponen límites, pero no es pobre en posibilidades. Cada arte tiene sus fuentes secretas, y dentro de sus leyes la pantomima es rica, aun cuando existan cosas que no puede expresar. No puede mentir, por ejemplo. En todo caso dispone de la fuerza de la sugestión

¿De qué medios dispone para fijar sus ideas o visiones?
El director teatral tiene el texto, el director de orquesta, la partitura.

¿Cómo los retiene usted?
Tenemos una gramática según la cual fijamos lo hallado, una gramática para la gente del oficio. Un libro sobre la gramática de la pantomima no sería de utilidad para el público, puesto que hablamos de un arte de actitudes. Películas que muestren la técnica y el dominio corporal del mimo son a mi entender mucho más útiles. Ocurre como con la prestidigitación: cualquiera puede aprender los secretos de la magia, pero para ser un prestidigitador hace falta otra cosa. Lo importante es que haya libros que enseñen la historia del mimodrama y expliquen lo que la pantomima quiere expresar.

¿Qué relación hay entre la pantomima y la danza?
La pantomima y la danza son hermanas, pero ambas son un pretexto para mostrar la técnica del mimo o el bailarín. Ya era así en tiempos de la danza clásica, como en Sílfides. Cuando la pantomima relata una historia, también lo hace para mostrar las posibilidades físicas del mimo y su conocimiento estético. La pantomima se diferencia de la danza sólo en las reglas del juego. El bailarín flota en el aire, el mimo permanece en el suelo, por eso su arte lleva todos los caracteres del arte dramático: peso, profundidad, agitación externa e interna. Ambas artes se influyen mutuamente.

¿Para sus temas sigue usted sólo su intuición?
Un tema no consta sólo de intuición. Al comienzo se halla, naturalmente, la inspiración inexplicable, pero yo creo que el artista debe tener una mirada calma y fría para con su obra, y juzgarla con neutralidad, pues es peligroso crear partiendo del impulso de la pasión. Los malos escritores escriben en el impulso. Los buenos permanecen fríos.

¿Qué tiene Marcel Marceau de Bip?
Bip es un Quijote contemporáneo que se enfrenta a los molinos de la vida actual. Los rasgos específicos de Bip son abstractos, él vive en un mundo abstracto. Bip es seguramente una parte de mí mismo; nunca he sido un vagabundo como él, no he sido un bombero y tampoco he trabajado en un circo, pero he sido soldado como él y también he estado enamorado. Soy un testimonio de mi observación sobre la vida. En el fondo, Bip es como una enciclopedia sobre la historia de la humanidad que intento transmitir con este arte de mi cuerpo.

270/Ponencia -Periodismo y literatura - Francisco Umbral (Madrid, 1935-2007)


Don Francisco de Quevedo rasga el papel con su pluma de buitre, en el sotabanco de los mesones, y llena su siglo XVII de obras jocosas y escritos satíricos, críticos, costumbristas, muy plásticos de escritura y vivos de traza, que son siempre folios cortos, de la dimensión de una columna de periódico actual, pues Quevedo estaba inventando el periodismo dos siglos antes. Era un periodismo de mano en mano, de copia y difusión verbal o manuscrita, que volaba por Madrid y se leía en las escalinatas de San Felipe. El periodismo, pues, nace como género literario -siempre lo ha sido- y mantiene a los ciudadanos avisados, a las putas advertidas y al Gobierno inquieto.

En el siglo siguiente, el XVIII, Voltaire incurre en ese género corto y satírico, literario y faltón, que resultó ser la más lograda, vocacional y eficaz de sus dedicaciones, abundando en el vicio quevedesco con un oreo de salón que le distancia de los mesones del madrileño. Lamartine, en el XIX, poseedor ya de la noción de periódico, escribe: "Voltaire dio al francés el instrumento de la polémica, creó la lengua improvisada, rápida, concisa, del periodismo".
He aquí, pues, lo que estaban haciendo nuestros dos clásicos, el español y el francés: periodismo sin saberlo. También Quevedo es improvisado, rápido, conciso, y muy pariente de intenciones con Voltaire, aunque predecesor.
El periodismo, según esto, no nace sólo como hoja agraria (yo mismo empecé dando las cotizaciones del mercado de granos a El Norte de Castilla de Miguel Delibes, al que reconozco como mi primer maestro periodístico), pero como pájaro ciudadano, gorrioncillo de Corte, artista de dimes y diretes. Tiene el periodismo moderno, pues, dos orígenes, el informativo y el crítico, el rural y el cosmopolita, y padres o padrinos tan levantados que no podemos seguir dudando de la dignidad literaria del género.
Pero estas dignidades y otredades que hoy me erigen y edifican, asimismo vienen de la Filología, de la cual diré dos palabras, que son de Ortega y dirigidas al gran filólogo alemán, Curtius. Ortega decide muy joven consagrarse filólogo, para desde ahí abarcar el mundo, el hombre y el pensamiento, a partir de la palabra/cosa, como Heidegger. Sostiene Ortega que la Filología no puede quedarse en ciencia del objeto/palabra, sino desplegar la palabra en toda su magnitud antropológica de significación, de lo cual vendrá una explayación del mundo y del hombre, que ha hecho el lenguaje, aunque quizá sea al contrario. He aquí, pues, los manaderos de mi pensamiento y de mi periodismo, que ahora se dignifica. Mi primer libro, 1965, fue una biografía de Larra, que primero pensé subtitular "El chaleco de tisú de oro", como luego he subtitulado a Valle-Inclán "Los botines blancos de piqué". Quiero decir que el periodismo literario, donde la nota plástica sustituye a la foto, o se anticipa a ella, ha sido siempre el mío, y en estos títulos está su origen.
Larra inaugura en España el artículo de costumbres y de malas costumbres, que escribe por las mañanas en su solitud de la calle de Santa Clara, Madrid de los Austrias, luego de los Borbones, y a seguido de la escritura se viste de dandy, como afrancesado que era, y pasea hasta la cosmopolita calle de la Montera, llegándose a Sol, corazón de las Españas, donde ladran todos los perros de la literatura y de la política, todos los perros de los vendedores de perros, y, como luego diría Ramón, en su clariver, "todavía flotan las almas de los sablistas muertos".
Mesonero y Larra son costumbristas, sólo que Larra es un costumbrista de las malas costumbres, un crítico, y tan verídico es Larra que la última vez que fui a verle, febrero, frío, Sacramental de San Justo, con Espronceda y otros, al lado de allá del río, me acudió un ejecutivo de la muerte, con brisas de peluquería, a venderme mi propio nicho, y me dejó la tarjeta por si acaso, "nunca se sabe", dijo.
Los del 98, después de Jovellanos, que hacía planes quinquenales en verso y artículo, se producen mucho en el periódico, primero por necesidad económica y luego por llegar a la gente que no lee libros. Lo mismo que hoy, o sea. Menos mal que el periódico ya era un género literario. El que más escribe en los periódicos es Azorín y el que menos Baroja. Valle-Inclán sostiene que "el periodismo avillana el estilo", pero no deja de colaborar.
Unamuno también colabora mucho en los periódicos de Madrid, lo primero para clavar su pluma de morabito en el corazón de España y luego para pagar la pensión de un hijo que tenía estudiando medicina en Madrid. A fin de mes el chico cobraba las colaboraciones de papá e iba tirando. Alguna vez se ha conmovido España por un artículo de Unamuno que sólo estaba escrito pensando en el pupilaje del niño.
Pero el que mejor encaja en el artículo de periódico es Azorín, por los límites y el carácter de su prosa. A mí me lo dijo en una entrevista, detrás de las Cortes, en su casa como de médico famoso de la literatura:
- Yo soy hombre de un solo folio.
Se levanta al alba y escribe a mano o en su vieja máquina, contra los amaneceres ruidosos y clarísimos de Madrid, su folio con destino a un periódico u otro, que Azorín fue muy chaquetero y estuvo a bien con todos. El periódico es una necesidad económica para los escritores de entonces, por supuesto, pero también es una necesidad profesional, vocacional, que ya hemos visto cómo Quevedo y Voltaire, articulistas sin el molde del periódico diario, dejan sus artículos al ventestato de la calle.
De modo que para hacer literatura en el periódico no basta con necesitar dinero, sino que hay que pulsar este género literario como el solo de violín del periodismo, como un soneto con sus reglas y medidas. Hay grandes escritores que nunca han sabido escribir un artículo y hay articulistas que nunca han dado la medida de otro género, como el narrador en corto, que tiene más que ver con el poeta que con el novelista.
Después del 98, ahí está Ortega confesando que escribe artículos para vivir, y esos artículos se convierten en libros, como "La rebelión de las masas" y tantos. Ortega -que nació en una linotipia-, maldice de ese género "alimentario", pero luego hace con los artículos alimentarios un libro tan coherente como el citado y otros. Ortega tiene la clave del artículo, porque sabe jugar en un recuadro con una metáfora, una idea, una noticia, una imagen, una actualidad alarmante y una anécdota.
Los escritores puros piensan quizá que eso no vale, pero luego resulta que el público lee, asimila y se educa con estos artículos de Ortega, porque el que es filósofo segrega filosofía siempre, y el que es poeta segrega lirismo siempre, y el que es sabio segrega sabiduría. Los periódicos de principios de siglo, aquí como en Francia, están llenos de literatura periodística, que no es otra cosa que literatura. Ortega escribe en la mesa del comedor de su casa hasta que su esposa le dice que retire esos papelajos, que va a poner la mesa para comer. No puede haber mayor ni más hermosa confusión entre la literatura y la vida. La menesterosidad literaria de España da lugar a un género nuevo que ya estaba, como hemos visto, en Quevedo y Voltaire. Quizá lo que hoy llamamos columna sea el más moderno de los géneros literarios.
En este siglo XX que ahora se apaga sólo se han inventado dos géneros literarios: la greguería y la glosa. Y ambos géneros nacen en el periódico. Voz nemorosa, ceja o selva negra, ya dijo don Manuel Azaña que a Eugenio d'Ors le preocupaba mucho la manera de mirar. Pero no sólo, añadimos, la manera de mirar a las mujeres o a los ángeles, sino la manera de mirar el mundo y sus literaturas. La glosa de Eugenio d'Ors es el resto de un naufragio. Ni filósofo reconocido, ni poeta ni narrador, d'Ors es todas esas cosas en catalán, francés y español, dentro de un recuadro de periódico. Porque la urgencia y cotidianidad del periódico le permiten lo que no le permitían las otras artes: la ironía. D'Ors, en su hercúleo diario íntimo de los periódicos, que es menos pedante que el de André Gide y menos beato que el de François Mauriac, hace la nota urgente, periodística, de la actualidad, siempre en clave de pensador y siempre en clave de ironista. Para los catalanes fanáticos y graves era demasiado. Sólo en un periódico fascista de vuelta, el Arriba de Madrid, que no se hacía en una redacción, sino en un café, el Comercial de la Glorieta de Bilbao, cabía y funcionaba la ironía volteriana y católica de Eugenio d'Ors. Sólo un periódico con loro, como las casas de lenocinio, podía entender el escepticismo ilustrado de d'Ors, y de colegas como Ismael Herráiz, director con la pistola sobre la mesa.
Eugenio d'Ors aporta al periodismo un tonelaje de filosofía y de humor, una cultura pasada por la calle, pasada y paseada, haciendo familiares los grandes nombres a los lectores de periódico. Todo el periodismo literario que se ha hecho después de d'Ors, o se asemeja a la glosa o cae en el editorial.
Ramón Gómez de la Serna, antes del gran periodismo gráfico, pone en los periódicos la plástica de sus greguerías, que son como fotos surrealistas de lo que pasa. Hemos cantado a Ortega como creador del artículo/ensayo, lo cual que Ortega es un ensayista de periódico -cuando quiere-, y d'Ors es un periodista del ensayismo y la crónica. Lo grave de un genio es que resulta abrasivo para toda su generación, y al costado de Ortega sólo herborizan el mediocre Maeztu, por la derecha, y el pedantesco Pérez de Ayala, por la izquierda. Ortega arrasa una generación de ensayistas y escritores de periódico. Sólo d'Ors le hace competencia, pero d'Ors es un exiliado de Barcelona y Ortega le relega al Blanco y Negro.
Después de la guerra surge una gran generación de ensayistas de periódico, los intelectuales que han ganado. Mourlane-Michelena, González-Ruano, Sánchez Mazas, Eugenio Montes, Foxá, García-Viñolas, Víctor de la Serna, etc. Ninguno de ellos hace gran obra en libro, pero le dan a la prensa española un nivel literario que nunca había tenido. ¿Esto por qué es? Porque aquellos intelectuales que se mantuvieron al lado de Franco, no soportan el peso ominoso de la Victoria franquista, y unos derivan hacia el trirreme latino, otros hacia el escaso catolicismo europeo, y Foxá, el más explícito de todos ellos, dice:
- Soy conde, soy rico, soy gordo, soy embajador, soy feliz. Y todavía me preguntan por qué soy de derechas. ¿Pues qué coños quieren que sea?
Para Foxá, el éxtasis de su carrera diplomática era llegar a embajador de una dictadura en una democracia. Disfrutaba de ambas ventajas. Pero el que encuentra la fórmula fija y feliz para no hacer caudillismo ni evadirse en la abstracción y el plomo de las grandes páginas, es César González-Ruano, escritor de café que se refugia en la glosa sencilla y sentida de la calle, la actualidad, la vida igual siempre a sí misma, poniendo una breve pavana de emoción directa y humanidad artesana en el formidable y espantoso periodismo de posguerra, que prolongó mucho tiempo las supersticiones fascistas y estalinianas, cuando la gente estaba ya tocando el cielo y el porvenir con las manos. A César se le leía por magistral y porque no hablaba de política.
En los 40/50 irrumpe Camilo José Cela con un género nuevo y caudal, como siempre en él. Lo llama "apuntes carpetovetónicos". Ortega y Gasset, por estos apuntes, le define como "cazador de iberismos".
Con la transición y la democracia podemos herborizar un naciente y plural columnismo que cultivan unos cuantos escritores jóvenes, pero ya conocidos en el ensayo, la novela, las memorias prematuras y el propio periodismo. La escritura en libertad permite que estos nuevos o no tan nuevos columnistas den a la prensa todo lo que llevaban represado, ganándose en seguida la atención del público. Los rasgos comunes de esta que podríamos llamar generación los resumiré así:
Todos son más o menos de izquierdas, pero sólo alguno de ellos militante.
Todos escriben muy bien, y ya dijo Marcel Proust que una metáfora o un buen estilo es algo así como el embalsamamiento que perenniza una idea.
Todos proceden de las revistas de humor, y este humor aciertan a hacerlo soluble en los contenidos altamente políticos o ideológicos de sus columnas.
El columnismo se hace imprescindible al nuevo periodismo posfranquista, y todo periódico de provincias tiene su columnista -a veces varios- Viene a romperse así la imagen hierática del periodismo de la dictadura, que jugaba a confundir mutismo con veracidad. Las cosas, en la dictadura, se decían muy en serio, y sólo por eso eran verdad o adquirían carácter del tal. Este mutismo requería una homogeneidad entre las informaciones, los editoriales, los comentarios y los sucesos, incluso. La vida se comportaba como decía el periódico. Los nuevos columnistas, con su estilo abierto, de tú a tú, su humor y su crítica viva de lo inmediato, vienen a demostrar que el público está esperando diálogo, y que con ellos se puede dialogar y sentir, incluso jugar.
Entre la mole informativa del periódico, hay un columnista agaritado que piensa mucho más libre que los editorialistas y que es más comunicativo. Todo el periódico se ha vuelto crítico, pero el columnista es el crítico de esta crítica, va siempre un paso más allá. Y se entabla así un diálogo cotidiano entre el lector y su periódico preferido, diálogo que dura hasta nuestros días. Columnismo o nuevo periodismo, se desmiente para siempre el mito de la uniformidad como categoría periodística, y el público tiene sus favoritos de la columna, a favor o en contra, pues se da el caso del columnista que es leído a la contra, para insultarle y reprocharle cosas, lo cual supone una querella continua y una asiduidad "negativa", digamos, del comprador. El mejor amigo del español es siempre aquel con el que más discute, pues los españoles sólo nos divertimos discutiendo. Todo esto es pluralismo, democracia, amenidad y libertad.
El periodismo literario no tiene nada que ver, pues, con los suplementos literarios y otros dominicales, cuya oferta se hace hoy por arrobas, sino que está incardinado en la maquinaria más íntima del periódico, en su cilindrada ideológica e intelectual. Una buena columna vende más que el rancio destape o la muerte de un torero. Porque los columnistas, como los rockeros, de los que algo tienen, son unos viejos muchachos que nunca mueren.

Discurso en la Universidad Complutense de Madrid durante el acto de recepcióndel doctorado honoris causa. España, 1999.